El 20 de octubre se conmemoró un nuevo aniversario del Día Mundial de la Osteoporosis y se renueva el objetivo de concientizar sobre prevención, diagnóstico y tratamiento de la enfermedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la osteoporosis como una de las epidemias del siglo. Recordamos que evoluciona en fase, en sus inicios es asintomática y las fracturas predominan en vértebras, fémur, muñecas, cadera, en fases tardías.
La prevención de la osteoporosis debe iniciar en forma temprana con dietas balanceadas, acompañada de hábitos de vida saludable y actividad física. Se debe reforzar la prevención en mujeres mayores de 50 años, por aumento de la fragilidad ósea.
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El sedentarismo es el gran enemigo y la incorporación de ejercicios adecuados es la recomendación. El riesgo de fracturas es mayor en la mujer que en el hombre, debido a menor masa ósea, menopausia y se le suman los factores de riesgo como el bajo peso corporal o la pérdida abrupta de peso, la baja talla, los factores genéticos, la pérdida de fuerza muscular, la alteración de la marcha y el equilibrio.
El hábito de fumar, la alta ingesta de alcohol, el uso prolongado de corticoides, ansiolíticos, sedantes, neurolépticos y antidepresivos, favorecen la menor densidad ósea y aumenta el riesgo. De cualquier manera, la osteoporosis es tratable y el riesgo de fractura puede reducirse. La kinesiología, como ciencia del movimiento, es una gran aliada para esta enfermedad. El movimiento estimula la formación del tejido óseo y la selección correcta de esta actividad previene lesiones innecesarias.
Trabajar resistencia y actividades con carga de peso, es muy eficaz para mantener y aumentar la densidad ósea. Los ejercicios de impacto o la utilización de peso del cuerpo, está indicado, pero está contraindicado el alto impacto.
Actividades como saltar, correr o trotar pueden derivar en fracturas de huesos debilitados. Se deben evitar los movimientos rápidos y bruscos en general. Inclinarse y hacer torsión a la altura de la cintura, inclinarse hacia adelante puede aumentar el riesgo de fractura ósea en la columna vertebral.
Es necesario analizar cuál es el impacto en cada persona, como por ejemplo lo que puede causar el golf, el tenis, pilates o algunas posturas de yoga. El enfoque kinésico y la selección del plan de ejercicios es la recomendación, además de la atención médica y la dieta balanceada.
En pacientes con osteoporosis los buenos hábitos de vida, ayudan a retardar la degeneración y las secuelas, sin olvidarnos de la importancia del tratamiento farmacológico. Pero es necesario elegir el tipo de ejercicio adecuado y luchar contra la discapacidad que la misma genera.
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No existe una receta única para todas las personas, pero se recomienda fortalecimiento muscular, actividades aeróbicas, flexibilidad, ejercicios de estabilidad y equilibrio.
La intensidad del plan depende del grado de osteoporosis y es importante definir qué ejercicios no se deben hacer. El enfoque kinésico también aborda la educación sobre la problemática. Estudios actuales demuestran la escasa adherencia al tratamiento y altas cifras de abandono de tratamiento en el primer año.
Por esta razón es fundamental brindar información específica, estimular el apoyo familiar y autocuidado de la persona, acompañando el tratamiento. También evitar la frustración, monitorear la deserción, bajar el nivel de estrés y alertar sobre el manejo del dolor.
Lic. Gustavo Gheller es Fisioterapeuta, Lic. en Kinesiología y Fisiatría, especialista en Kinefisiatría Crítica, diplomado en Kinesiología del Trabajo, Ocupacional y Laboral g.gheller@hotmail.com
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