Me dolió mucho venir manejando por O’Higgins y chocarme de bruces con las irrespetuosas ampliaciones que están haciendo en las terrazas de varias unidades del Barrio Calfucurá.
Habiendo tantas casas para reformar y ampliar en la ciudad, ¿hacerlo justo sobre un conjunto de tamaña calidad arquitectónica? Hacerlo además sobre unidades que no son independientes sino que forman parte de un conjunto mayor.
Cuánto nos cuesta lo colectivo. Hacerlo, además, de manera tan poco sutil. No es un tema exclusivamente de propiedad privada.
Es también un tema de perfil urbano, es un tema de código urbano, y sobretodo, es un tema de Patrimonio Urbano. Entender que hay obras que hacen a la identidad de una ciudad, a la historia de una comunidad y que son arquitectónicamente muy valiosas.
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Para todos. Porque la ciudad es de todos
Cuando vamos a otras ciudades del país o del mundo tomamos “tours” o visitas guiadas para que nos cuenten de los edificios y de las historias de esos lugares, nos sacamos fotos que después compartimos en las redes sociales y todo ese juego del momento. Pero no somos capaces de valorar y jugar ese mismo juego en nuestro trajinar diario.
Me gustaría hacer un paralelo entre la obra del arquitecto Jack Swinnen en Santa Rosa y el conjunto de viviendas Langham Houses realizado en las afueras de Londres por el arquitecto escocés, ganador de un Premio Pritzker, el Premio Nobel de la arquitectura en el mundo, James Stirling.
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Ambas obras son contempóraneas, de 1960/62 la pampeana, y de 1955/1958 la inglesa.
Y son muy similares. Viviendas agrupadas en bloques de dos niveles, ambientes amplios y luminosos en comunicación con un espacio exterior de calidad, núcleos de escaleras diferenciados, con un gran tratamiento plástico, uso genuino de materiales nobles: ladrillo, hormigón, vidrio, granito, módulo premoldeados.
La gran diferencia es que la obra inglesa se conserva impecablemente. Los ambientes interiores están aggiornados a la actualidad pero las fachadas comunes y la volumetría del conjunto no presentan alteraciones y respetan las decisiones proyectuales del profesional y de la época de construcción. Lamentablemente no podemos decir lo mismo del Barrio Calfucurá.
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Agradecemos al arquitecto Lucas Swinnen por la colaboración con las imágenes de archivo de su padre.
Arq. Ana Pessio. Arquitecta UBA. Paisajista. holaabracasa@gmail.com
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