Desde muy pibe y con un inmortal abuelo Vasco de Tolosa, me causó una gran curiosidad y hasta admiración el relato que todos conocían del famoso «Vasco de la carretilla».
Precisamente los Vascos tienen fama mundial de gente tan forzuda como tozuda pero de corazón tan noble que esa caracteristica se ha transformado en elogio para esa raza esforzada y trabajadora como pocas.
Y uno de esos ejemplos identificatorios fue la increíble proeza de un tal Guillermo Isidoro Larregui Ugarte, natural de Pamplona la capital de Navarra.
El citado Vasco trabajaba en Yacimientos Petroliferos en Cerro Bagual, provincia de Santa Cruz cuando en una reunión de amigos dijo que él podía ir caminando a Buenos Aires llevando una carretilla con 200 kilos de peso.
Sólo precisó que alguno lo tratara de «charlatán» para que el tozudo de Euskadi comenzara a preparar el viaje que comenzó el 25 de marzo de 1.935 en Comandante Luis Piedrabuena.
Guillermo Larregui había nacido el 27 de noviembre de 1885 y cuando cumplió 15 años, en un viejo barco, se alejó para siempre, con rumbo argentino, de aquella ciudad fundada por los romanos cuando faltaban 75 años para que naciera Cristo.
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El vasco -segun una nota publicada en el diario Clarín – dijo al llegar que el peor tramo lo soportó hasta Trelew por los rigores del duro invierno y la blanca nieve que no lo doblaron.

La entrada triunfal del Vasco Navarro a Buenos Aires fue el histórico 24 de mayo de 1936. Una impresionante cantidad de gente fue a recibirlo y llenó de flores su icónica carretilla.
El Vasco, que había añorado tantas veces a su lejana tierra, lloró con honda emoción y al día siguiente participó de los actos por el nuevo aniversario de la Revolución de Mayo de 1810.
Atrás habían quedado 3.200 kilómetros recorridos a pié, y más de 30 pares de alpargatas muy gastadas, según el mito popular.
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Precisamente la prensa en Buenos Aires lo identificó como «El Vasco de la Carretilla». Esa carretilla fue donada por el mismo protagonista al Museo de Luján.
Luego Larregui hizo varios raids más y el último arrancó en Trenque Lauquen en 1.943, terminando 6 años después en Puerto Iguazú, Misiones. Para entonces ya habían calculado en más de 20.000 los kilómetros recorridos por el célebre Vasco.
En el Parque Nacional, el caminante vivió en una humilde vivienda que él construyó y donde entregó su alma a Dios el 9 de junio de 1964 cuando iba a cumplir 79 años.
Los Vascos de Macachín
Hoy me entero, sin certezas, que en el progresista pueblo de Macachín, teñido de los colores vascos merced a la buena obra que hicieron tantos coterráneos que llegaron a trabajar y hacer grande al pueblo, siguiendo a un Vasco de pura cepa como Iñaki UnamunoI, el natural de Vergara, están preparando un recuerdo-homenaje para el sábado que prometo difundir.
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Por lo que significó la hazaña, por la difusión de la cultura vasca y por tantos que llevamos por la vida esa sangre valerosa para honrar a cada abuelo, que tanto contribuyó a nuestra bendita Argentina.
Juan Carlos Carassay, locutor y periodista. Más de 50 años de pasión por la comunicación y el deporte. juancarloscarassay@gmail.com
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