En la Semana del Bosque Pampeano, 23 al 29 de agosto, nos adentramos en él, para comprender su funcionamiento y lograr disfrutarlo en su total esplendor.
Habitamos una zona semiárida, en la cual se destacan las escasas lluvias, fuertes vientos, montañas de arena en la puerta de casa, ni hablar de las altas temperaturas en verano, época segura donde ocurren grandes incendios, a veces fundamentales para el desarrollo de un bosque pampeano. Descartando aquel fuego mal intencionado que destruye millones de hectáreas, como estamos viendo en la actualidad.
«Si podemos comprender esta convivencia exacta entre los factores, estoy segura que podremos aceptar el bosque tal cual es, con sus fachinales y arbustos espinosos…»
No tenemos que irnos muy lejos para conocer un bosque de Caldén, actualmente en la ciudad de Santa Rosa, si caminamos unos metros por la Laguna Don Tomás siguiendo los senderos que se encuentran detrás de la Estancia Las Malvinas, o en la parte este de la ciudad donde se creó La Reserva Natural Urbana Los Caldenes ubicada en el Barrio Matadero -entre las calles Blanco de Encalada, Ávila, Ramona Pereyra y Liberato Rosas- nos encontramos con pequeñas hectáreas que representan nuestro típico Bosque Pampeano.
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Si podemos comprender esta convivencia exacta entre los factores, estoy segura que podremos aceptar el bosque tal cual es, con sus fachinales y arbustos espinosos. Adentrarnos en él y sentir como todo lo que ocurre afuera se trasforma en silencio.
Sin embargo, viene acompañado de una exquisita fauna que por la sencilla razón de moverse en ocasiones generan incomodidades y hasta pérdidas económicas para algunos. O por ser únicas en el mundo, existe el deseo de posesión, que tal vez viene aparejado de una costumbre de los antiguos pobladores que se repite por tradición, sin tener en cuenta las consecuencias. Como tampoco, no podemos dejar de lado el comercio de especies, que de seguro abordaremos en otro artículo.
Algo semejante ocurre hoy con el carpincho, a pesar de no ser una especie que habite en nuestros ambientes pampeanos, es importante comprender que respetar su hábitat es aceptar esa convivencia perfecta desde el momento que nosotros elegimos habitar un sitio, por su encanto, tranquilidad, comodidad o tal vez por todos los servicios ambientales que brinda.
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Guillermina Porcel Tavernelli. Mujer, soñadora, curiosa e intuitiva, poseedora de pensamiento crítico casi Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente a un paso de defender la tesis. guillerminatavernelli@gmail.com