Otra campaña totalmente encaminada que trajo para la zona lluvias, que en algunos casos llegaron «justo», y en otros casos tarde.
El comienzo de campaña traía expectativas de cambios climáticos, pasar de un año con el fenómeno climático de la Niña a un año sigando por el Niño, y también de cambios políticos con las elecciones.
El clima arrancó “cómo previsto” con lluvias qué permitieron tener una buena siembra de la gruesa, y pensar en una “recuperación” total de lo qué se había perdido en el ciclo anterior. No sólo recuperar lo perdido sino “imaginar” “calcular en Excel” inclusive producción récord de soja y maíz a nivel país.
Pero…
El clima es impredecible muchas veces y ya nos mostró su fuerza cuando las cosas no son cómo esperadas, y llega quincena o mes entero de “soplete” y los productores ven día a día cómo sus cultivos pasan de una condición “10” a caer diariamente. El ánimo cambia por completo, y la incertidumbre crece a medida qué no llegan las lluvias. No solo incertidumbre, sino gran preocupación sobre cuál será el volumen final de cosecha en el mejor de los casos, y en el peor, si habrá algo para cosechar.
La buena noticia, es qué finalmente llegaron lluvias, en muchos casos con buenos volúmenes, y los pronósticos muestran qué podemos recibir mas milímetros en los próximos días.
Si uno toma a nivel país las pérdidas que se habrían producido por ese enero mortal de calor y seca, y además considera la caída de los precios internacionales (a los cuáles podemos exportar como país), la “pérdida” equivaldría a 4 mil millones de dólares, en relación a las estimaciones qué podíamos hacer en noviembre. Ese número es muy similar al desembolso qué recibimos del FMI en estas semanas (4,7 mil millones de dólares).
A nivel país este enero mortal de calor, seca y caída de precios internacionales, equivaldría a 4 mil millones de dólares. (…) Un número similar al desembolso del FMI en estas semanas: 4,7 millones de dólares.
Paulina Lescano
Esa cuenta nos deja nuevamente de relieve la dependencia qué tiene nuestra economía del Agro.
Si bien las últimas lluvias permiten volver a poner un piso de producción elevado (en especial después de la sequía pasada), queda claro que desde los gobiernos no pueden calcular mediante un Excel lo qué puede ingresar de divisas desde el agro.
Sí podemos hacer estimaciones muy “gruesas” pero la producción en su mayoría es a cielo abierto, y los mercados son totalmente volátiles e influenciados cada vez por más elementos. Actualmente los precios de trigo, maíz y soja han perdido desde los máximos del 2022: 60%, 50% y 35% respectivamente. Los dos primeros están en mismos niveles qué fin de 2020, y la soja “resiste” un poco mas, pero el corto plazo muestra qué puede seguir bajando.
Otra variable fundamental para poder analizar el ingreso de divisas es: cuándo ingresarían esos dólares.
Y acá además de entrar en juego el mercado global (fundamental tenerlo en cuenta), la oferta de nuestros competidores, la demanda China, de otros compradores etc., sabemos que mas allá de la demanda de los compradores locales, la venta por parte de los productores es un factor fundamental.
En relación a los mercados locales, nos encontramos en una situación en la cúal las distorsiones en los mercados continúan, seguimos con varios tipos de cambio, con altos derechos de exportación, con alto impuesto de importación qué genera insumos mas caros. Si consideramos la baja de precios de los granos mencionada y la suba de los insumos estamos en una relación insumo-producto en muchos casos mucho peor qué años anteriores.
Todo eso ocurre “a pesar” de tener un tipo de cambio diferencial –dólar Agro-. Ese dólar agro permite tener una brecha de tipo de cambio más baja que el resto de los tipos de cambio, pero partiendo de valores en dólares/tn qué generan en muchos casos pérdidas si se decidiera vender. Algo similar ocurre para las ventas “a futuro” o forward, pero con el agravante que para esas modalidades de venta los tc que se venían usando seguían siendo el tc oficial o mayorista -generando nueva distorsión en los mercados-.
El nivel de “ventas con precio” de la nueva campaña es mínima. Entre varias cosas por la incertidumbre climática, pero principalmente por la económica, financiera. En estos días la BCBA (Bolsa de Comercio de Buenos Aires) sacó un nuevo valor de referencia de dólar Agro para qué se tome en cuenta para contratos nuevos, pero por el momento no es de esperar que veamos gran cantidad de ventas anticipadas.
Esta campaña se vino con cambios en clima y en política, aunque en ambos casos sigue primando la incertidumbre y cómo siempre “la esperanza” de qué las cosas vayan mejorando.
Paulina Lescano Ing. Agrónoma especialista en Mercados de Granos. Asesora a empresas del sector y brinda charlas de mercado y capacitaciones en uso de herramientas de cobertura. http://paulinalescano.com
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