Todavía recuerdo la ansiedad que sentía en mi cuerpo, la pandemia había irrumpido en nuestras vidas, los contadores no éramos del grupo de esenciales pero mi teléfono no paraba de sonar.
La mayoría de los negocios entraron en crisis, enfrentando el impacto devastador de las ventas en picada o incluso teniendo que cerrar, pero sus costos fijos seguían allí, fijos.
Darío, dueño de una tienda de ropa con 3 empleadas, no era la excepción. Se podía percibir la angustia en su consulta: ¿Cuánto tiempo podremos aguantar esta situación?
Sin ventas, su preocupación habitual: la reposición de mercadería, dejó de ser un problema. Ahora su principal desafío eran los gastos fijos, aquellos que deben pagarse mensualmente independientemente si vendes mucho, poco o nada.
Este fue el principal motivo de cierre para muchos negocios: sin ingresos, los gastos fijos se volvieron una carga insostenible.
Los números vitales del negocio –Ventas, Margen Bruto y Compromisos Fijos– son los pilares sobre los que se sustenta la viabilidad de cualquier empresa. Y de pronto tomó mayor sentido su nombre: Números Vitales.
Con las Ventas por el piso, el Margen Bruto perdía importancia, y se agigantaban los Compromisos Fijos mensuales cuya principal característica es su difícil modificación en el corto plazo.
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Para responder a la pregunta de Darío, como primer paso le ayudé a hacer un listado de todos sus gastos fijos agrupados de la siguiente forma:
- Personal: sueldos, cargas sociales, viáticos, comidas.
- Administración: monotributo, habilitación municipal, seguros, celulares, honorarios.
- Local: alquiler, luz, gas, teléfono, internet, mantenimiento, limpieza.
Luego de anotar el importe que abonaba mensualmente al lado de cada concepto, pudo priorizar qué pagaría primero: los sueldos y el alquiler (porque el local era de un amigo que dependía de ese ingreso).
Ya teníamos el listado de gastos esenciales. Ahora tocaba saber cómo lo íbamos a pagar.
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Darío, es nieto de inmigrantes europeos que vinieron a la Argentina en busca de un futuro mejor, por tanto el ahorro está en sus genes. De chico lo vivió como algo normal, apartar una porción de los ingresos para tiempos difíciles. ¡Y estos sí que lo eran!
Mi consejo es siempre tener un respaldo financiero, de entre 3 y 6 meses de los compromisos fijos mensuales: la bóveda del emprendedor. Y Darío lo tenía, ¡disponible, en el banco!
Para saber cuánto tiempo podía mantener el negocio, simplemente dividimos el dinero que tenía como respaldo por el total de Compromisos Fijos a los que decidió dar prioridad. El resultado fue tranquilizador, tenía el dinero para llegar hasta septiembre, cuando seguramente disminuirían los casos de Covid-19 porque aumentaba la temperatura.
Conociendo los números vitales, Darío pudo planificar mejor: determinar cuántos días podía permanecer cerrado, y cuánto necesita vender para cubrir compromisos fijos esenciales. Esta claridad le brindó la tranquilidad que necesitaba para navegar en tiempos inciertos.
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¿Y vos? ¿Conocés tus Números Vitales? ¿No? Comenzá relevando los Compromisos Fijos. ¿No sabes por dónde empezar? Escribime a info@estudiolorda.com.ar o un mensaje en nuestras redes mencionando @LPN, y te envío una planilla de Excel con un listado de los gastos fijos más comunes para cualquier negocio.
Nicolás Lorda contador, emprendedor y docente universitario. Más de 25 años de experiencia asesorando a pymes. nlorda@estudiolorda.com.ar
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