La inflación nos afecta como consumidores, ahorristas e inversores, pero también tenemos que tenerla muy en cuenta a la hora de administrar el negocio.
Este fenómeno, que ha sido solucionado en casi todas partes del mundo, nos hace perder tiempo remarcando precios, y muchas veces encontramos dificultades para conseguir algunos insumos.
Si bien los niveles de inflación se encuentran fuera del alcance del emprendedor, veamos algunas ideas que nos ayudarán a que sus efectos sean menos graves para el negocio:
1. Reducir los saldos de los clientes: Para reducir el dinero que tenemos “en la calle”, hay que analizar a qué clientes estamos vendiendo a crédito, achicar los plazos, y sobre todo controlar que los mismos se cumplan, ya que un cobro fuera de término implicará una pérdida. Algunas acciones concretas que podemos realizar son: ofrecer descuentos por pago contado, cobrar con tarjetas de débito y crédito, donde tendremos un gasto extra pero cobraremos a la brevedad, monitorear los saldos de los clientes y contactarlos para que los cancelen. Como último recurso, se podría analizar la suspensión de las ventas a crédito, teniendo en cuenta que con este tipo de medidas, seguramente perderemos algunas ventas.
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2. Pagar los proveedores a plazo: Generalmente los proveedores brindan facilidades de pago, incluso en tiempos inflacionarios. Es fundamental para poder aprovechar este tipo de oportunidades cumplir con los compromisos asumidos. Al seleccionar los proveedores de la empresa, además de comparar la disponibilidad de los productos y el precio de los mismos, también debemos valorar la financiación que ofrecen, ya que el momento en que se realiza el pago modifica nuestros costos.
3. Actualizar nuestros precios: Periódicamente hay que pedir la lista de precios a nuestros proveedores y compararlos con los utilizados para fijar los precios. Si hubo incrementos, seguramente deberíamos ajustar los nuestros, para no perjudicar el margen bruto. La importancia de conservar el margen en tiempos inflacionarios es vital, caso contrario se corre el riesgo de vender y trabajar a buen ritmo, pero al llegar a fin de mes no poder cubrir todos los gastos.
4. Monitorear los gastos fijos: Con inflación, los gastos fijos no son tan fijos, porque cada uno de ellos se irá actualizando. Debemos conocer en todo momento el monto que abonamos en sueldos, alquileres, servicios, honorarios, etc.; para poder tomar medidas a tiempo en caso que sea conveniente.
5. Minimizar el efectivo en caja: El dinero pierde valor día a día. Conviene mantener el efectivo en sus niveles mínimos, para esto es necesario contar con buenas proyecciones de nuestros ingresos y gastos. Teniendo claro nuestras necesidades, podemos analizar la posibilidad de incrementar el stock, comprar bienes de uso, o incluso depositar el excedente en inversiones financieras como plazos fijos, fondos de inversión, etc.
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“A río revuelto, ganancia de pescadores” reza el adagio popular, y sin dudas la inflación revuelve el río, dependerá de cada empresario poder sacar rédito a la inflación, o por lo menos que no sea tan mala para el negocio.
Nicolás Lorda. Contador, emprendedor y docente universitario. Más de 25 años de experiencia asesorando a pymes.
nlorda@estudiolorda.com.ar