A pesar de alcanzar nuevas formas de energías convencionales sin petróleo, su exploración en el mundo sigue siendo constante y en aumento. Y desde hace algunas décadas las costas argentinas están siendo las más estudiadas.
En 31 de diciembre del 2021, a pocas horas de finalizar el año, se supo por los medios nacionales que el gobierno nacional autorizó la exploración en el Mar Argentino, en la zona correspondiente al lecho marino en cercanías a la ciudad turística por excelencia: Mar del Plata. La campaña se la denominó “Campaña de adquisición sísmica offshore Argentina de la cuenca argentina norte”. Y desde ese entonces, los marplatenses comenzaron a alzar su voz en rechazo a la petrolera.
A pesar del silencio hoy día, la exploración ya es un hecho. Estará a cargo de la empresa Equinor, una empresa noruega dedicada a la explotación petrolera, y también contarán con la colaboración de YPF y Shell.
¿Qué se busca? En principio, determinar si es posible la explotación comercial. No siempre las plataformas marinas, o cualquier sitio donde se detecte petróleo, contienen grandes volúmenes que justifiquen semejante inversión. Por ello, las exploraciones son importantes, lo cual no implica que sea menos riesgosa que la extracción.
El área que en total de la exploración tiene alrededor de más de 6.000 km2, identificada como Área CAN100-108, que se localiza a más de 300 km fuera de la costa de la ciudad de Mar del Plata, en la provincia de Buenos Aires. Y la superficie que se planea explorar posee unos 3.443 km2 definida como el Área CAN114, y se ubica a aproximadamente 400 km de Necochea. Se estima alcanzar una profundidad de 4000 km.
Productivo y Ambiental
Desde lo productivo, comprendiendo la actividad como fundamental en esta época dado los usos que tienen el petróleo y sus derivados, los métodos de explotación han avanzado a lo largo de las décadas disminuyendo algunos riesgos, lo cual no quiere decir que no sucedan. Y es ahí donde entra en juego el control desde las entidades correspondientes.
En este caso, se llevaron adelante los protocolos regidos desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible. En junio del año 2021 se presentó la Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) del proyecto, en donde queda todo detallado con claridad, un documento de divulgación para la población, específicamente en estos casos de interés público.
¿Cuál es el riesgo ambiental?
Si pensamos en la inmensidad del mar, pensemos también en todo tipo de vida que se encuentra a su lado. El riesgo de derrame durante la exploración es posible. Suponemos que se hará al nivel 0 para evitar cualquier tipo de pérdida económica que las empresas puedan percibir ante un accidente de ese estilo. Pero en caso que suceda, se verá afectada no sólo la calidad del agua, sino las especies que habitan el área.
Otro inconveniente, surge con el método que se utiliza para este tipo de exploraciones ya que, también pude resultar muy perjudicial. Se lo denomina bombardeo sonoro del lecho. Consiste en ondas acústicas que permiten discriminar las distintas capas de materiales u horizontes, en este caso del manto marino, de esta manera se reconoce el tipo de dureza y la profundidad donde puede estar alojado el petróleo.
Los daños para la vida marina en ese sitio puntual son irreversibles. Ya sea, que se produzca o no una fuga, se está modificando el ambiente impidiendo que cualquier organismo vivo pueda seguir cumpliendo su ciclo de vida en el lugar, a pesar de no ser un sitio identificado como zona reproductiva, según se detalla en la EIA. Pero si son sitios de paso, o de alimentación, y puede ser una causa de pérdida de biodiversidad.
¿Y la pesca y el turismo? No podemos dejar de lado otros puntos importantes. La zona se destaca por su gran actividad pesquera tanto comercial como artesanal, ¿cómo se verá afectada la misma? Y turísticamente es una de las más visitadas, no sólo ante cualquier tipo de accidente será inevitable que no se vea perjudicada la costa, sino ¿cómo van a tratar el tipo de contaminación visual?. A lo largo del lecho marino se podrán apreciar las plataformas y de sólo saber lo que son puede generar un rechazo de la sociedad, suponiendo obvio que la exploración haya sido exitosa.
Esta realidad nos pone de dos lados, la búsqueda incansable de nuevos pozos de abastecimiento, que aunque quisiéramos negarlo, lleva tanto tiempo de desarrollo poder tener a nuestro alcance “nuevas energías No Contaminantes”, y a su vez la continua demanda, así sea desde países desarrollados como subdesarrollados hacen que esta realidad aun persista.
Los cambios de paradigma llevan mucho tiempo. Es algo nuevo que empieza con fuerza hasta corroborar que es posible y factible, y cuando hablo de petróleo es inevitable no recordar una escena que viene a la perfección, de la película Moby Dick. Quizás se pregunten que tiene que ver, ¿pero si les digo que en esa época era impensable dejar de usar el aceite de ballena como combustible?
Guillermina Porcel Tavernelli. Mujer, soñadora, curiosa e intuitiva, poseedora de pensamiento crítico casi Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente a un paso de defender la tesis. guillerminatavernelli@gmail.com
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