El 17 de octubre se celebra el Día Mundial del Dolor, promovido por la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP)y la Organización Mundial de la Salud (OMS), desde el año 2004.
La IASP define dolor como: “una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada a un daño en algún tejido, actual o potencial”.
El dolor es uno de los problemas de salud más subestimados en el mundo, tiene consecuencias serias en la calidad de vida y es una carga importante en los sistemas de salud del mundo occidental. Su aumento es paralelo a la esperanza de vida.
Llamado la enfermedad invisible tiene importante impacto en la vida cotidiana de los pacientes que además presentan: cansancio, cambios de humor, problemas para dormir, ansiedad, frustración e incluso depresión.
Debido a sus características psicológicas, físicas, de comunicación, sociales o falta de acceso a la atención sanitaria, el dolor tiene alto impacto en la persona, con repercusión social, familiar, laboral y económica.
Puede ser agudo cuando es una manifestación temporal, o crónico cuando es constante en el tiempo. Y es de prevalencia elevada, especialmente para las mujeres, que duplican el porcentaje con respecto a los hombres.
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Genera incapacidad temporal o permanente, con una tendencia actual, en baja de los indicadores, debido a tratamientos tempranos y adecuados, que facilita la recuperación funcional.
Su tratamiento
El tratamiento del dolor es farmacológico y no farmacológico, complementados en ocasiones con terapia psicológica.
En el tratamiento farmacológico es importante hacer un uso racional de medicamentos, bajo supervisión profesional médico y farmacéutico.
En el tratamiento físico, no farmacológico, a cargo de profesionales de la salud, es de gran utilidad la fisioterapia, los masajes y las técnicas manuales. Los ejercicios específicos y cambios de conducta tienen alta recomendación.
El dolor puede ser nociceptivo -secundario lesión en un tejido-, o neuropático -por alteración en el sistema nervioso y psicogénico con origen en los procesos mentales de la persona y sin causas fisiológicas.
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También vale la pena decir que en algunas ocasiones la prevención del dolor es imposible y aparece súbitamente. No obstante, existen dolores, donde la persona prevenir su aparición.
¿Cómo prevenir? Mantener una correcta postura a la hora de trabajar o desarrollar ciertas actividades, puede servir para evitar su manifestación.
El abordaje del dolor, debe ser realizado por grupos de especialistas entrenados. El paciente necesita ser escuchado. La sensación de dolor no debe ser subestimada, pero tampoco sobredimensionada. Los tratamientos tienen objetivos a corto y largo plazo.
El dolor generar efectos psicológicos tanto en pacientes, como en sus familiares. Es preciso evaluar las emociones y mensurar el dolor. Afecta globalmente a la persona, requiere un reconocimiento y una adaptación particular a dicha circunstancia.
Lic. Gustavo Gheller es Fisioterapeuta, Lic. en Kinesiología y Fisiatría, especialista en Kinefisiatría Crítica, diplomado en Kinesiología del Trabajo, Ocupacional y Laboral g.gheller@hotmail.com
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