— Cuando alguien pregunte por la historia del boxeo en La Pampa, sólo muestren las fotos de esta nota. Porque aquí está el comienzo de todo —.
Si bien a partir del gran suceso de Nueva York con la pelea Firpo-Dempsey en 1.923, en La Pampa se realizaron a partir de 1924 infinidad de peleas. Todas fueron entre aficionados que no tenían problemas en bajar del ring con sus caras desfiguradas, si habían logrado que el público los aplaudiera.
La primera pelea de la que se tiene cierto conocimiento, se produjo en el Teatro Español de Santa Rosa entre un asturiano de apellido Álvarez y un tal Mutti, mecánico de profesión. La pelea fue un chasco porque el español no aguantó nada. A continuación el Club All Boys organizó festivales al aire libre en un terreno de 25 de Mayo e H. Lagos, pero dejó la actividad en 1931.
A partir de allí hubo muchos amateurs pero no pasaron de mediocres. Recién con los 50´ aparecen unos cuantos boxeadores que combatieron bajo las estrellas en el Club Santa Rosa, ubicado en la esquina de Mitre y Don Bosco (entonces Valle) en donde nos encontrábamos de pantalón corto con Miguel Castellini, no para pelear, porque el «loco» te «amasaba». También en el Club Penales, en su galpón de calle Gil, pegado al ACA.
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Pero el boxeo moderno comienza con la inauguración del tinglado de Fortín Roca en 1959. Dos queridos amigos que venían animando espectáculos: Walter Nieto Dupleix, el mejor de su tiempo, y Abel Cacho Otero, que hizo su última en Fortín, empatando con un trenquelauquense, iniciaron sin saberlo, la época más maravillosa del pugilismo pampeano.
A ellos se sumaron Adhemar Chito Tévez y Vicente Juan Espinosa para convertirse en los técnicos que más campeones sacaron. Cacho y Walter abrieron el camino y la primera camada fue impresionante con la llegada de Hugo Danielle, más Roberto Arraigada, Toscano Macedo y Eduardo Maldonado entre los profesionales.
Quedaron para siempre Miguel Ángel Campanino, Clavito Rodríguez (siempre amigo y colaborador), Chito Tévez, Osvaldo Maldonado, Mario Héctor Paladino, Ibrahim «Chiche»Álvarez, Luis Horacio Golepa Cabral, Vicente Juan Espinosa y Lito Maldonado, querido amigo y colega del diario La Arena, con quién hicimos el primer viaje a México en 1977 para relatar un Campeonato Mundial a todo el país.
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Es historia. Nuestro único campeón mundial varón, Miguel Castellini, que integró la primera camada. Luego de éstos y ya con el sello de calidad del boxeo pampeano tuvimos el placer de acompañar a una gran cantidad de Campeones Argentinos y Sudamericanos y excelentes boxeadores que también merecieron cinturones, además de nuestra única campeona mundial Mónica Acosta.
Si bien en nuestra provincia se recuerda el Día del Boxeador al 31 de Julio por el fallecimiento del Indio Paladino, el 14 de setiembre en la Argentina es el Día del Boxeador/a.
Felicidades a todos y el agradecimiento eterno por permitirme compartir una vida hermosa de entrenamientos, momentos especiales, viajes por Argentina y el Mundo, con personas de calidad humana, valores importantes a los que el pugilismo les hizo mucho bien. Por sus buenos maestros y promotores que los defendieron y amigos de la vida que los acompañaron en el largo camino de la superación, ganándole a la pobreza mediante una actividad que, si bien «comienza a las piñas, termina a los abrazos…».
Feliz día y gracias por lo mucho que nos dieron. Los llevo en el corazón.
Juan Carlos Carassay, locutor y periodista. Más de 50 años de pasión por la comunicación y el deporte. juancarloscarassay@gmail.com
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