Los partidos de la Selección Nacional en Qatar despiertan como cada cuatro años en la Argentina un fervor popular que no es comparable con ningún país del mundo.
Todos sabían del genio llamado Messi, de las locuras del «Dibu«, la firmeza de Otamendi en el fondo, los goles del “Toro” Lautaro Martínez que ya van a venir. La cautela de Scaloni que va probando de a poco la nueva generación. Pero de ese chico rubio que se comió la cancha y abrió con su gol el camino a la esperanza no saben nada o muy poco. Que juega en la Premier League inglesa pero no mucho más. Muy poco y nada en realidad para el gran mundo del fútbol y menos para los neófitos que en cada Mundial se calzan el buzo de DT y saben cómo ganar cada partido de “boquilla”.
El fútbol, como ninguna otra expresión, es capaz de generar por sí solo un clima de fervor popular capaz de hacer olvidar situaciones, aún en países en donde todo parece ir mal, pero esos días “no se los quita nadie”. Si a eso sumamos la aparición de un chico rubio nacido en el fin del mundo, en una ciudad «desconocida», de una provincia ignota llamada Pampa, que los más leídos y conocedores saben que allí nacen vacas de a montones y bajo un cielo de estrellas, cuando en muchos países las crían en establos bajo techo.
Alexis Mac Allister, más pampeano que el caldén
Corrían los años 60 cuando un joven Ingeniero Agrónomo decide desarrollar su vida en épocas del célebre Gobernador Ismael Amit cuando La Pampa bravía comenzaba a desarrollarse decididamente. Con su fiel y encantadora esposa Verónica vivían días de felicidad, con buen trabajo que les permitía progresar y con el hermoso regalo de Dios como fue la llegada de tres hermanitos: Patricio, Javier y Marita que, muy pequeñitos jugaban todo el día en aquella casita de mi barrio en calle Villegas en Santa Rosa. Era una delicia el ver como jugaban al fútbol en aquella vía de pura tierra santarroseña.
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Un día se cruzó la tragedia
Dios llamó a su casa celestial a aquel flaco desgarbado y soñador que vivía para su familia. El mundo se vino abajo en mil pedazos ante aquella joven mujer que abrazada a sus hijitos salió a buscar trabajo y lo encontró en la Municipalidad de Santa Rosa. Y vaya si le peleó a la vida hasta ganarle por nocaut. Sus hijos pequeños, que supieron de viajes y buena vida, de golpe sabían lo que era el sacrificio, la lucha, el llanto y dolor por su ingrato destino
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Un canto a la esperanza. Un hijo triunfador, triunfador en serio
Mamá, Verónica, apuntaló a sus hijos con valores importantes, les inculcó el valor de la unión familiar y el trabajo honrado, el sacrificio por una pasión y la constancia para pelear la vida.
Javier y Patricio amasaron su capital dedicando su vida al fútbol, Marita es presidenta del Superior Tribunal de Cuentas en La Pampa con su título de Contadora Pública Nacional.

Javier Mac Allister -alias «Colo»- pasó las buenas y las muy malas en Argentinos Jrs, Patricio aguantó otro tanto en Estudiantes de La Plata hasta que llegaron a Primera. Y el Colo llegó a Boca y la Selección. Nunca pudo soñar que 29 años después de su debut en Australia con la Selección de Maradona y compañía, su amado hijo Alexis de sólo 23 años, enfrentará también a los “Canguros” australianos. En tanto fueron creciendo los hijos del Colo también supieron que la única verdad era el trabajo y la constancia. Y tanto tuvo que ver el acompañamiento de mamá Silvina que también trae sangre de la buena para el fútbol, por ser hija del «Pocho» Riela un gran jugador del Oeste pampeano que bien pudo ser profesional, pero en aquellos tiempos era más difícil.

El 20, el ganador
El sábado por la tarde otra vez Santa Rosa quedará desierta por dos horas. Ese día, su hijo más famoso intentará junto a Messi y compañía seguir su marcha triunfal. Antes del Mundial sabíamos que podía. La estaba “rompiendo” en Brighton de la Liga Inglesa, el Inter de Milán lo quiere y sabe que tiene que poner cifras de ocho ceros -en dólares-, Scaloni sí confía a pleno en él y todo el pueblo pampeano grita su nombre, porque se lo ganó en buena ley.
Ahora todos conocen la historia que llevó a triunfar a Mac Allister y la unión familiar como bandera. Sólo Dios sabe si podrá ser Campeón Mundial. Usted elige si aplaudirlo a rabiar, o ser uno de tantos, que no saben nada de las cosas de la vida
Juan Carlos Carassay, locutor y periodista. Más de 50 años de pasión por la comunicación y el deporte juancarloscarassay@gmail.com
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