El campo argentino ya es reconocido por ser uno de los más tecnificados del mundo. Sumado a esto, durante la cuarentena, aumentó la participación de capacitaciones a través de webinar y descarga de Apps para uso remoto.
Las herramientas más innovadoras están relacionadas a la Agricultura de Precisión. En nuestro país apareció en 1996 cuando INTA Manfredi probó el primer monitor de rendimiento y la sembradora inteligente. Hoy incluye satélites, sensores, imágenes y datos geográficos. Se han incorporado TICs (Tecnología de la Información y Comunicación), IA (Inteligencia Artificial) y Electrónica.
Por fantástico que parece, a través de las aplicaciones en celulares, un productor puede saber qué sucede en su campo sin importar dónde se encuentre. De manera virtual, se puede estar en el campo aunque físicamente se encuentre a kilómetros de distancia.
Tecnología en Maquinaria Agrícola
Hoy es común encontrar tractores equipados con monitores de rendimiento, monitores de siembra, banderilleros satelitales y equipos de dosificación variable. Entre las pulverizadoras más nuevas aparecen la guía automática, sensores de malezas en tiempo real o los sistemas de cortes por sección en pulverización y siembra.
Entre las tecnologías más complejas, John Deere cuenta con un Centro de Operaciones para el gerenciamiento de información y paquetes de monitoreo. Por un lado, permite analizar datos de la máquina y su funcionamiento como consumo, velocidad, patinamiento de neumáticos y más. Por otra parte, se transmiten datos agronómicos como altimetría, rendimientos que se presentan en un tablero de control (dashboard).
Por ejemplo, ante la rotura de alguna pieza (un bolillero). En el campo, un sensor de la máquina marca el error, la información se envía al contratista y al centro de operaciones en la agencia. Eso permite conocer qué se rompió, cómo solucionarlo y el mecánico ya sabe los repuestos que va a necesitar. Además se anticipan las emergencias antes que la máquina pare o genere roturas más graves.
La potencialidad de uso de esta tecnología reside en tener acceso remoto al monitor, es decir, a lo que está viendo el operario desde la cabina. Facilita coordinar la logística, se evitan viajes que demoran tiempo y encarecen las tareas.
Una experiencia en primera persona
Juan, es productor agropecuario, contratista y usuario de esta tecnología hace más de 2 años. Cuenta con 3 tractores y una cosechadora conectados.
Comenta que todo esté disponible de manera remota, controla la velocidad de trabajo permanentemente y genera menos pérdidas.
La App le resulta muy amigable, la usa para controlar consumo de combustible, hectáreas trabajadas, toneladas. Además, revisa la cartografía como los mapas de cosecha y labores. La información le sirve para hacer prescripciones de siembra, planificar y tomar decisiones.
Como prestador de servicio, valora la información que puede brindar a sus clientes.
“Es como darle un zoom a los productores porque acceden con una contraseña”. Puede compartir con el productor toda la información en tiempo real (parámetros de siembra, rendimientos). Es un servicio más transparente, todo está controlado.
Los desafíos a futuro
En nuestra zona, la concesionaria Diesel Lange cuenta con más de 200 máquinas conectadas. La apreciación es que a pesar de todas las utilidades, la demanda aún es baja.
Al productor le cuesta adoptar esta tecnología, ya sea por falta de conocimiento o la reticencia propia de incorporar algo nuevo. Entre los motivos se mencionan el costo y la conectividad en las zonas rurales.
Otra limitante es la antigüedad del parque de maquinaria. Si bien los equipos están disponibles desde 2018 en Argentina, cierto es que solo pueden conectarse las máquinas más nuevas.
De los 33 millones de hectáreas que se siembran en el país, más del 20% utiliza alguna herramienta de precisión. Se trata de 7.150.000 hectáreas.
*Gracias a Gastón y a Juan que me brindaron información para escribir esta nota.