El auge de la fundación de los clubes en Santa Rosa que había comenzado en 1.919 con el surgimiento de Gral. Belgrano continuó durante los años. En realidad a partir de la formación de equipos de fútbol con la pretensión de convertirse en clubes y soñar con grandes realizaciones.
Es el caso de La Iguana, un club surgido en 1.939 por voluntad de un grupo de amigos, especialmente del oeste capitalino que, con los años, por motivos que desconozco, fue transformándose en Fortín Roca.
Tal es así que en aquellos tiempos muchos hablaban de La Iguana-Fortín Roca. Con los avatares del tiempo y el revisionismo, hoy se convirtió en El Fortín, y como tantos clubes de barrio, sus dirigentes deben agudizar el ingenio para no caer en la meseta del olvido.

Puede decirse que 1.955 fue un año excepcional para el club del oeste, ya que sus deportistas ganaron el Campeonato de la Liga Cultural y también en básquetbol y bochas.
Apellidos ilustres de nuestro fútbol vencieron en cotejo final a Belgrano formando con Oscar «Cacho» Otero; Oscar Aguerrido y «Bocha» Rodríguez; Yaupe Padula, » Cholo» Andragnez y Vila; Félix «Cacho» Villalba, «Chacho» Gauna, Arnaldo Martin, Penengo y Albino Rodríguez. Ganó Fortín 2 a O y dirigió Juan Ramón Garay en la entonces Cancha Borlenghi, en homenaje a uno de los Ministros del Gobierno Peronista, antes y después Centenario, hasta que en 1.957 se designó Dr.Tomas Mariano Gonzalez.
En básquet se los conoció como el equipo de «los lungos» compuesto por Alfredo Gallucio, Óscar y Carlos Aguerrido, los hermanos Rodríguez, Gregorio Recovsky y Abel Bertotto entre otros. Curiosamente la inauguración del Gimnasio Fortinero se produjo el sábado 10 de octubre de 1.959 con un partido de básquet entre Fortín y Boca Js. que ganaron los xeneixes por 74 a 33.
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La era del boxeo pampeano
La era del boxeo en el «Templo» pampeano comenzaba seis días después, el viernes 16 de octubre de 1.959, con un festival de aficionados. Cómo les fue muy bien, 14 días después organizaron otro espectáculo amateur.
La hermosa historia del boxeo profesional comenzó en la noche del 12 de noviembre del mismo 59 con la victoria del pionero pampeano Hugo Danielle sobre Alfredo Eberbach.
Esa noche hubo mucha gente que dejó en boleterías $30.000 en moneda nacional (mucha plata para el momento). En sólo 25 días El Fortín realizó 3 «festivales del guante». El público local comenzaba el romance con un deporte que luego le daría extraordinarias alegrías.

La historia siguió en diciembre con dos festivales dónde actuaron Hugo Danielle y Roberto Arraigada. Llegaron a partir del 60´ memorables combates profesionales dos de los cuales enfrentaron a Gerofildo «Toscanito» Macedo y Roberto Arraigada.
A partir de allí comenzaba la época dorada con la aparición de los primeros «3 mosqueteros» cómo se los conoció a Mario Paladino, Horacio «Golepa» Cabral y Miguel Ángel Campanino, a los que se agregaron Osvaldo Maldonado surgido en San Martín y campeón Argentino en Río Cuarto, Ibrahim «Chiche» Alvarez y Miguel Ángel Castellini (luego campeón mundial).

No olvidamos que esta corriente pugilistica fue generada por Abel «Cacho» Otero» y Walter Nieto Dupleix (ex boxeadores) excelentes personas, quienes luego tuvieron su continuidad con Adhemar José (Chito) y Vicente Espinosa.
El tiempo fue pasando y se consagraron extraordinarios boxeadores que ganaron muchos títulos para el boxeo pampeano pero eso es otro capítulo de la misma historia.
Los Bailes
El club de la calle 9 de Julio tuvo gran predicamento en el plano social. A partir de la inauguración de su amplio gimnasio en 1.959, organizó gran cantidad de reuniones danzantes y presentó artistas de la fama del mismísimo Sandro, todavía con los de Fuego.
¿Si hubo bailes? Grandes estrellas vinieron. Sandro vino 2 veces, en el año 1.966 y en el 1.967. -Yo no fui la primera vez porque me quedé a escuchar una pelea de Ringo Bonavena-.
Casamientos, festividades y reuniones de todo tipo, tuvieron expresión bajo esas históricas chapas. Mudas participantes de históricos sucesos. Hoy vemos un moderno cielorraso que las tapa y permite una buena acústica para los musicales que se vinieron realizando hasta la pandemia.
Hoy el viejo Fortín, bastante bien conservado, lucha como todas las instituciones barriales, contra «molinos de viento modernos» que obstaculizan y en muchos casos las lleva al ocaso luego de ver brillar la luz. Que no sea el caso del querido Fortín y los demás clubes pampeanos.
Canchas de Bochas que con el tiempo se cerraron, y la canchita de fútbol 5 con piso sintético, además de un grupo de chicas y chicos que entrenan y practican boxeo, son las expresiones deportivas en la actualidad, esperando que pronto soplen vientos de cola, para seguir volando hacia la gloria.
La esperanza es siempre la esperanza y porque no soñar con tiempos que todos deseamos.
Juan Carlos Carassay, locutor y periodista. Más de 50 años de pasión por la comunicación y el deporte. juancarloscarassay@gmail.com