El Día Mundial de la Diabetes (DMD), es introducido en el calendario anual en 1991 por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Internacional de la Diabetes (FID), en respuesta al aumento de casos y de las complicaciones que genera la enfermedad. Es una de las cuatro enfermedades no transmisibles (ENT) de importancia prioritaria en el Programa de Acción Sanitaria Mundial.
La diabetes es una enfermedad crónica y se manifiesta cuando el páncreas no produce suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. El azúcar en sangre (glucemia), cuando tiene valores por encima de lo normal, se lo denomina hiperglucemia, y cuando se sostiene en el tiempo puede dar lugar a complicaciones en diferentes órganos. Al ser una enfermedad crónica significa que es para toda la vida. Sin embargo, con seguimiento y tratamiento adecuado se pueden prevenir complicaciones y llevar una vida normal. Se estima que 1 de cada 10 argentinos de 18 años o más tiene diabetes y ya que por varios años permanece sin síntomas, se estima que 4 de cada 10 personas que la padecen desconocen su condición.
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La enfermedad puede provocar complicaciones en diversas partes del organismo, incrementar el riesgo de muerte prematura y sus complicaciones se pueden prevenir con una dieta saludable, actividad física regular y un peso corporal normal, evitando el consumo de tabaco.
Más allá de que se cumpliera el centenario del descubrimiento de la insulina (Toronto 1921), no se lograron cambios significativos para las personas que viven con diabetes o las que están en riesgo. En los últimos años, en el mundo casi se ha cuadruplicado el número de enfermos y en América Latina la diabetes es la cuarta causa de muerte.
El acceso a los cuidados de salud es el punto crítico y de vital importancia. Hay demasiadas personas con diabetes en todo el mundo que no pueden acceder a la atención que necesitan. Los diabéticos requieren educación específica, supervisión y apoyo continuos. Cuando la diabetes no está bien atendida las consecuencias para la salud y el bienestar de la persona es grave.
Requiere de respuestas más enérgicas, no solo de parte de las autoridades de gobierno, sino también de la sociedad y de las personas con diabetes. También por parte de los productores de alimentos, fabricantes de medicamentos y tecnologías médicas.
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La diabetes de tipo I (diabetes insulinodependiente o juvenil) se caracteriza por la ausencia de síntesis de insulina y la diabetes del tipo II (diabetes no insulinodependiente o del adulto) se caracteriza por la incapacidad del cuerpo para utilizar eficazmente la insulina.
El ejercicio regular es un elemento esencial para el mantenimiento de las condiciones óptimas de salud. Es una herramienta terapéutica en el tratamiento de la diabetes, favorece la calidad de vida y la promoción de la salud. Por el contrario, el sedentarismo, es el peor enemigo del diabético.
La actividad física requiere de adhesión, continuidad y motivación. Los programas de ejercicio, son específicos, de planificación individual y con especial consideración en los ajustes. Se deben evitar las temidas complicaciones. Los pacientes con diabetes puedan practicar ejercicio con la máxima eficacia y seguridad, pero con riguroso control.
El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia o aumento del azúcar en la sangre y es de suma importancia vigilar los niveles de azúcar en la sangre, con riesgos de niveles muy bajos (hipoglucemia) y sus consecuencias.
Tener demasiada glucosa en la sangre puede causar complicaciones en el tiempo, generadas por compromiso de los nervios y vasos sanguíneos.
Algunas complicaciones son:
· Retinopatía diabética. Requiere seguimiento regular por la especialidad.
· El pie diabético. Es de suma complejidad y es prioritario su cuidado durante la actividad física. El fantasma de estas lesiones es la amputación de miembros inferiores. Es de suma importancia en la elección del tipo de calzado y medias.
· Enfermedad de las encías y problemas dentales.
· Enfermedades cardíacas, infarto del miocardio y accidente cerebrovascular.
· Enfermedad renal.
· Polineuropatía diabética y sus consecuencias para el aparato locomotor
· Problemas sexuales y de vejiga.
· Afecciones de la piel. Es impotente el uso de indumentaria deportiva adecuada.
· Artropatía diabética o lesión de articulaciones. Es fundamental en la elección del plan de actividades físicas. Se debe prevenir la pérdida del equilibrio articular.
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Como conclusión, la población debe estar debidamente informada del riesgo de ser diabéticos, los beneficios del ejercicio para prevenir la diabetes y los riesgos que se deben prevenir durante la actividad. La premisa es garantizar la adhesión al ejercicio físico regular y las pautas de alarmas para evitar lesiones sobrecargadas.
La prescripción de ejercicio físico en el paciente diabético debe estar dirigida a conseguir máximos beneficios, con mínimos riesgos y debe estar a cargo de equipos terapéuticos capacitados. Es muy importante tener en cuenta que la diabetes genera discapacidad, estadísticamente comprobada y que requiere de un abordaje eficiente.
Lic. Gustavo Gheller es Fisioterapeuta, Lic. en Kinesiología y Fisiatría, especialista en Kinefisiatría Crítica, diplomado en Kinesiología del Trabajo, Ocupacional y Laboral g.gheller@hotmail.com
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