En notas anteriores reflejamos los beneficios de la actividad física y la importancia de la educación para el desarrollo de conductas saludables: la prevención de lesiones y la edad como un condicionante, pero no un obstáculo, para tener actividad física regular.
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En esta oportunidad investigamos sobre la pérdida de los hábitos saludables en los adolescentes, jóvenes y particularmente universitarios, como una constante. La actividad física puede ser un pilar primordial en el desarrollo emocional y psicológico de los jóvenes, pero sometidos a diferentes tensiones y contradicciones, vislumbran un futuro incierto.
Sus prioridades pasan por la capacitación, la integración social y lo laboral. En universitarios se suma la dependencia económica y la incertidumbre profesional. La motivación hacia la actividad física y un estilo de vida saludable es de vital importancia, al igual que evitar el sedentarismo, el consumo problemático (tabaco, alcohol y droga) y prevenir enfermedades crónicas no transmisibles.
Además, las personas en esta etapa de la vida necesitan aumentar la confianza en sí mismas, asumir responsabilidades, superar pruebas de independencia y la autodeterminación individual, como parte del proceso de integración en el mundo de los adultos.
La autoestima y la autopercepción de la habilidad motriz va a incidir en la elección de hábitos o actividades físico-deportivas. Es necesario reconocer posibilidades o limitaciones, evitando la comparación entre pares. Favorecer la autoestima de la apariencia física y la percepción de la habilidad motriz, proporciona independencia personal.
Los beneficios de la actividad física son:
- Prevenir enfermedades, sobrepeso y obesidad, generando estilos de vida saludables, con menor sedentarismo.
- Contribuir con el desarrollo óseo, muscular y la función cardio respiratoria.
- Favorecer estados de ánimo positivos y autoestima.
- Reducir riesgo de depresión, ansiedad y estrés
- Contribuir al desarrollo de la persona, la autonomía y la integración social.
- Prevenir consumo de drogas. Está demostrado el menor consumo de tabaco, alcohol y cannabis en deportistas, sobre los jóvenes sedentarios.
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El alto abandono de la práctica deportiva en adolescentes, jóvenes y sus consecuencias, puede estar influido por:
- La competición. Las comparaciones entre pares y competencia en exceso, sin considerar atenuantes, puede tener efectos negativos.
- La desmotivación generada por la monotonía de la práctica y las actividades sin variantes. Es necesario fomentar la creatividad, motivación y favorecer actividades lúdicas.
- Profesores o entrenadores deben favorecer el espíritu deportivo, pero no exceder los límites individuales. El desarrollo del gesto deportivo debe estar en relación con las habilidades, tamaño, madurez física y emocional.
- Los cambios físicos y emocionales (desconfianza, inseguridad, cambios de humor) provocan deserción.
- Lesiones. Son poco frecuentes, pero generan gran impacto. Generalmente están asociadas a sobre exigencia deportiva, trauma o falta de equipamiento adecuado.
- Relaciones grupales. En este período la elección de prioridades hacia determinadas aficiones, está influida por el entorno.
- Dificultad en los estudios. Erróneamente, se atribuye el fracaso escolar al deporte y a la discontinuidad deportiva, parte de la solución. Es una solución a corto plazo, perjudicial para la persona y para el grupo, con el que se identifica.
Como conclusión, podemos decir que es necesario desarrollar una sólida intervención educativa, para fomentar hábitos saludables y actividad física regular, en esta franja etaria, como una responsabilidad social primaria.
Algunos objetivos pueden ser:
- Favorecer la participación, sobre el rendimiento, en entornos adecuados, con foco en la performance individual y no en ser mejor que los demás.
- Comunicar la importancia de la actividad física para la salud, generando espacios de reflexión y debate.
- Ambientes positivos con profesores, entrenadores y grupo adecuados, con gran foco en la educación física. Educar en este ámbito, es una excelente estrategia.
- Medidas compensatorias, favoreciendo el desarrollo de habilidad y la condición física, postergando la competencia o potenciando el interés de la persona.
- Actitud positiva de los padres hacia la actividad física y el deporte, favoreciendo el interés recreativo y participativo. Evitar utilizar la suspensión de la actividad como medida disciplinaria.
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Al igual que cualquier actividad educativa, es necesario que la actividad física forme parte de las actividades del grupo familiar. Una familia sedentaria e inactiva debe revertir este estilo de vida inexorablemente y los jóvenes pueden ser el motor de cambio. Es de suma importancia evitar el proceso inverso, donde padres sedentarios, limitan las capacidades de los hijos.
Lic. Gustavo Gheller es Fisioterapeuta, Lic. en Kinesiología y Fisiatría, especialista en Kinefisiatría Crítica, diplomado en Kinesiología del Trabajo, Ocupacional y Laboral g.gheller@hotmail.com
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