El 22 de marzo fue el Día Mundial del Agua y desde la ONU nos dicen: “Sé el cambio”. En las últimas décadas esa frase nos acompaña en cada paso que damos en nuestras vidas. Por eso me parece oportuno reflexionar acerca de qué cambio estamos hablando.
Sobre qué actores poner el foco, si ponerlo sobre una sociedad común que entiende y evita derrochar y aprovechar el uso del agua potable lo mejor que puede, sobre una sociedad que no ha visto salir agua limpia de alguna canilla o de cualquier tipo de elemento que le provea agua o sobre el responsable de proveerla en ambos casos.
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¿Qué es el agua? Es una sustancia que permite seguir el ciclo continuo sobre el planeta Tierra. Todo ser vivo sabe aprovecharla para su supervivencia y el hombre, con el paso de los siglos, ha tenido la capacidad de crear sistemas para aprovechar y mejorar la disponibilidad y calidad de la misma. Como así también, la implementación de normativas, indicadores de calidad que determinan sus usos, a raíz de años antiguos de enfermedades y otros conflictos.
Hoy día, en el año 2023, nos parece muy difícil pensar que tenemos que trasladarnos kilómetros para obtener una gota de agua y traerla a casa, con solo abrir una canilla tenemos solucionado todo nuestro día. Pero no es igual para todos, ya que en este siglo aún quedan personas que viven como en las épocas remotas y no debemos irnos muy lejos de nuestro país.
El agua en La Pampa
La Pampa es una provincia donde el agua es limitante y la obtenemos mayormente de acuíferos, el agua potable que casi todos nosotros recibimos llega de un sistema hídrico que depende 100 por ciento de la cantidad de nieve que cae durante el invierno en la cordillera. Además, estamos en lucha por un río que ha desaparecido para el aprovechamiento de una provincia vecina.
Podemos identificar con esto que los conflictos no siempre son ambientales sino más que nada, diría yo, económicos, políticos y sociales, donde en ocasiones la falta de información por ignorancia o desinterés, nos han llevado a habitar irrealidades que nos parecen que solo suceden en otros países.
Se habla de cambio climático, pero porque no se habla con tanto auge de los intereses de algunos para con el agua. Cuantas han sido las veces que hemos mirado hacia atrás en la historia y vemos que siempre hay un interés privado puesto en ese recurso para su beneficio, negándoselo al vecino. Como así también, con qué calidad la recibimos.
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Actualmente existen entes que regulan, pero ¿cuál es nuestra seguridad de que el ojo humano no se equivoque y sea certero?. Hoy en día: ¿cuántas casas consumen agua contaminada con residuos cloacales sin saberlo o porque no les queda otra alternativa?. El agua de bidón o mineralizada hoy con la situación económica que vivimos, es un bien muy costoso, pero… ¿cómo podríamos saber realmente que el trabajo del proveedor de agua es eficiente?
Cuando salís por las calles de la ciudad, ¿con cuántas pérdidas de agua te has cruzado? Y me pregunto entonces, ¿somos nosotros como ciudadanos los responsables de ese derroche de agua puramente potabilizada, que ya no puede ser reaprovechada por nadie porque se ha contaminado con todo lo que se está en contacto?
¿Somos nosotros los que tenemos que salir a atar con alambre mangueras y emparchar caños para no perder miles de litros diarios de agua? Además, tenemos que hacer las únicas dos cosas que nos piden hacer: pagar los impuestos y llamar por teléfono para reclamar las roturas, ¿y que logramos en ambos casos? Espera y más espera de parte de los responsables, mientras ese agua se pierde y “supuestamente” es un recurso finito.
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Entonces ¿de qué cambio tenemos que ser parte?
¿De quedarnos cómodos y tranquilos, de que abrimos una canilla y tenemos agua y confiamos en que es apta para su consumo? ¿creer que el cambio climático está afectando al planeta mientras que algunos aprovechan al máximo y permiten el derroche del agua que disponen dejando a otros con apenas unas gotas para que hagan lo que “quieran” con ella?
Es necesario exigir sistemas que optimicen el uso de agua, pero que realmente sean accesibles para cualquier hogar, productor o interesado. Cuando escuchamos hablar de productores, industrias y mineras, procesos que mayor requerimiento de agua necesitan, no debemos dejar de lado que una parte de lo que de ahí se extrae o produce es para nuestro consumo.
Por qué no controlar que se hagan bajo prácticas, por llamarlas de una manera, más “sustentables” y accesibles, para que luego, la sociedad no siga siendo la misma afectada de siempre. Entonces, ¿de qué parte del cambio vas a estar?
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Guillermina Porcel Tavernelli. Mujer, soñadora, curiosa e intuitiva, poseedora de pensamiento crítico casi Ingeniera en Recursos Naturales y Medio Ambiente a un paso de defender la tesis. guillerminatavernelli@gmail.com
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