En el marco del Mes de la Niñez, todas las niñas y los niños de la primaria Escuela Normal N° 256 de Santa Rosa, de ambos turnos, participan de un proyecto en el que cada uno debe elegir un lazo de tela entre los distintos colores para escribir en él sus deseos, y luego anudarlo en la entrada principal. Una forma de expresión y un diálogo con la comunidad.
La propuesta la iniciaron los equipos docente y no docente del colegio. Luego, en clase, los niños y las niñas se sumaron para anotar su propio deseo. En caso de que un lacito sólo no alcance, se puede pedir uno extra, y sumar un deseo más al proyecto. También revelan los docentes que a partir de la actividad, muchos aprenden o mejoran su forma de hacer nudos.
Además, desde el inicio de la propuesta y hasta fin de agosto, todos los días en horario escolar, la dirección pone a disposición en la vereda una caja con lacitos y una fibra para los que pasen puedan agregar su propio deseo. Desde la dirección de la escuela cuentan que ya son varias las familias que pasan y ven la caja con el cartel de “Escribí deseos para los niños y anudalos” y anotan los propios, sumándolos a los de los chicos.
Comunidad. No es la primera vez que la dirección pone cajas con objetos a disposición en la vía pública. Anteriormente también lo ha hecho con libros para que cualquiera pueda tomar uno, o dejar donaciones para la biblioteca Clemente Andrada, que comparten con la escuela secundaria ubicada en el mismo edificio.
Leé también Cuidar la niñez, la forma más primaria de inclusión social
Infancias cuidadas y felices. Desde la escuela explican que a través de la iniciativa la propuesta de los lacitos abre al diálogo, el debate, y que los chicos expresen sus deseos, preocupaciones, y las cosas que les están pasando en sus casas. Temas a los que la escuela no permanece ajena.
«Felicidad», «Juego», «Hogar», las palabras que más se repiten.
Un poco de historia…
En la Antigüedad y la Edad Media no se reconocía la infancia como etapa con sus propias características y cualidades. Sin embargo a lo largo del Siglo XVII se empieza a producir un giro en la representación de la infancia sacando del olvido y del anonimato al niño, y colocándolo en el centro de la escena de la familia europea.
En correspondencia a este recorrido la infancia adquirió importancia cuando el niño fue reconocido como sujeto de derecho. Esto se consuma a partir de la Convención sobre los Derechos del Niño, adoptada por la Asamblea General de la ONU el 20 de noviembre de 1989.
Leé también Ley Lucio: un proyecto urgente para la detección temprana de la violencia infantil
*****
Este contenido es posible gracias al apoyo de nuestros lectores y auspiciantes. Compartí esta nota, opiná, y publicitá en nuestra web, para promover un periodismo distinto en la región: Contacto y Publicidad