La semana pasada se confirmó la sentencia de 30 años de prisión a Laureano González por tentativa de homicidio triplemente calificado y abuso sexual contra su ex pareja Nadia Lucero. Además, condenaron a la pareja cómplice.
El 15 de diciembre de 2019 Nadia Lucero fue arrojada desde un auto a la guardia del hospital Lucio Molas a las 23.50, dándola por muerta, por Laureano Gonzalez, padre de sus dos hijos, que se dio a la fuga. Un hecho que conmocionó a la comunidad pampeana.
El viernes 4 de marzo de 2022, el Tribunal de Impugnación Penal confirmó la condena de 30 años de prisión contra Laureano González por la tentativa de homicidio y abuso sexual a su expareja, Nadia Soledad Lucero. En el mismo fallo, se también se confirmaron las condenas contra Claudio Ezequiel Reyna, a dos años de prisión de cumplimiento efectivo por encubrimiento, y a Daiana Manuela Escudero, a dos años de prisión en suspenso por el mismo delito.
La resolución fue adoptada por los jueces que conforman la Sala A, Pablo Balaguer y Mauricio Piombi, al no hacer lugar al recurso de impugnación presentado por el defensor particular José Ramón Rodríguez. De esta manera, fue confirmada en totalidad la sentencia que el 27 de agosto de 2021 dictó la Audiencia de Juicio de Santa Rosa, integrada por la jueza Alejandra Ongaro y los jueces Daniel Sáez Zamora y Gastón Boulenaz.
Los cargos por los que fue condenado González son: tentativa de homicidio triplemente calificado (por la relación de pareja, por alevosía y por mediar violencia de genero); abuso sexual agravado por acceso carnal, siendo inexistente el consentimiento de la víctima por su estado de inconsciencia; y tenencia de arma de fuego de uso civil sin la debida autorización legal. Los hechos concursaron en totalidad bajo el marco de la ley 26.485 de Protección integral de Derechos de las Mujeres.
El caso
El domingo 15 de diciembre de 2019, de acuerdo a la acusación del Ministerio Publico Fiscal, González mantuvo una discusión con Nadia en la vivienda que compartían con sus dos hijos, de tres y cinco años, ubicada en el Barrio Escondido de Santa Rosa, La Pampa . El fiscal Andrés Torino habló de “celopatía” de acuerdo a que la raíz de la discusión era que Nadia había asistido la noche anterior a una “bajada”. El victimario comenzó a golpearla hasta dejarla inconsciente y, en este contexto, abusó de ella sexualmente.
Luego de torturarla por más de 20 horas y en total estado de inconsciencia, Gonzalez subió a Nadia en la parte posterior de su Volkswagen Bora y se contactó con otras personas (una ex pareja y una hermana de Nadia) intentando trasladar a ellas el desenlace fatal de la víctima. Finalmente, la dejó tirada en la guardia del hospital Lucio Molas a las 23.50, “dejándola por muerta” describe la sentencia condenatoria.
Luego de abandonarla en la guardia del hospital, se dio a la fuga. Fue detenido en la tarde del martes 17 de diciembre, con una carabina, dos celulares y una mochila. Se encontraba en Ferreyra Norte 38, residencia de Claudio Reyna y Daiana Escudero, quienes fueron condenados por encubrimiento agravado. En base a la crueldad del accionar de González, el fiscal Torino durante el juicio remarcó un “claro intento femicida” que no llego a efectuarse gracias a que Nadia recobró consciencia después de 20 días en estado de coma.
Testimonios
Según declararon testigos citados por el Ministerio Público Fiscal durante el juicio contra Laureano González, había antecedentes de violencia de género en la pareja. Fernanda Magalí Molina, compañera de trabajo de Nadia aclaró que “en los últimos tiempos” vieron a Nadia yendo al trabajo golpeada. “No preguntábamos, ni ella decía nada; pero haciendo calor iba con mangas largas porque no quería mostrar los brazos”. Por otro lado, Carina, hermana de Nadia, describió que en una oportunidad “apareció con un ojo morado y nos hizo creer que una chica del barrio le había pegado con un palo. Le dijimos que hiciera la denuncia y no quiso. Todo muy sospechoso para mí y mi hermana Joana. Luego admitió que Laureano le había pegado porque había salido con una amiga sin avisarle”.
Además, desde el principio de la relación, Nadia no tenía celular propio por lo que la comunicación con sus cercanos estaba mediada por Gonzalez quién, inclusive, le manejaba la cuenta personal de Facebook. Durante el juicio, Magalí Molina declaro que el acusado no sabía que Nadia iría a la ‘bajada’ y que a la madrugada empezó a llamarla. Lo hizo al teléfono de Molina. “Yo atendí la llamada y se la pasé a Nadia, pero primero no quiso atenderlo. Él insistió, lo atendió y después quiso irse. Nadia pidió que alguien la llevara hasta la casa de Melina porque Laureano pasaría a buscarla por ahí. Cuando Melina volvió a la quinta comentó que había visto a Nadia asustada.
La psicóloga que entrevisto a Nadia después del hecho remarco que “no tenía recuerdos propios” y que “le costó muchísimo aceptar el vínculo violento en el que había estado involucrada”. Estos precedentes sin denuncia, ni intervención estatal, llevaron a un trágico desenlace en el que las propias hermanas de Nadia no la reconocían en sus primeros días de internación en el hospital “Era impresionante cómo estaba. La abracé, el médico comenzó a destaparle las piernas y no había parte del cuerpo en la que pudiera vérsele la piel” recordó Carina con los ojos llenos de lágrimas.
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