*Por Martín Petrucci y Micaela Servetto
Estudiantes de diferentes colegios de Santa Rosa y Toay vienen protagonizando situaciones de violencia verbal y física durante las últimas semanas. En algunos casos, se trata de peleas entre jóvenes y, en otros, hay agresiones de alumnos hacia docentes.
A raíz de estos hechos, que parecen mostrar una agudización de distintas situaciones de violencia que ocurren en el ámbito escolar, un grupo de trabajadores de la educación decidió formar la Asamblea de Docentes Autoconvocados de La Pampa y salir públicamente a exigirle al gobierno provincial y al gremio UTELPA que brinden respuestas y soluciones adecuadas.
Algo anda mal
En el Colegio Nacional de La Pampa, dos compañeros se pelean, las autoridades convocan a sus tutores y, luego de discutir, los padres de los chicos se agarran a golpes de puño. Una semana más tarde, un estudiante le pega una patada a una profesora de Educación Física. Antes de eso, otro joven había amenazado a otro docente.
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En la misma ciudad, en el Colegio “Fernando Araoz”, un joven de 15 años, acompañado por su hermano de 22, ingresan al establecimiento a buscar a un chico de 14 años e intentan agredirlo. El atacado saca un cuchillo para defenderse y termina con heridas cortantes en su cuerpo.
Dos hechos similares ocurrieron en la localidad de Toay: una nena de 13 años es agredida a pocas cuadras del colegio “Olga Orozco” por una compañera suya, tras lo cual, días después, la hermana de la chica agredida, junto a una amiga, van al establecimiento educativo y golpean a la agresora. En el segundo episodio, una adolescente ingresa al colegio “Claro en el Monte” y va directo a buscar a otra chica a quien le propina golpes dentro del mismo aula. Una docente interviene y logra detener el ataque.
Estos son solo algunos de los episodios violentos más resonantes difundidos por los medios de comunicación de la provincia desde el mes de abril. Muchos otros ni siquiera trascienden. Si bien no es un fenómeno nuevo, la violencia en el ámbito escolar se ha incrementado alarmantemente en los últimos años, convirtiendo a las escuelas en campos donde la enseñanza y el aprendizaje son invadidas por el miedo, la incertidumbre y la desesperanza. Solo la comunidad educativa conoce con certeza la realidad cotidiana que deben vivir y, ante la inacción de las autoridades, docentes y estudiantes se organizan y protestan.
La crisis influye en la calidad educativa
#LPN dialogó con docentes de distintos colegios secundarios de Santa Rosa. Todos y todas coinciden en señalar que la sucesión de hechos de violencia cada vez más frecuentes en espacios educativos está directamente relacionada con la crisis que atraviesa el país, que va de la mano de una creciente desigualdad socioeconómica que deja a los chicos y chicas en situaciones de mayor vulnerabilidad. En Argentina, dos de cada tres niñas y niños son pobres o están privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la protección social, a una vivienda o un baño adecuado, al agua o a un hábitat seguro.
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“Sabemos por experiencia que las crisis económicas impactan en nuestro comportamiento y en la conflictividad social. De alguna manera, varias situaciones económicas y políticas nos han traído hasta acá, un momento en que la escalada de violencia se representa de manera muy cruda dentro de los colegios, que hoy son instituciones que cumplen muchas funciones para las que no necesariamente estamos preparados. Sabemos que el principal objetivo es educar, pero nos encontramos con niñeces y adolescencias atravesadas por un modelo económico que no da muchas opciones a un crecimiento libre de violencia”.
Johana Manavella, docente de Historia
En la misma línea, Victor Filippa, profesor de matemática, señala que la complicada realidad socioeconómica influye en el estado de ánimo de jóvenes y no tan jóvenes. “El deterioro de la situación laboral y económica de la familia inevitablemente genera situaciones de angustia, de impotencia, genera malestar, y terminan expresándose de la manera en que lo puede procesar cada uno de los estudiantes o incluso docentes en el ámbito laboral nuestro y en el ámbito escolar. Esa es la mayor de las razones. De hecho, la mayoría de los conflictos no son situaciones que se generan en el colegio, sino que son ahí donde explotan”, detalla.
Por su parte, Rocío Malía, profesora de Lengua y Literatura, considera que la violencia es un fenómeno multifactorial. “Tal vez uno de los factores tiene que ver con la complejidad de los reclamos sociales que se dan dentro de las escuelas. Las dificultades económicas que estamos atravesando como país y que están atravesando las familias hacen un poco más difícil todo. También, después de la pandemia lo que observamos en las escuelas es una ruptura bastante notoria del entramado vincular y social que costó mucho recomponer incluso hasta el día de hoy”, dice.
Docentes y especialistas advierten, a su vez, sobre el impacto de la violencia en el rendimiento académico, el bienestar emocional de los estudiantes y, por ende, en la calidad de la educación. Desde esta perspectiva, existe una relación directa entre la violencia y el bajo rendimiento escolar. Las diversas «violencias» (en plural), al tiempo que afectan el orden, la motivación, la satisfacción y las expectativas de las personas en sus relaciones mutuas, tienen efectos muy plausibles sobre las escuelas, que están relacionados con el fracaso de sus propósitos y de sus objetivos más amplios de educación, de enseñanza y de aprendizaje.
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Rocío lo describe: “En un aula caótica o en una donde las relaciones se cimentan en la violencia es muy difícil el aprender, generar un clima propicio para aprender. Yo creo que hay ciertas condiciones mínimas que se tienen que dar para poder desarrollar los procesos de enseñanza-aprendizaje”.
Estudiantes con miedo
Los y las estudiantes reconocen que tienen miedo de la violencia que se da en algunos espacios educativos y también esperan respuestas por parte de las autoridades ministeriales.
Julieta Tejeda tiene 18 años y asiste al colegio “Julio Colombato”, donde hace pocos días un nene de 14 años terminó con heridas cortantes cuando quiso defenderse de un ataque. Julieta admite que ella y sus compañeros y compañeras viven los episodios de violencia en la escuela “muy asustados y esperando una respuesta del ministerio”. La joven reclama “respuestas y seguridad” de parte de las autoridades. “La verdad muy pocas veces tuvimos inconvenientes en este colegio pero los pocos han demostrado que a veces no les dan la importancia que se merecen”, afirma.
Para Julieta, las redes sociales juegan un papel crucial en la generación de este tipo de conflictos que, en algunas situaciones, escalan a niveles de violencia muy preocupantes. “Mayormente, las discusiones o diferencias empiezan por medio de las redes sociales y luego cuando se encuentran cara a cara se desatan todas esas broncas”, señala la joven.
Otro joven estudiante del mismo colegio, llamado Lisandro Guevara, de 17 años, afirma que “vivimos mal estos hechos porque no nos escuchan los directivos” y apunta que “ya es la tercera vez que pasa algo grave” y que “también hubo muchas peleas”. Al igual que su compañera, dice que se sienten “desprotegidos” y remarca que este tipo de episodios violentos han pasado en años anteriores.
Asamblea de Docentes Autoconvocados de La Pampa
En este contexto, un grupo de trabajadores de la educación decidieron organizarse en la Asamblea de Docentes Autoconvocados de La Pampa para llevar a cabo acciones ante el Ministerio de Educación de La Pampa y el gremio UTELPA.
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“Todos los días asistimos a un sinfín de normativas que llegan de modo vertical a los colegios tras consultas inexistentes y en absoluto desconocimiento de la realidad que vivimos en las aulas. Todos los días somos protagonistas o víctimas de situaciones de violencia ante las cuales las herramientas que tenemos en las escuelas y el acompañamiento del Ministerio son ineficaces o inexistentes. Todos los días vemos a compañeros y compañeras, profesores y directivos perder la salud física y emocional como consecuencia del estrés, la violencia y la presión a la que estamos sometidos. Estamos hartos”.
Los autoconvocados en un documento que leyeron tras una asamblea frente al colegio Nacional
Johanna Manavella describe que “las escuelas tienen protocolos de acción ante las situaciones de violencia, pero debe ser acompañado por recursos humanos y económicos que ayuden a hacer del espacio escolar un lugar seguro para todes les que allí transitamos”. Y amplía: “En mi caso soy profesora de Historia y no sé si necesariamente tengo herramientas para erradicar la violencia. Puedo informar a las autoridades, hablar con les estudiantes pero, ¿con eso solo alcanza?”
El pasado 2 de mayo, los docentes le presentaron un documento escrito al ministro de Educación de la provincia, Pablo Maccione, donde, entre otros reclamos, pidieron que haya creación de cargos de apoyo escolar y el diseño de una política que aborde la problemática de la violencia en las escuelas, con su correspondiente financiamiento para solventar los recursos humanos y tecnológicos necesarios. La misma nota fue presentada ante las autoridades de UTELPA.
Los autoconvocados volvieron a manifestarse este jueves 11 de mayo en la Plaza San Martín. Más de 50 personas se reunieron y algunos referentes leyeron un documento en el cual adelantaban que pedirán una audiencia al gobernador Sergio Ziliotto para poder hablar sobre la violencia escolar sin intermediarios, es decir, sin sindicalistas de por medio. Luego de ello, los docentes decidieron marchar por las calles céntricas para visibilizar su reclamo.
Por otro lado, también hubo manifestaciones de algunos estudiantes, padres y madres, en uno de las instituciones donde ocurrieron casos de violencia. Algunas de las exigencias que se hicieron coincidieron con el reclamo de los docentes autoconvocados, aunque estas acciones no lograron una repercusión mediática.
Críticas al gremio
La Asamblea de Docentes Autoconvocados se congregó frente a la sede UTELPA el pasado miércoles 3 de mayo para exigir acciones que otorguen soluciones a la violencia que deben vivir en sus lugares de trabajo. Ante esto, el sindicato educativo decidió no convocar a un paro, que era una de las exigencias de los autoconvocados, y resolvió solicitar la apertura de la paritaria al gobierno provincial “porque es el ámbito donde discutimos condiciones salariales y laborales”, explicó Rosana Gugliara, Secretaria General de UTELPA. El gobierno pampeano, por su parte, dio lugar al pedido y convocó a una reunión paritaria para el hoy martes 16 de mayo.
“Era una respuesta que veíamos venir, que no iban a convocar a paro por la coyuntura preelectoral que estamos atravesando. Sí nos parece positivo que hayan llamado a paritarias porque es el ámbito adecuado para negociar todas estas cuestiones. Pero esperamos que esto sea no un acompañamiento puntual como consecuencia de la movida de los docentes autoconvocados, sino que sea un acompañamiento sostenido. El año pasado UTELPA también se movilizó en junio, se hizo una marcha multitudinaria por esto mismo pero después de eso no cambió nada, ni tampoco se volvió a tocar el tema, por lo menos no lo planteó UTELPA públicamente. Por eso necesitamos que esto sea algo sostenido”.
Malía
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En ese sentido, Manavella plantea que la proximidad de las elecciones produce que su reclamo pierda consistencia. “Lamentablemente, sabemos que ante una fecha tan cercana a las elecciones se ha tergiversado nuestro pedido. Salimos en este momento porque dijimos basta, no salimos pensando electoralmente. Entendemos que no llamar a paro desde el gremio responde, principalmente, a una política de partidismo. Les docentes reunidos en asamblea identificamos el paro como un hecho importante de visibilización, una llamada de atención a las autoridades y a la sociedad toda de que nos urge ser escuchados”, sostiene.
Filippa, en tanto, cuestiona a UTELPA y opina que “los mecanismos democráticos dentro del sindicato los han destruido hace mucho, las voces que son diferentes a las de la conducción de a poco las van acallando, de manera que el docente que es opositor termina frustrándose, enojándose, muchos lamentablemente se terminan desafiliando por las prácticas antidemocráticas que mantienen hace décadas”.
La responsabilidad del gobierno pampeano
En este contexto, los trabajadores de la educación coinciden en que el gobierno provincial debe aumentar la inversión en materia educativa, para poder crear cargos con profesionales que estén preparados para trabajar sobre la violencia.
“La respuesta del gobierno provincial debería ser dejar de ver a la educación pública como un gasto. El reclamo fuerte es que en las escuelas falta personal. Mayor inversión en educación, creando cargos necesarios, porque falta gente en las escuelas. El de los famosos gabinetes pedagógicos es un reclamo que en todas las escuelas se hace. En otras provincias incluso existen, cuentan con un gabinete donde hay un asesor pedagógico, una asistente social, un psicólogo. Se podrían comenzar por hacer por lo menos en cada barrio, por zona, cada dos o tres escuelas, pero el gobierno provincial está claramente negado a crear cargos”, postula Filippa.
El joven docente también considera que los funcionarios gubernamentales deben reunirse con los docentes autoconvocados y no solo guiarse por los que les dice el gremio docente. “La respuesta del gobierno debería ser, para empezar, como mínimo escuchar a los docentes. La vía que elige el gobierno, porque es más conveniente para ellos, es reunirse con UTELPA y es entendible porque es el sindicato. Pero hoy en día UTELPA no representa a la mayoría de los docentes. Nosotros pedimos una reunión con el gobernador para que nos escuche sin intermediarios”, indica.
“Otro reclamo es el de las asambleas en cada escuela. Permitir que en las escuelas tengamos un tiempo y un espacio para realizar asambleas. Eso sería básico para que en cada escuela docentes y estudiantes podamos debatir cuáles son las problemáticas y qué se necesita en las escuelas para resolverlas”, agrega.
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Asimismo, Tejeda cree que las situaciones de violencia “se podrían evitar quizás teniendo un psicólogo en el colegio, el cual aconseje y te ayude a tomar buenas decisiones, y también tener alguien que controle la salida y entrada al colegio”.
Guevara, por su parte, dice estar convencido de que la violencia escolar se puede solucionar, pero critica que las autoridades de su colegio negaron la situación de pelea que terminó con un compañero herido.
Futuro incierto
Las personas entrevistadas coinciden en que el panorama a futuro es poco prometedor y los episodios de violencia se profundizarán si los responsables de tomar decisiones en el ámbito educativo siguen sin reaccionar. En el mismo nivel, señalan que la crisis social continuará generando situaciones violentas, pero la solución no es esperar a que se resuelvan los problemas del país.
“Siempre se vivieron situaciones de violencia, pero creo que se están agudizando y a medida que la situación social sea cada vez más precaria, más terrible en ese sentido, vamos a un escenario donde van a ser cada vez más comunes, lamentablemente. Por eso es algo que tenemos que trabajar de manera urgente”, sostiene Filippa.
Manavella afirma que “en las escuelas se réplica la conflictividad social pero ¿vamos a esperar que se resuelvan los problemas sociales y recién ahí tendremos una escuela libre de violencia? Tenemos que pensar que hacemos en ese «mientras tanto». La tarea es pensar en territorio cómo resolverlo, con los trabajadores que conocen las problemáticas de las escuelas”.
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En el día de hoy, los integrantes de la Asamblea de Docentes Autoconvocados asistirán a la reunión de la paritaria sectorial docente, donde se abordará la problemática de la violencia en las escuelas. Miembros de los gremios UTELPA y AMET mantendrán un encuentro con funcionarios del Ministerio de Educación para abordar estas cuestiones, pero los autoconvocados no podrán participar de ese diálogo.
Entretanto, los asambleístas esperan que el gobernador Sergio Ziliotto los reciba para así poder explicarles, de primera mano, cómo es la verdadera realidad que tienen que experimentar en las aulas mientras enseñan.
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