Al Negro Tejada, le gusta llamar la atención, no solo por la diversidad y exquisitez de sus platos, sino también por la manera en que se viste, por sus sombreros y sus llamativos uniformes de cocina: el amarillo o el fucsia con flores en las mangas, el verde militar (seguramente tenga otros), sus anteojos de marco cuadrados y el pelo para arriba.
A los 11 años el negro se hizo pampeano. Con su familia se estaban mudando a Trenque Lauquen, pero en ese momento hubo una gran inundación y se quedaron en Santa Rosa. Su papá tenía un taller mecánico y en un momento de su adolescencia trabajó con él.
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Después fue haciendo otras cosas, trabajó como viajante y llevaba cosas para bares. Algo de toda esa movida le debe haber gustado porque Tejada después empezó a trabajar en gastronomía: su primer trabajo fue en el Paseo de la calle Avellaneda, en La Morocha, un bar que también funcionaba como café.
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Al tiempo, fue encargado de Camalote, ubicado en la 9 de Julio, pero dejó el puesto para fundar su propio restaurante en Buenos Aires. Estuvo cinco años en CABA y volvió a Santa Rosa para fundar D Zero, una famosa lomoteca ubicada al final de la calle Roque Saenz Peña.
Tuvo que pasar toda una noche desvelado por la idea hasta que coincidió con el dueño de la Inmobiliaria Ciudad, que después de mostrarle el espacio y escuchar el proyecto, le dijo: “Este lugar es para vos”.
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El caserón con múltiples habitaciones se convirtió en la nueva sucursal de D Zero que contaba con una sala donde funcionaba una boutique. Tiempo después, se mudaron a la zona de las vías, en la esquina de Avellaneda y Alsina, pero “cuando cerré ese lugar, decidí tomarme un tiempo de descanso de la gastronomía”.
El descanso duró solo tres meses porque no podía abandonar la cocina así como así. “Una mañana salgo del departamento y me encuentro con el dueño de Las Cañitas, me comenta que vendía el lugar, que en ese momento funcionaba como kiosco, rotisería y cabinas telefónicas. A mí que me corre lo gastronómico en la sangre, no lo dudé y lo compré”.
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De a poco fue sacando el kiosco, las cabinas telefónicas y lo transformó en un restaurante que funcionó con mucho éxito durante los últimos nueve años. Pero con el tiempo se retiró para fundar Morena Café.






Los platos del negro
“Durante los tres meses que estuve instalando y poniendo en marcha Morena, seguía trabajando en Las Cañitas. Un día faltó un cadete y tuve que salir a repartir en el auto. Al pasar por Juan B. Justo, para el lado de la laguna, vi una casa antigua en alquiler y automáticamente visualicé ahí un resto”.
El-Negro Tejada
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Cuando empezaron a construir el espacio, la idea era avanzar solo con cafetería, en ese momento incorporaron una gran cantidad de postres. Cuando decidieron orientarse a las cuatro comidas diarias, fueron ampliando sus opciones de comida, “tenemos comida variada, en sanguches y al plato, vendemos mucho la molleja”.
A Morena Café se puede ir a desayunar y a merendar o también a almorzar y a cenar. Es un espacio en el que cada persona encuentra su plato, ya sea comida keto, vegetariana, vegana, libre de gluten, como así también se ofrecen los platos tradicionales y una amplia variedad en cafetería.
Por la decoración del lugar, podemos suponer que al negro le gusta la literatura, el rock, los Beatles, Cerati y, por una banderíta que hay en uno de los rincones, también suponemos que es de River Plate.
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Morena Café se llama así en honor a su hija. Lo inauguró el 24 de marzo de 2022, en la intersección de Leguizamón y Delia Parodi. Lo denominó ‘la ochava del encuentro’ o, podríamos decir, ‘la ochava de la amistad’, porque es un lugar que está abierto desde las ocho de la mañana hasta la una de la madrugada. Un lugar ideal para ir en cualquier momento con amigos.
Rinconcitos de Morena Café
En cualquier horario siempre hay una gran variedad de opciones tanto para desayunar, almorzar, tomar una rica merienda, una cena gourmet y, próximamente, se está ampliando Morena con un patio cervecero.









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En Morena son todos muy amables y te reciben con una sonrisa. En seguida te acercan la carta, que es una carpeta escolar negra, de esas que se pintaban o se llenaban de recortes, las típicas carpetas de secundaria, las de antes. Nada de andar mostrando códigos de barra.
Ese menú es el resultado de la gran variedad de platos que se ofrecen, más parecido a un libro que a las clásicas cartas plastificadas. Una variedad que su dueño construyó a partir de las recetas e ideas que el Negro Tejada fue juntando a lo largo de su vida y experiencia en el universo gastronómico.
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“La repercusión en el público fue increíble, al restó lo tenemos siempre lleno y para septiembre tenemos planeado abrir el patio cervecero, donde vamos a poner sillones y espacios cómodos donde vamos a seguir ofreciendo lo mejor del restó y birras”.
El-Negro Tejada
Morena Café Leguizamón y Pasaje Parodi, a unos pasos de la Av. España y Gil, Barrio Fite. Reservas al 242100 o al 2954645243. Abre de 8 de la mañana a 1 de la madrugada.
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