Claudia Giménez y Verónica Molina se conocen “del arte” y un buen día decidieron armar un espacio que hoy aloja a más de 60 alumnas, en donde venden lo que hacen y todos los insumos necesarios.
Tienda y Taller de Arte es un lugar de desconexión, de creatividad, de risas y de encuentro, en Santa Rosa. “Es un placer cuando entran las alumnas, respiran, y nos dicen -me hacía falta este olorcito del taller-. Es muy gratificante que otros lo puedan percibir y disfrutar como nosotras” nos cuenta Claudia.
Participar en un taller de arte es siempre algo lindo. Una elección. Por el motivo que sea. “Por necesidad, aburrimiento, inspiración, algo te motiva a desafiarte en algo nuevo, o a cambiar de rubro artístico, o por un tema de salud, o para empezar un emprendimiento” dice Vero.
Dos historias
Claudia Giménez (52) es Manos Mágicas. Nació en Acha “mi corazón siempre está allá” dice. Hace 27 años trabaja en el Poder Judicial, tiene dos hijos, «uno en la tierra, Agustín, y uno en el cielo, Ale». Nos confiesa que sus manos la salvaron, «fueron un sostén”.
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Su hijo mayor apodó a su hijo menor, “manos mágicas”. “Siempre le rompía los juguetes…”. Cuando arrancó con el emprendimiento, charlando en familia, resurgió el nombre Manos Mágicas. Si bien desde chica siempre hizo cosas con sus manos, “desde bordar con mi abuela”, empezó a buscar herramientas para sanar, desde el arte. Y apareció la pintura en porcelana, “y todo esto que vos ves” agrega.
“Las manos y el arte nos sanan. Entre pinceladas sale y fluye.”
Claudia Jiménez.
Un espacio. Muchos se acercan al taller con alguna situación complicada, por consejo de algún psicólogo, en búsqueda de un espacio para hacer algo diferente, cambiar. “Tratamos de no hablar de la pandemia, para desconectarnos ¡aunque sea una vez a la semana!”.
Verónica Molina (42) es Vero Molina arte decorativo. Es oriunda de Uriburu. En un momento de su vida descubrió que ya no quería ser empleada, y hoy se dedica sólo a esto. “Desde chiquita lo hago: pintura en tela, tarjetería española, tenía 10 años y vendía tarjetas ¡una caradura!”. “Hay gente a la que le atrapa el deporte o lo intelectual, a mi siempre el arte. Una vez fui al Museo de Bellas Artes…puedo estar horas ahí…”
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De grande incursionó con la pintura en cerámica. Empezó a capacitarse, a viajar, a conocer profesores, “y te vas haciendo más fanática”. ¿Qué hace hoy? Pintura en porcelana, taller de enseñanza de pintura y mix media -técnicas combinadas: falsos acabados, transferencias, reciclados, entre otros-.
“Yo vengo los feriados a trabajar ¡amo lo que hago!”
Vero Molina.
Emprender, mucho más que yo. Hoy se capacitan de manera virtual en miles de herramientas, desde artísticas, hasta comunicación, marketing, emprendedurismo. Aprenden todos los días.
En este camino Clau descubrió que “es muy egoísta decir que mi emprendimiento soy yo nada más. Aunque yo haga todo. Es cierto que yo soy la que pinta, la que cobra, la que hace los pedidos, la que envuelve el paquete, pero detrás hay un equipo invisible: el grupo de amigos, la familia que te cuida a tus hijos, los que hacen que llegues a casa y la comida esté lista, la ropa lavada.”
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“Todo emprendedor necesita el grupo de sostén, llámese familia, grupo de amigos, los que están alrededor. ¡La mamá de Vero que nos hace las cosas de costura!” dice Clau. “¡La gente que te pone fichas!” agrega Vero.
Motivar. Muchos emprendimientos surgieron en este taller. Una de las alumnas va a empezar a hacer carteles para domicilios, “la idea es ayudarnos” agregan las chicas. Otro montón de emprendedoras pasaron por aquí, se inspiraron, se llevaron herramientas para otros rubros o para empezar un nuevo camino laboral.
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Cuando llegamos, se iba una alumna de Vero, de muchos años. “Cuando empecé no tenía pulso” le confesó a Vero, hoy pinta todas cosas pequeñitcas, chiquitas, con total precisión.
Sin dudas, el arte siempre vale la pena.
Tienda y Taller de Arte. Joaquín V. González 33. Santa Rosa, La Pampa.