De tener una tapicería, a crear una fábrica de sillones en plena pandemia. La historia de Juan y Claudia. Una historia emprendedora, artesanal, a puro esfuerzo y apoyo de los amigos.
Cuando todavía eran adolescentes, Juan Manuel Echeverría (45) y Claudia González (45) salían a bailar a lugares distintos, pero una de esas noches en las que estaban por salir, Claudia y sus amigas decidieron cambiar de lugar y se fueron al Jockey. Ahí se conocieron con Juan, y a partir de ahí empezaron una vida juntos.
Formaron su familia, tuvieron tres hijos, y hoy ya son abuelos. Hace 29 años que están juntos. Pero antes, mucho antes de tener su propia fábrica de sillones, Claudia se dedicaba a coser y a confeccionar prendas, para su marido y para sus hijos, y Juan puso una tapicería en la que trabajó desde los 20 años hasta el año pasado.
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“Antes de tener la fábrica de sillones y de vender sillones, yo tenía tapicería. La tuve hasta el año pasado. Con el tema de la pandemia se fue cerrando todo y tomé la decisión de dedicarme a otra cosa. Me gustaba el rubro de fabricar sillones. Veía que lo que me traían para reparar era de muy baja calidad. Entonces decidí empezar algo de mejor calidad, con garantía, un producto hecho en La Pampa”.
Juan Manuel Echeverría
Juan tuvo la suerte de tener un gran grupo de amigos. Mientras él todavía trabajaba en la tapicería, sus amigos le encargaron algunos sillones. Él los hizo. Sus amigos no terminaban de dar crédito del producto que habían recibido. La confianza y las palabras de sus amigos fue el puntapié inicial para pensar en la posibilidad de dedicarse a otra cosa.
“Fue muy importante la confianza de mis amigos para estar donde estoy, para poder avanzar. Nunca sé si este era mi sueño, pero las charlas con ellos, que me encargaran los sillones, que me dijeran que estaban buenos, que los sillones se lucieran en sus casas, eran indicios de que estaba haciendo bien las cosas. Te da otra confianza. Ellos me fueron llevando hasta que tomé la decisión”.
Juan Manuel Echeverría
Cuando la dueña del local que Juan alquilaba y en el que tenía la tapicería se encontró con que ella necesitaba el espacio, lo primero que hizo fue pensar en dónde iba a poner un nuevo local. Pero había algo que le daba vueltas y más vueltas.
“Estaba en casa, estábamos cenando y de golpe tomé la decisión. Llamé a un amigo y le dije que no iba a abrir la tapicería, que iba a poner una fábrica de sillones, que iba a empezar a vender mis sillones. Así arrancamos”.
Juan Manuel Echeverría
Al principio, fue difícil encontrar un local, hasta que por intermedio de un amigo, conocieron a una mujer que les mostró el local. Les gustó esa esquina y supieron que era ese, que era ahí. Abrieron en noviembre de 2021, hace cuatro meses, y la gente que les compró algún sillón están contentos, les agradece y los recomienda.
“A nosotros nos ayuda el boca en boca. La gente se da cuenta de que lo que compra está bueno, el trabajo es bueno y eso ayuda un montón. El resto se da de a poquito”.
Claudia Rosana González
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La gente que les compró está muy conforme con el producto, porque es un producto de muy buena calidad: el armazón de la madera, el trabajo en la madera, la carpintería, la calidad de los materiales, los detalles en la terminación, es todo de primera calidad.
Además, los procesos de armado y los detalles de terminación son muy diferentes en relación a otros lugares que venden sillones en Santa Rosa. La mano de obra es mano de obra calificada, con más de 25 años en trabajo de tapicería.
“Sé lo que hago, tengo el oficio, tengo idea de lo que armo y de lo que desarmo, sé cómo coser y cómo tapizar. Es un trabajo bien artesanal y me gusta hacerlos. Hago lo mejor que puedo. Todo lo que hago es una sola pieza. Está todo cocido, no está pegado ni ensamblado. Y los detalles que tienen los sillones son detalles por los que no se preocupan en otros lados”.
Juan Manuel Echeverría
Juan y Claudia trabajan juntos, en equipo, siempre para adelante. Porque ellos no están solos, tienen en qué creer, tienen un producto de calidad y el apoyo incondicional de sus amigos, de su familia y, por supuesto, estar bien entre ellos es lo que les permite seguir adelante.
“Ojalá tengamos más ventas y podamos armar otra estructura, una fábrica más grande, con empleados. Ese es el único sueño que tengo: me encantaría poder dar trabajo, enseñar el oficio, esto que aprendí yo y que tanto me gusta”.
Juan Manuel Echeverría
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“Juntos y siempre para adelante. Siempre. Con estos sillones hermosos. Con esto que tanto nos gusta. Con el apoyo de todos. Para adelante siempre”.
Claudia Rosana González
Sillones Yimey Pellegrini 99, esquina Sarmiento, Santa Rosa, La Pampa. Whatsapp 2954-599732 / 2954-338455. Instagram
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