Las hermanas María Estela San Martín y María Rosa San Martín son «Las Marys», dos jubiladas que hicieron del armado de mosaicos una forma de terapia y un emprendimiento artístico distinto en la ciudad. Desde #LPN conversamos con ellas y contaron su historia.
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María Estela, con 40 años de servicio en el IPAV de La Pampa, y María Rosa, se retiró después de trabajar 21 años como secretaria en un consultorio médico, cuentan que su incursión en el mosaiquismo comenzó como una actividad para aprovechar el tiempo libre tras jubilarse. «Nos atrapó. Siempre fuimos emprendedoras, hemos vendido joyas de plata, calzado y ahora hacemos esto que nos encanta», comparte María Estela.
El mosaiquismo es una técnica ancestral que implica la minuciosa composición de piezas pequeñas, llamadas teselas. Se basa en el armado de estructuras bajo la unión de diferentes piezas sobre un soporte de tablón u otro formato con dureza. Los materiales que se utilizan pueden ser variados: piedras, terracota, cerámicas, vidrios o materiales de diversas formas, colores y texturas.
Al principio solo hacían piezas para la familia, pero luego de un año de práctica, llegó el momento de poner en valor todo ese esfuerzo y se animaron a vender y a tomar pedidos de otras personas. Su debut en ferias, como la reconocida Expo Vivero, marcó un cambio significativo en la demanda de sus creaciones.
Para la Feria del Regalo de fin de año tuvieron que preparar el stock con meses de anticipación porque, por supuesto, el mosaiquismo requiere de mucho tiempo para preparar las piezas.
«Le dedicamos los momentos que tenemos libres, después de disfrutar de los nietos, ahí nos ponemos a hacer. Tal vez a la tardecita, hasta la noche. A veces hasta las doce de la noche. Nos encanta, se nos pasan las horas«.
María Rosa
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La creatividad
Inspiradas en la diversidad, su enfoque radica en la singularidad de cada pieza, por lo que nunca repiten los diseños. «Siempre damos nuestro toque personal«, afirman. Sus creaciones abarcan desde macetas, aguamaniles y tutores, hasta espejos, adornos y bachas, destacando sus distintivos colibríes y mariposas, cada uno único en su diseño.
Los materiales clave para crear estas piezas incluyen fibrocemento o hierro para los soportes; azulejos, mosaicos o incluso vajilla antigua, silicona o cola vinílica y pegatina. Estos insumos suelen ser obtenidos en ciudades como Buenos Aires o Córdoba, y el corte específico de las piezas se realiza en un sitio especializado.
El proceso creativo del mosaiquismo es meticuloso e implica seleccionar las teselas, que se colocan con precisión en la superficie, se adhieren usando silicona o cola vinílica y se dejan secar. Luego se aplica una mezcla llamada pastina para unir las teselas y rellenar los espacios entre ellas. Tras el secado parcial, se realiza una limpieza para obtener una superficie uniforme y completa.
La técnica implica precisión y paciencia, y la selección de colores requiere un ojo estético. «La combinación de colores es fundamental, lo que se esté haciendo tiene que ser armónico», explica María Rosa.
Costos y mano de obra
Las hermanas reconocen que los costos de los insumos que utilizan son elevados y suben todo el tiempo, en ese sentido es imposible establecer precios fijos. Esto sumado a que el tiempo dedicado a cada pieza es considerable. Sin embargo, el precio final jamás termina por reflejar el verdadero valor de la labor realizada.
«Con respecto a lo que cobras, nunca se puede cobrar lo que realmente es el trabajo. Hay muchísima gente, por suerte, que lo aprecia mucho y se da cuenta de que son trabajos que llevan horas, realmente. Pero la mano de obra prácticamente no se cobra. Obviamente, nosotras ya tenemos mucha práctica y al principio nos costaba más, ahora lo hacemos mucho más rápido porque también es eso, práctica, práctica y más práctica«.
María Rosa
La venta de sus creaciones se realiza a través de su Instagram, donde comparten fotos de los diseños en stock. Los pedidos en general se hacen por encargue: se elige un diseño y en base a eso elaboran el presupuesto según la pieza. Recién ahí se ponen manos a la obra.
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El mosaiquismo como terapia
Es sabido que en general, la práctica artística trae múltiples beneficios. El mosaiquismo en particular, ofrece una vía de expresión creativa, actúa como una terapia relajante que clarifica la mente y mejora la concentración, fortalece la destreza manual y la coordinación, además de su versatilidad al poderse aplicar en una variedad de objetos y superficies. Por eso, las Marys no dudan en recomendar esta práctica a todo el mundo.
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«Siempre recomendamos el mosaiquismo a cualquier persona, cualquier edad y género, porque lo puede hacer cualquiera, incluso hay muchos hombres que se paran en el stand y les llama muchísimo la atención, a los niños también«.
María Estela
«Nosotras lo recomendamos como terapia, es fantástico, trabajas mucho la imaginación, estás creando todo el tiempo con colores, con figuras», agrega María Estela.
Las Marys en Instagram
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