El Senado de la Nación aprobó la semana pasada la Ley Diana Sacayán y Lohana Berkins, que establece el Cupo e Inclusión Laboral para la población Trans, Travesti y Transgénero en todo el país. Una votación considerada «reparadora de derechos», respaldada por el oficialismo y la oposición.
El trabajo y la igualdad de oportunidades en el mercado laboral, sin duda, son herramientas de inclusión. Lucía (34) es una de las fundadoras de la Cooperativa Laboral Trans ALT. Desde hace tiempo vienen luchando en este sentido.
«Es un paso enorme, una conquista de nuestro colectivo, pero creo que también es una conquista de nuestra sociedad, dada a partir de la lucha de muchos sectores. Creo que como sociedad ahora somos un poquito más justes, más empatiques, con las realidades de distintos grupos que han sido históricamente violentados.»
Lucía, presidenta de la Cooperativa Laboral Trans ALT.
Hoy, 28 de junio, Día Internacional del Orgullo LGBTIQ+ junto a la invitación a la capacitación virtual #ContratáTrans, postearon en sus redes: «Estamos haciendo historia. Queremos vivir en un mundo con igualdad de oportunidades, donde el trabajo formal sea un derecho de todes.»
Cambio de paradigma. «Creo que todo esto tiene que ver con una cambio de paradigma, posibilitado por los avances del feminismo, y la deconstrucción que es el gran arma del feminismo como aparato transformador de la cultura. Cuestionarnos un montón de cosas de una sistema patriarcal y machista nos posibilita habilitar ciertas identidades como algo más fácil de digerir. El transfeminismo nos incluye. Sin esa corriente esta conquista no hubiese sido posible» Lucía.
El jueves, el día que se sancionó la ley, Lucía fue a la Plaza de Congreso ¿Cómo fue ese día? «estábamos muy felices. No son tan masivas como las marchas de la mujer, en las cuales también participamos porque nos sentimos parte, pero hay un colectivo muy unido, muy fuerte.»
La Cooperativa ALT surgió en plena pandemia y desde hace unas semanas tienen la habilitación del INAES (Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social) como una cooperativa «con todas las de la ley». Tiene su estatuto escrito en lenguaje inclusivo, la primera cooperativa en tenerlo. Además es la primera en estar íntegramente formada por personas trans.
La idea es generar trabajo «dentro de una lógica de la no necesidad, sin ese papel de personas que necesitan ayuda» que es muchas veces el lugar donde están y «poder ser artífices de nuestro propio destino» define Lucía.
«Crear nuestras propias herramientas para poder salir adelante, en este caso herramientas de conocimiento. En tecnología, una vez que conseguís tu primer trabajo, es muy difícil que no consigas más. Es un sector de pleno empleo.» Formar personas que no van a volver a la precariedad laboral.
¿Cómo surgió? «Al principio del distanciamiento estricto, estábamos dando unos curso de capacitación para personas trans y no binarias, y nos quedamos con la idea de hacer una cooperativa, al ver la falencia de personas capacitadas en este ámbito. Empezamos a tener cierto capital de conocimiento. El primer trabajo fue en mayo del 2020 y fuimos afianzándonos en este sueño colectivo.»
¿Logros? «El hecho de ser la primer cooperativa trans en trabajar en tecnología. Hay varias experiencias de otras cooperativas en otros ámbitos de trabajo para intentar generar puestos de trabajo que librados a la libertad del mercado laboral resulta dificultoso tener una situación de igualdad. En el cooperativismo encontramos una salida.»
En la actualidad hay más de 20 cooperativas trans en Argentina.
¿Dificultades? «La dificultad es la de cualquier empresa en Argentina, un país que vive en crisis económica. Como para todos… sobre todo en este contexto de pandemia, la dificultad es siempre la subsistencia. Que el proyecto no muera. Es un desafío constante, porque parte de nuestros recuersos se destinan a las capacitaciones internas. Nuestra idea es formar a personas que no saben y darles oportunidades que de otra forma no las tendrían. Cuanto mayor sea nuestro capital lo vamos a poner al servicio de nuestras personas. Reinvertimos, y devolvemos a la comunidad en capacitación y un aporte significativo. Eso hace que la continuidad nuestra esté en riesgo porque es una apuesta constante.»
La adversidad. «Sé también que hay sectores que no están orgullosos de esto. En mi lucha personal es un paso enorme, también para el grupo que represento. Nos va a ayudar a poder seguir luchando en nuestro sueño de igualdad laboral, de inserción laboral. Poder vivir nuestras vidas sabiendo que nuestra identidad se respeta, y saber que no es un motivo para dejarnos afuera de lugares a los que todas las personas pueden acceder de manera libre, como es el trabajo, como es la educación.»
Un camino hacia la igualdad y la equidad
Lucía nos confiesa que en lo personal no le tocó vivir en carne propia barreras laborales. «Trabajo en un sector privilegiado: la tecnología. En donde podés elegir en dónde trabajar. En algún momento sentí situaciones de discriminación en alguna empresa, y pude dar un paso al costado, y a las dos semanas estar en una empresa distinta y sentir que mi identidad es respetada. Pero sé que es un privilegio de nuestro sector, no es lo que pasa en el resto de la población. Cambiar de trabajo sin que eso implique una gran pérdida. Por eso también la importancia de esta cooperativa.»
A partir de la Ley «Se van a abrir muchas oportunidades y eso va a generar una fe mayor en el sistema. A veces hay mucho escepticismo en que venga algo bueno del Estado. Históricamente ha sido el Estado uno de los principales replicadores de violencia: las fuerzas policiales, la Justicia transfóbica, el trabajo en el Estado. En pensar que las cosas pueden estar bien desde adentro y no desde un lugar de oprobio, de expulsión hacia la marginación.«
Según Lucía la Ley va a posibilitar que más personas puedan estudiar, puedan formarse, y hogares transfeministas, en los que no consista en un rótulo negativo asociado al delito, al trabajo sexual, sino una identidad de género más, entre las identidades de género que existen «y no dejarnos afuera de nada».
¿Cómo sigue la lucha? «Ahora necesitamos que esta Ley se implemente. Hay muchas más conquistas por hacer. Una gran lucha es la del cambio de registro, del RENAPER. Que el documento no diga «sexo», que refiere a la genitalidad, sino a nuestra identidad. Que el Estado se haga eco de esta idea que empezó con la Ley de Identidad de Género, pero que todavía no se implementó en este sentido.»
Las luchas son muchas, y día a día. «Nuestro colectivo tiene la imposibilidad de alcanzar una expectativa de vida acorde al resto de la sociedad. Se está hablando de la posibilidad de hacer un jubilación anticipada. Los que superan los 45 años son sobrevivientes en nuestro colectivo.»
«Visibilizar la identidad como posibilidad de vida, de provecho, de aspiraciones a la felicidad y realizaciones personales.»
Lucía.
«Cuando a mis 15 años empecé a sentir y a darme cuenta que yo era algo distinto no tenia referencias. La sociedad me presentaba que ser travesti era una entrada al trabajo sexual y un destino de muerte a edad temprana, totalmente excluida de la sociedad y sin amor. Los que hoy trabajamos para el colectivo queremos ser una especie de modelo para mostrar que no es marginación y muerte. Hay grandes monstruos en la sociedad que nos expulsan hacia la oscuridad y el horror.»
Desde ahora en adelante, muchas, tendrán más oportunidades.