Lo vincular, lo emocional y el contacto, son conceptos que rondan en una herramienta denominada porteo ergonómico, «la crianza del contacto», como le gusta llamarlo a Jorgelina Di Giovanni, pampeana, asesora en porteo ergonómico.
«Los brazos amorosos siempre sanan, el contacto, las caricias y el calorcito corporal nutren los vínculos, regulan aspectos físicos, emocionales y sensoriales» aseguró en una entrevista con #LPN. Esta amena descripción puede aplicar tanto para el bebé como para el padre, la madre o el cuidador. Los beneficios del contacto son «infinitos», dice.
El porteo seguro y respetuoso favorece a ambos, a quien portea y por sobre todo al bebé, según Jorgelina. Le aporta seguridad y tranquilidad, ayudando esto a conciliar el sueño. Ayuda a su autorregulación, al apego seguro y a una mejor respuesta ante situaciones de estrés. El bebé se adapta mejor al entorno y disminuye notablemente sus situaciones de llanto, se fortalecen los vínculos con el porteador y beneficia la lactancia (ya que el contacto activa las hormonas que estimulan la misma).
«Tratamos de imitar las condiciones intrauterinas y darle esos beneficios, el calor, el contacto constante, la seguridad»
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Jorgelina o «Toti» para sus vínculos más íntimos, comenzó una búsqueda interna y personal acerca de la maternidad hace aproximadamente tres años cuando inició la formación en pedagogía Waldorf. Sin embargo, desde muy pequeña se vio atraída por la primera infancia y por todo el mundo detrás de esta etapa de la vida. Los cinco años que estuvo intentando ser mamá también hicieron que se sensibilizara más aún con el tema y ese tiempo la llevó a descubrir un camino repleto de herramientas alternativas y de aprendizajes.
Hoy está certificada en porteo ergonómico, está capacitándose en lactancia materna, se encuentra en el tercer año de la pedagogía Waldorf y realizando la formación de Doula; una herramienta orientada a la construcción paulatina de un rol, individual y personal, que permite acompañar a gestantes durante el embarazo, trabajo de parto, parto y puerperio, logrando la contención emocional necesaria durante el proceso de maternidad.
Esta pasión que resuena con ella la pudo materializar como su trabajo hace dos años aproximadamente, cuando se animó a dejar atrás su profesión como licenciada en Turismo. Ahora le dedica tiempo parcial a la empresa familiar hotelera.
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Una herramienta terapéutica
Portear significa transportar a los bebés en un dispositivo que se llama portabebés, van variando según la etapa del desarrollo evolutivo del niño. Pueden ser fulares, bandoleras de anillas, mochilas, rígidos, elásticos, tejidos, entre otros. Y el porteo ergonómico y seguro quiere decir que a través de diferentes técnicas de posturas, el bebé se desarrolle de manera segura. A medida que el niño crece, el portabebés se debe cambiar y amoldando en pos de las necesidades del bebé.
Desde las asesorías y talleres que realiza Jorgelina hace foco en la postura segura, respetando la fisionomía y fisiología de cada bebé. «Solemos indicar la postura de espalda en forma de “C” y piernitas en “M” e ir acompañando el porteo (anudados, posturas y dispositivos) al desarrollo de cada bebé en particular, sin forzar posiciones que por sus propios medios no conquistaron, como por ejemplo la verticalización».
«Voy a domicilio y hago talleres prenatales para transmitirles a las familias la importancia del contacto. Los bebés necesitan piel, es una necesidad vital y fisiológica. No es un capricho».
Por otro lado, el porteo también les brinda la posibilidad a los padres de tener las manos libres y ayuda a integrar al niño a la cotidianeidad y a los eventos sociales. De esta manera la cría se desarrolla de una manera emocional más integral.
Un acto ancestral. Aunque se suele decir que el porteo ergonómico es una «moda» es una forma de maternar desde hace miles de años. Se ha practicado a lo largo de toda la historia, en las culturas más diversas, a lo largo y ancho del planeta.
La Pampa. Jorgelina es la única asesora en porteo ergonómico de Santa Rosa y es por esto que la gente recibió su propuesta como algo nuevo, original e innovador. «Fue algo nuevo al principio, porque no es solamente el cargar nuestro bebé y salir a la calle, hay un mundo detrás de eso. Empezamos a hacer talleres en conjunto de profesionales como obstetras y asesoras de lactancia, y la verdad que el mensaje fue súper bien recibido», dijo.
¿Lo que más disfrutas de tu trabajo? «Conocer y aprender de las familias, charlar, hablar, acompañarlas y que me abran sus puertas, que me abran su corazón, porque siempre el vínculo sigue, veo el crecimiento de los bebés y es hermoso, tanto como profesional y como mamá».
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