La pastelería, el paso a paso de una pasión

El 12 de enero se celebró el Día del Pastelero en Argentina. Una fecha que recuerda la creación en 1942 del Sindicato de Trabajadores Pasteleros, Confiteros, Heladeros, Pizzeros y Alfajoreros. Un gremio formado por más de 40 mil trabajadores que se encargan de conservar y difundir los clásicos más tentadores de la cultura popular.

Graciela Alcaráz (47) desde Macachín, es una de ellas. Comenzó en la pastelería en el 2001. Una necesidad, que luego se convirtió en una gran pasión. 

Hace pastelería artesanal. “Elegir una buena materia prima, investigar el dulce de leche, el cacao, el azúcar, la harina, cada uno de los ingredientes. Me encanta el paso a paso.”

Hace lo que le gusta, y a veces no da abasto entre pedidos, presupuestos, batidoras, medidores y cucharas. “Tengo clientas de Miguel Riglos, de Doblas, de Alpachiri, y hasta de Santa Rosa. Se gana muy bien.” Pero sus sueños siguen. Volver a la tele, uno de ellos.  

Emprender

Un día se separó y cambió su vida. “Me separé y salí a trabajar”. Le encantaba la pastelería y empezó a investigar y a tomar cursos por su cuenta. 

Se considera una emprendedora nata. Una mujer competitiva consigo misma. “Perfeccionista ¡y muy hincha!” se define. 

“Me encanta hacer cosas distintas todo el tiempo. Hasta los 29 me dediqué a ser madre y esposa. Cuando me separé me quise comer el mundo. Y trabajé por todos lados.” 

Cursos, Talleres. Hasta estuvo en televisión. Tenía un espacio de cocina en el canal local. “Daniel Moleker hacía la parte salada, y yo la pastelería. Las mejores satisfacciones de esa experiencia”. 

“Soy una agradecida a la vida por todas las oportunidades que tuve” nos confiesa. 

Hoja de ruta

Desde los 12 vive en Macachín, “antes vivíamos en Salinas Grandes de Hidalgo, una pequeña localidad pampeana. Papá trabajaba en la empresa de sal, vino desde San Luis”.

“Me gustaba cocinar, ¡pero hacía cascotes! Las primeras tortas me las hacía una señora -Negrita Musso- y yo pensaba ¿cómo no me salen? Hasta me hizo la torta de 15 de mi hija Sol.”

Sus comienzos en la pastelería fueron en Santa Rosa. Una mesa grande, y en la cabecera estaba EL pastelero: Osvaldo Gross “el mejor pastelero de Argentina para mí”. Quien le enseñó el abc. 

“A partir de ahí empecé a mezclar ingredientes, a animarme. La exactitud en cuanto a los pesos -se pesan hasta los huevos y los líquidos-, los buenos ingredientes, siempre, por supuesto.”

Con Roberto Goñi fue el otro curso que la marcó. En donde se especializó en el tratamiento del chocolate. 

“Empecé a comprarme libros y así fuí dando mis primeros pasos y a salir adelante sola.” 

Hoy por hoy, hay días en que trabaja hasta las 6 de la mañana en algún pedido. “Con cada una de las preparaciones, todos los días, descubro algo distinto. Me atrapa. Ni hablar de crear grandes postres, salir de lo común: una tarta de mango con frambuesas, por ejemplo.”

Los clásicos

Los alfajores de maicena. En un momento hacía 50 docenas por fin de semana.

Una anécdota. “Una amiga me compraba todos los fines de semana dos docenas. Un día estábamos en su casa y me manda a buscar algo al freezer, y cuando lo abro… veo una pila de alfajores míos. Los compraba para ayudarme. Muy emotivo…”

Sus tortas clásicas de cumpleaños están siempre presentes en los eventos “la cobertura de chocolate bombón les encanta a todos” también la buttercream tan de moda.  

Pasión 

Su emprendimiento es de pastelería artesanal, nos recalca. “Me encanta hacer un postre que tiene 20 pasos. 10 preparaciones. Me encanta. La decoración de tortas es otra cosa” aclara.

«Por ejemplo: una mousse de chocolate con una ​​genoise de vainilla, un buen merengue italiano, y arriba una salsa de frutos rojos. Muchas preparaciones y elementos. ¡Me encanta!”

Sueños Siempre fue tener mi propia pastelería. “Pero lo pienso y lo pienso.. y creo que voy a seguir como estoy, desde casa. Puedo hacerlo gracias a mis clientas que me apoyan. Pero quiero volver a la tele. Eso me encantaría.”

Graciela Alcaraz productos artesanales. 

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