Hugo Basilotta, el dueño de Guaymallén es un alfajorero nato y es una invitación a la alegría y al optimismo. Sea en una charla telefónica como también cuando aparece por Twitter con sus ocurrentes ideas.
“Me entretengo muchísimo en las redes. ¡Qué te puedo decir! Esta es mi vida”, dice a los gritos. Hugo Basilotta es el mismo hombre que todas las mañanas mira a los alfajores como si estuviese comenzando siempre una nueva aventura, un nuevo amor.
Su vida con los alfajores
“Ellos son mi pasión y son mi todo. No me cansa hablar de alfajores. Me como tres por semana. Con 68 años, mi vida ya está hecha. Quiero vivir a pleno lo que me queda de vida. Estoy en la parte final y tengo salud. Me encanta estar acá, con la gente, con los operarios. Siempre debatiendo para hacer cosas nuevas. Vivo feliz. Me doy mis gustos y quiero que siempre le vaya mejor al país”, reconoce Basilotta.
Las redes sociales
“Me gustan las redes porque me apasiona hablar con la gente. Me siguen los pendejos y eso me encanta. Me metí en Twitter, tengo 90.000 seguidores y hoy me piden alfajores de todos lados. Siempre estoy vinculado en diferentes proyectos sociales y mando alfajores para todos lados. En el país estamos todos peleados. Yo siempre buscó el humor”, aclara.
La ayuda del Chino Maidana
En su pelea con Maythewather de 2014, el Chino Maidana lanzó al mundo la marca Guaymallén al comerse un alfajor al finalizar la pelea. Treinta millones de espectadores siguieron ese día la pelea en todo el mundo.
“Fue bisagra el conocimiento que tuvo en todos lados. Le estoy agradecido al Chino de por vida. Fue espontanea, autentica y genuina. Ese momento no me lo olvido más”, recuerda Basilotta.
—¿De verdad soñás con que Donald Trump coma un Guaymallén?
—¡Siiiiii! Con la nueva planta vamos a exportar a Estados Unidos. Vamos a estar con más presencia en Miami, en Las Vegas, también en Europa. Es un gran negocio que no quiero quedarme afuera. Allá se venden por 2 dólares y medio. Para ellos no es nada. Acá es una fortuna.
— ¿Cuáles son los comentarios que más escuchás de tu alfajor?
—Todos agradecen la relación precio calidad. Estar tanto tiempo en el mercado es muy valioso y los que dicen que no lo consumieron, te aseguro que es mentira.
Para Basilotta, la infancia siempre es el punto de partida para pensar en Vélez el club de sus amores. «Tengo un palco lindo, estuve en todos lados. Hasta llegue a verlo campeón mundial».
Los sueños
«Quiero lograr que a Guaymallén se lo nombre Alfajor Nacional junto con Jorgito y con Fantoche que somos los más antiguos. Pasamos por todas las crisis y dimos trabajo permanente», confiesa.
En días donde la pandemia acelera los problemas económicos, Basilotta dice: «La política no me interesa pero las crisis no me gustan. Vendemos muchos alfajores por día. Y eso no está bueno, aunque a mí me vaya bien. Que Guaymallen sea el almuerzo y merienda de muchos chicos me pone mal. Hay unas grietas tremendas en este país. Yo nunca tuve una grieta con ningún alfajorero. Respeto a los históricos. Los que siguen la línea de los fundadores», finaliza.