Hace unos días, la Cámara de Senadores aprobó de manera unánime la “Ley Johanna”, que tiene por principal objetivo garantizar la atención médica a mujeres y personas gestantes frente a la muerte perinatal. Es decir, la que se produce entre la semana 22 del embarazo hasta siete días después del nacimiento.
La Ley “Johanna” fija los procedimientos médicos y asistenciales para posibilitar un ambiente de contención y cuidado, con el acompañamiento de especialistas, para personas gestantes que atraviesan pérdidas gestacionales.
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Activistas del Observatorio de Violencia Obstétrica Argentina (OVOA) celebraron la aprobación de la ley «Johanna» que fija los procedimientos tanto médicos como asistenciales para la atención de mujeres y personas gestantes frente a la muerte perinatal porque «pone en discusión la insensibilidad de un sistema» y dijeron que «la lucha, ahora, está en que se cumpla y sino, que haya sanciones«.
En el texto del proyecto se indica que todas las obras sociales, las entidades de medicina prepaga y todos aquellos agentes que brinden servicios médicos asistenciales a sus afiliados, independientemente de la figura jurídica que posean, deberán instrumentar de forma obligatoria las medidas y ejecutar los cambios necesarios para garantizar el cumplimiento de la ley.
El objetivo del proyecto es posibilitar un ambiente de contención y cuidado, con el acompañamiento de especialistas, como así también facilitar las opciones terapéuticas y las gestiones a realizar, según se detalló en la Cámara de Senadores de la Nación.
«Las mujeres y personas gestantes tendrán derecho a recibir información suficiente y adecuada; un trato respetuoso, individual y personalizado; tomar contacto con el cuerpo sin vida, teniendo la opción de hacerlo acompañadas por un psicólogo; tomar conocimiento fehaciente de las causas que originaron el deceso de su bebé; recibir información sobre lactancia, así como de métodos de inhibición y/o donación de ésta; entre otros«.
Artículo de la normativa
¿Quién es Johanna?
La ley lleva el nombre de Johanna Piferrer, impulsora de la iniciativa, quien fue víctima de violencia obstétrica y el destrato por parte del sistema de salud cuando falleció su bebé (Ciro) mientras cursaba la semana 33 de embarazo.
Johanna impulsó el tema que recibió la media sanción en Diputados en 2022 y quedó así habilitada para ser debatida en el Senado. En este sentido, la votación para establecer los procedimientos médicos y el apoyo psicológico a quienes atraviesan por esta situación, obtuvo 54 votos afirmativos y uno negativo.
Lo que se busca con esta ley es capacitar a los profesionales de la salud que intervienen tanto en el parto como en los momentos posteriores a este, a quienes se los capacitará para llevar adelante los procedimientos de actuación correspondientes para que faciliten la atención sanitaria de aquellas personas y familias que sufren una muerte perinatal. En este contexto, se garantizará que cada paciente tenga un trato respetuoso, individual y personalizado.
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Consultada sobre la aprobación de la Ley Johanna, la activista, feminista e integrante de la organización OVOA, Violeta Osorio, consideró que la normativa es «una deuda enorme del Estado argentino y del sistema médico hegemónico en relación a las mujeres y sus familias que atraviesan pérdidas gestacionales«.
«Como toda ley que habla de los derechos sexuales reproductivos y no reproductivos, principalmente de las mujeres, causa sorpresa que tengamos que hablar de la necesidad de poner leyes para que se respeten derechos humanos básicos como el de la dignidad, integridad y la soberanía, al atravesar -en este caso- un proceso tan complejo y que puede ser tan traumático para una familia«.
Violeta Osorio
«Aquí, lo importante es entender que la ley Johanna viene a poner en discusión que si bien una tragedia puede ser inevitable, la insensibilidad y la crueldad de un sistema es lo que convierte, a ese hecho trágico, en un evento absolutamente traumático, del que es muy difícil recuperarse«, agrega la activista Osorio.
Uno de los ejemplos que mencionó Osorio es que se cuide y prevea que la persona que atravesó una pérdida gestacional o neonatal, que no se la ingrese al área de maternidad con otras parturientas o en trabajo de parto.
Otro de los derechos que tienen es poder recibir y acceder asesoramiento sobre cómo llevar adelante todo el cambio físico que se generó durante el embarazo y que con una pérdida, cuando no hay un bebé en brazos, es totalmente distinto.
Estas pérdidas gestacionales se recrudecen socialmente porque tienen el componente social de que «deben vivirse en silencio, incluso con vergüenza, porque hay algo en nuestro cuerpo que no funcionó o -tal vez- no deseamos lo suficiente ese embarazo o quién sabe qué hicimos, además de que hay todo un silencio en relación a esos momentos«.
«Lo que se propone es la creación e incorporación de protocolos y programas en los hospitales y distintos espacios de salud, para que se pueda intervenir de un modo más humano y empático en términos de salud física y mental en los contextos de muertes neonatales o perinatales«.
Diputada Mónica Macha, quien presentó el proyecto de Ley
«Significa desde el acompañamiento psicológico hasta cómo es el asesoramientos en términos físicos, cuál es el tiempo que la familia necesita para estar con el cuerpo de ese bebé, que tal vez nació sin vida o murió a las pocas horas, porque entendemos que esas horas son fundamentales sobre cómo se va a desencadenar el proceso de duelo, que llevará un tiempo subjetivo«, agregó la diputada.
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«Resulta clave que exista la ley de atención a pacientes antes de la muerte perinatal porque es necesario que en las instituciones haya un protocolo. Esto no puede quedar a criterio de cada profesional, tiene que haber un criterio colectivo sobre cómo deben ser atendidas, acompañadas, cuáles son los protocolos a seguir o dónde deben estar en la institución médica«.
Brenda Charnis, psicóloga perinatal integrante de la agrupación OVOA
La psicóloga contó que «atravesar un duelo perinatal es una de las cosas más complejas que veo en el consultorio, la violencia que atraviesan las personas gestantes y sus familias es muy cruel, porque llevás la carga del duelo y la de la violencia obstétrica institucional«.
Con información de la Agencia Télam
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