La hipertensión, o presión arterial alta, es una afección que si se deja sin tratamiento puede llevar a algunas afecciones médicas como enfermedades del corazón, insuficiencia cardiaca, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal, problemas en los ojos y otros problemas de salud relacionados, ya que es el principal factor de riesgo de las enfermedades cardiovasculares.
La hipertensión afecta al 18% de los adultos en las Américas, lo que significa que hay aproximadamente 180 millones de personas que requieren acceso a servicios de atención primaria de salud y a tratamiento para controlar su hipertensión.
Además, esta condición es más frecuente a medida que aumenta la edad, alrededor del 50% de todas las personas de 65 años o más padecen hipertensión. No es un detalle menor destacar que esta afección no presenta síntomas ni signos, por lo que con frecuencia no se diagnostica ni se trata.
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Existen factores de riesgo que aumentan el riesgo de padecer hipertensión como el sobrepeso y la obesidad, falta de actividad física, ingesta elevada de sodio, sal y/o alimentos procesados con sodio oculto, consumo elevado de alcohol, entre otros.
Los cambios positivos en el estilo de vida son fundamentales para reducir y controlar esta condición y, cabe destacar, que el consumo de antihipertensivos recetados por el médico deben ir acompañados siempre de hábitos saludables.
La hipertensión es el principal factor de riesgo para sufrir una enfermedad cardiovascular. Cada año ocurren 1.6 millones de muertes por enfermedades cardiovasculares en la región de las Américas, de las cuales alrededor de medio millón son personas menores de 70 años, lo cual se considera una muerte prematura y evitable. Organización Panamericana de la Salud (OPS).




Cambios en el estilo de vida
- Alimentación cardiosaludable. Aumentando el consumo de frutas y verduras, legumbres, frutos secos, cereales integrales y dentro del grupo de las proteínas priorizar pescado, carnes magras, soja, huevo y lácteos descremados.
- Reducir la cantidad de sal tanto en el agregado de las comidas como también en la elección de alimentos procesados ricos en sodio.
- Disminuir el consumo de alimentos industrializados.
- Tener en cuenta que la recomendación de la OMS en cuanto al agregado de sal a las comidas es de menos de 2 gramos de sodio por día, o traducido sería menos de 5 gramos de sal diarios o un sobrecito de sal.
- Mantenerse bien hidratado, principalmente con agua.
- Realizar actividad física, al menos 40 minutos de ejercicio aeróbico moderado, mínimo 3 días a la semana.
- No fumar.
- Reducir la ingesta de alcohol.
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¿Cómo disminuir el sodio en las comidas?
- Agregar sal solo una vez, es decir en la cocción o una vez servida la comida, evitar agregarle dos veces. Tener en cuenta que se va a sentir más salado si se condimenta una vez servido que durante la cocción, y por ende se usa menos sal.
- No sentarse con el salero en la mesa
- Reemplazar la sal por otros condimentos aromáticos
- Priorizar las preparaciones caseras en lugar de alimentos procesados y/o industrializados
- No condimentar con caldos concentrados o condimentos saborizantes en polvo, suelen tener mucho sodio
- Leer el etiquetado de los alimentos. La nueva Ley de etiquetado frontal ayuda mucho en estos casos donde es más fácil identificar los productos alimentarios ricos en sodio (que tienen el octágono negro con la leyenda «Exceso de Sodio»).
Alcántara Sofia. Licenciada en Nutrición. Especialista en nutrición geriátrica. Por consultas comunicarse por teléfono 02954-15467763 o por Instagram @nutrimeal_nutricion
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