El Día Nacional de la Donación de Órganos se celebra todos los 30 de mayo en la Argentina. La fecha se estableció para conmemorar la primera vez que nació un bebé luego de que su madre haya recibido un trasplante en un hospital del país.
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Los trasplantes de órganos son el reemplazo de un órgano o de tejido que se encuentra enfermo, inexistente o con mal funcionamiento por uno sano. Esta práctica médica se asigna a aquellos pacientes que la necesiten imperiosamente para continuar con sus vidas.
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Teniendo en cuenta lo informado por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI), en lo que va del año en la Argentina se realizaron 1502 trasplantes de órganos y córneas. De esta manera, 776 pacientes que estaban en lista de espera recibieron órganos -674 provenientes de donantes fallecidos y 102 de donantes vivos- y, además, ya se realizaron 726 trasplantes de córneas.
La realización de cada trasplante es posible gracias a la participación de la sociedad, representada en el acto de donar, además de la intervención de los profesionales de la salud y de los establecimientos hospitalarios de todo el país.
En cuanto a los trasplantes en La Pampa, Javier Tévez, médico intensivista del Hospital Lucio Molas, director del CUCAI La Pampa, habló con #LPN y comunicó que se realizaron seis trasplantes de tejidos, es decir, de córneas y un trasplante multiorgánico.
¿Por qué es importante la donación de órganos?
Que el 30 de mayo se conmemore por el nacimiento del hijo de la primera mujer trasplantada hepática en un hospital público resume todo, comenta Javier Tévez. “Resume la importancia de la donación de órganos, que salva vidas, que cambia la calidad de vida de aquellas personas que necesitan un trasplante, que la donación da segundas oportunidades y que genera nuevas oportunidades y nuevas vidas”.
Por lo tanto, Javier comenta que el primer paso es manifestarse como donante, es decir, “más allá de que uno lo puede manifestar de manera escrita o desde la aplicación Mi Argentina, también es necesario manifestarlo públicamente, hablarlo en familia. Manifestarse y sentirse donante. Es fundamental dejar en claro que el trasplante solo es posible gracias a la donación”.
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“El proceso de donación en La Pampa se produce en los hospitales de mayor complejidad. En este caso es en el Hospital Lucio Molas. También podría ser el Hospital Centeno de General Pico. Llegan a la terapia intensiva potenciales donantes, se realiza el diagnóstico de muerte cerebral o muerte encefálica, entre otras, que son aquellas personas que tienen un daño cerebral catastrófico y que es irreversible. Se realiza el diagnóstico y luego se hace el mantenimiento del donante o potencial donante para que los órganos sean viables. Después llegan los diferentes equipos a ablacionar para posteriormente ser trasplantados en aquellos pacientes que lo necesiten”.
Javier Tévez
El impacto de la donación en un trasplantado es radical, comenta Javier. “Es un cambio en la calidad de vida y eso genera una nueva oportunidad de vida, una segunda oportunidad. Más allá de que el camino que lleva el trasplantado es también continuar con sus tratamientos, sus controles y seguimientos. Pero genera vida, nuevas oportunidades, es siempre fabuloso escuchar a aquellos pacientes que recibieron un trasplante. Por eso, es fundamental siempre agradecer a los donantes, a las familias de los donantes. Porque sin donación no hay posibilidad de trasplante”.
¿Cuántas vidas se pueden salvar?
Ser donante de órganos es dar una nueva oportunidad a partir de un donante multiorgánico. “Los trasplantes que se realizan en la Argentina son: de riñón, hígado, corazón, pulmón, pancreas, intestino y después de tejidos, córneas, piel, y hueso. A partir de un donante multiorgánico, cada uno de esos órganos puede ir a un paciente que lo necesite».
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«Puede salvar alrededor de 7 vidas. Siempre dependiendo de la viabilidad de cada uno de esos órganos y garantizando siempre los principios de equidad y transparencia, para que quienes necesiten un trasplante puedan tener acceso al mismo”.
Javier Tévez
¿Cómo se originó la Ley Justina?
Justina Lo Cane, tenía 12 años y padecía una cardiopatía transgénica que le diagnosticaron los médicos cuando tenía 18 meses de vida. Durante 2017 la joven estuvo primera en la lista de urgencias del Incucai, pero a pesar de la viralización de su caso, el corazón nunca llegó.
Sus últimos días tuvieron en vilo a la Argentina. Durante los cuatro meses que encabezó la lista de espera de trasplantes, su caso inspiró un récord de inscripción de donantes de órganos, pero no alcanzó. Justina falleció el 22 de noviembre.
Sin embargo, mientras estaba internada, Justina le dijo a su papá: “Ayudemos a todos los que podamos”. Entonces, Ezequiel y Paola Lo Cane se pusieron al hombro la campaña Multiplicate x7. En abril de 2018, de la mano del senador Juan Carlos Marino (UCR), los papás de Justina presentaron un proyecto para una nueva ley de trasplante de órganos.
Gracias a Justina, las personas que en la actualidad se encuentran en lista de espera para recibir un trasplante en la Argentina tienen muchas más posibilidades de salvar sus vidas.
En qué consiste la Ley Justina
Si bien en la Argentina la figura del donante presunto existe desde el año 2005, en ese momento se había consensuado que en caso de no existir voluntad expresa de la persona fallecida, se debía pedir un testimonio a la familia. El pedido de esa firma se traducía en un 40% de oposición a la donación.
Fue un 30 de mayo de 2018, como hoy Día Nacional de la Donación de Órganos, que el Senado aprobó por unanimidad la llamada Ley Justina y trajo un cambio de paradigma. La nueva ley se promulgó el 26 de julio de 2018.
La Ley Justina (27.447) dispone que «toda persona capaz mayor de 18 años» es posible donante de órganos o tejidos, a menos de que haya expresado lo contrario. Por lo tanto, antes de hacer una ablación, los médicos deberán corroborar qué comunicó el donante cuando estaba con vida informó.
La norma se aplica sobre las siguientes prácticas: trasplante de corazón, vasos, estructuras valvulares y otros tejidos cardíacos, pulmón, hígado, páncreas, intestino, riñón y uréter, tejidos del sistema osteoarticular y musculoesquelético, piel, córneas y esclera, tejidos del sistema nervioso periférico, membrana amniótica y células progenitoras hematopoyéticas.
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En el momento de dar inicio al ensayo clínico, se deberá solicitar autorización al Incucai (la autoridad de aplicación de la ley). Además, dispone que «la atención integral del paciente trasplantado comprende la cobertura del cien por ciento (100%) en la provisión de medicamentos, estudios, diagnósticos y prácticas de atención de su estado de salud de todas aquellas patologías que estén directamente relacionadas con el trasplante«.
Según la normativa, en caso de fallecimiento de menores de 18 años, «la autorización para la obtención de los órganos y tejidos debe ser efectuada por ambos progenitores o por aquel que se encuentre presente, o el representante legal del menor«. En ausencia de las personas antes mencionadas, se debe dar intervención al Ministerio Pupilar, quien puede autorizar la ablación«, establece la ley y continúa.
“El principal impacto de la llamada Ley Justina fue un cambio en el paradigma de la donación en la Argentina, ya que la ley explica que toda persona mayor de 18 años que no se haya expresado como no donante es un presunto o potencial donante. A partir de ahí, ya no es necesario el consentimiento familiar si el paciente no se expresó como no donante. Obviamente que interviene todo un equipo inter y multidisciplinario en el acompañamiento de la familia, en el abordaje y en la contención de la familia. Por eso, cada vez que son estas fechas es importante visibilizar y agradecer la importancia de los donantes y también de las familias detrás de los donantes. Después terminan agradeciéndonos ellos a nosotros cuando es al revés”.
Javier Tévez
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