Claudio Tomás (62) vive en Caseros, Buenos Aires, y es un aficionado a la fotografía. Desde que tiene memoria, su papá era el encargado de llevar la cámara de fotos para todos lados, pero después se la pasaba a él para que se ocupara de retratar momentos, lugares y, por supuesto, naturaleza, que hasta el día de hoy es lo que más le gusta.
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“La fotografía la hago como hobby, más o menos desde que nací. Siempre hago fotos de la naturaleza. Es algo muy lindo. Yo no me olvido que cuando tenía ocho o nueve o diez años, las botellas venían con una tapita a rosca, daba vuelta la tapita y le ponía alpiste y me sentábamos a mirar cómo los gorriones venían a comer”.
Claudio Tomás
Claudio saca fotos desde siempre. De a poquito se fue comprando y cambiando los equipos y viaja cada vez que puede: primero con la familia, después con amigos y esta última vez surgió la oportunidad de viajar a La Pampa: “Fue impresionante, realmente una muy buena experiencia”.
Un día se encontró con que el guía y reconocido fotógrafo Gabriel Rojo, estaba organizando unas jornadas en el Parque Luro. Buscó en internet, miró videos por youtube y se convenció de que no podía perderse la brama. Así fue que él y otras tres personas más viajaron para vivir el rugido del ciervo en carne propia.
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Por supuesto, llegó a la Reserva a fines de marzo y con las expectativas muy altas. “Llegué y mi expectativa del 1 al 10 era un 9. Me conozco, me encanta la aventura de hacer fotos y me lo imaginé, vi videos, seguí todo lo que era la brama del ciervo. Fui súper entusiasmado, pero creo que del 1 al 10 me volví con un 50. Fue impresionante”.
Conocimos a nuestro guía Gabriel Rojo, que es de Macachín, nos esperó el primer día y convivió con nosotros en las cabañas los cinco días, nos llevó a todos lados. Él andaba en una Eco sport y nos llevó por todos lados.
“Fuimos al Parque Luro, nos quedamos en las cabañas y solo salimos para ir a un pueblito chico, Naicó, donde hay un almacén gigante que debe tener un techo de cuatro metros. Lo atiende un hombre grande y es la tercera generación. Fuimos más que nada a la carnicería para hacer el asado de despedida”.
Claudio Tomás
Toda la aventura y la estadía fue en el parque. Fueron en época de brama y los horarios de fotografía eran a la madrugada o cuando se empezaba a poner el sol. Claudio no había estado nunca en La Pampa, pero le bastaron esos cinco días para saber que tiene que volver.
“La Pampa me encantó y eso que solo estuvimos en la reserva. Pero estamos esperando a que Gabriel organice alguna otra salida, nos había comentado algo de unos coto de caza de búfalos y nos dijo que cuando termine la temporada de caza hacemos esa salida fotográfica. Ahora estamos a la espera de eso”.
Claudio Tomás
Naturaleza y fotografía
En la Universidad de la Matanza se presentó una exposición del Fotoclub Ramos Mejía, ahí Claudio presentó su foto del ciervo colorado, que además, casualmente, hace unos sábados ganó medalla de plata en la Federación de fotografía. “Da la casualidad de que esa foto la habíamos elegido para presentar en la exposición que va a estar durante todo agosto y principios de septiembre en la universidad”, comenta Claudio.
En cuanto a las aves, tanto Claudio como todos los integrantes del grupo vinieron con poca expectativa, pero lo que no sabían era que La Pampa tiene el 40% de todas las aves de la Argentina.
“Nos encontramos con el cardenal amarillo, que está en peligro de extinción, y una foto sí o sí tenía que tener. Conseguí una de un macho, de una hembra y un pichón. Esas las subí a mi Instagram”.
Claudio Tomás
De cualquier manera, Claudio sabe que les quedaron muchas cosas pendientes, entre ellas, fueron a fotografiar a los flamencos, pero como estaban muy lejos no pudieron conseguir las tomas que querían. También encontraron la huella de un puma, pero no pudieron rastrearlo.
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“Todo fue espectacular, nos quedamos con cosas pendientes, pero todo fue impresionante. Salíamos a las seis de la mañana, todavía era de noche, y nos fuimos a esperar a los ciervos. En el camino, que era muy angosto, vimos saltar de un lado al otro lo que parecía que era un gato montés, todo negro, pero se nos perdió y no llegamos a fotografiarlo. Claro que solo fue un cruce, pero la verdad es que fue una experiencia impresionante”.
Claudio Tomás
El amanecer esperando a los ciervos, el monte, el borde del monte, el claro detrás del castillo, Claudio y compañía pasaron de todo: la pelea de cornamentas, la reacción del macho llamando y las hembras atrás de él, el llamado del otro macho: “Nos llenó, en verdad fue impresionante. Por supuesto que el año que viene volvemos para la época de la brama. Nos encantó, nos encantó, nos encantó”.
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Para acceder a las fotos de Claudio Tomás ingresar al Instagram @claudiotomas.fotografias
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