La socióloga, investigadora del CONICET, historiadora y militante feminista, nacida en Jacinto Arauz, La Pampa, contó su historia de vida en el ciclo de conversaciones de Infobae Cómo llegué hasta aquí.
Su infancia y adolescencia en La Pampa, su paso por la Universidad en los años 70´, el comienzo de su militancia, los vaivenes de su vida académica, experiencias, «la noche de los bastones largos», su exilio durante la dictadura, su paso por el peronismo, y su regreso. Su eterno amor y compromiso con el saber y la Justicia.
“Yo soy Dora Barrancos. Nací hace muchísimos años, el 15 de agosto de 1940, en una pequeña localidad de lo que es hoy la provincia de La Pampa, Jacinto Arauz, yo vivía en Rancul. Era una localidad urbana muy pequeña al norte de La Pampa.»
«Aprendí a leer muy niña.»
«Mi papá era director de escuela, escuela rural, y mi mamá era hija de unos agricultores cuyo origen religioso se inscribe en el protestantismo”.
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“Cuando yo era chica mi mamá tenía un cultivo de deber ser conmigo, era muy exigente. Hay una tradición que dice que el calvinismo es muy imperativo, categórico respecto de ciertas conductas, esto es más o menos para que tengan ustedes idea de cierta concurrencia valorativa, normativa, respecto del deber ser, de ciertas obligaciones con el prójimos y un ascetismo muy grande. Algo con lo que no comulgo.»
“Mi papá era exactamente lo contrario, su holgura, en el sentido de su enorme capacidad de dispendio de lo poco que se tenía. Mi padre además fue una de esas figuras magistrales, también en torno de su adhesión a conceptualizaciones ideológicas y políticas que lo ubicaron en una dirección liberal socialista. Eso era mi papá, y entonces también por ese lado había una suerte de iniciación de nuestras conductas respecto de la fraternidad, la solidaridad”.
«Llegaban libros en cajones que mandaba en Consejo Federal de Educación. Yo leía muchísimo, en la casa de un director de escuela hay muchos libros. Los libros para mí eran una celebración, los olores recuerdo.»
“Yo era muy cocorita respecto de lo que sabía, como ustedes pueden imaginar entonces era una especie de capital simbólico que yo tenía, y me producía una enorme satisfacción ganarle discusiones a los varones. Producía en mi una extraña sensación de triunfo.»
«En donde había injusticia me encantaba meterme. Pensaba que mi destino era ser abogada. Era una cosmovisión. Creía que tenía un compromiso con el hacer y con el hacer para enfrentar la sociedad.
«Eramos jóvenes muy rebeldes, queríamos transformar el mundo, y de una manera muy radical.»
«Me tocó vivir la noche los bastones y fue muy estremecedora. Nunca había visto tan de cerca la represión.»
«Compartí la experiencia sensorial del terror, -vivía en un departamento- de donde se paraba el ascensor después de las 11 de la noche.»
«He sido afortunada. No me ha sido nada difícil mantener mis convicciones.»
«Las mujeres de clase media tenemos mas posibilidades de cuidados de salidas de situaciones dramáticas.»
«Lo personal es político, no sólo para las mujeres.»
«Necesitamos la potencia de las mujeres insurgentes. Eso se caratula feminismo.»
«Lo que importa es salirse de las arcanas situaciones de sometimiento.»
«Una se puede ir del peronismo, pero el peronismo no se va de una.»