El 23 de abril el club auriazul cumplió 101 años. Cientos de simpatizantes, dirigentes y deportistas celebrarán un campeonato en cualquier disciplina este fin de semana.
Una gran fecha para que vuelvan a surgir las más variadas historias, anécdotas, recuerdos y situaciones. El «Duende» de aquellos pibes soñadores que lo fundaron vuelve en un tour imaginario para abrazarse con todos los que hoy apuntalan su prestigio.
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En este aniversario del Club el recuerdo de un querido vecino y gobernador de La Pampa: José Aquiles Regazzoli: una estrella auriazul de los primeros tiempos
Su vida se apagó el 21 de setiembre de 1987. Su recuerdo permanece intacto entre quienes supimos de su calidad humana. Recuerdo hoy al hombre- vecino- deportista, que tuvo una vida de rectitud y humildad dignas de elogio. La misma sensillez que lo llevó a no vivir en la residencia gubernamental mientras fue mandatario democrático entre 1973 y 1976. Lo conocí siendo pibe por el fútbol. Su sola presencia inspiraba respeto.
Vivió todo lo que un mortal puede pasar: libertad, consideración, aprecio, amistad y cárcel por causa política. Levantó los cimientos del Centro Cívico como trabajador y un día lo gobernó por decisión del pueblo.
Estrella auriazul de los primeros tiempos. Volaba de palo a palo, el mejor de su tiempo. Colaborador, dirigente, hincha y presidente de All Boys cuyo Gimnasio fue bautizado merecidamente con su nombre. Un corazón sensible detrás de su seriedad. Siempre ayudó mientras pudo. Su despacho siempre estuvo abierto a las causas nobles. Aún hoy mucha gente lo recuerda. Honor a quien como persona se ganó el respeto y aprecio de todos. El mejor valor que un mortal puede llevarse de esta vida. Siempre presente don José Regazzoli.
¿Cómo nació All Boys?
Por aquellos lejanos tiempos de Pampa Brava, seca en verano, helada en invierno y de vientos pamperos de arena pura que cruzaban el cielo de punta a punta, el Colegio Nacional, como parte de su actividad formativa, mantenía la práctica del fútbol con divisiones Primera, Segunda y Tercera donde jugaban los menores.
Estos últimos habían confirmado un amistoso con Sport Club de Uriburu, pero arbitrariamente las autoridades del Colegio no autorizaron e incluso les hicieron devolver las camisetas rojas y blancas a rayas verticales.
Esto puso furiosos a los pibes que ahí nomás resolvieron mandar al demonio a los directivos. Fue entonces que se juntaron en la plaza central, frente a una casa pegada a lo que hoy es la Universidad y comenzaron a delinear un proyecto de club.
Mientras tanto, los pibes de la Tercera jugaron el partido programado en la ya desaparecida cancha del club Naon, ubicada en la manzana de 9 de Julio, Aenida Roca, Ayala y Centeno.
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Un día, cuando los chicos iban rumbo a la pensión donde se hospedaba uno de ellos para hacer la reunión constitutiva del club, encontraron en su recorrido a un reconocido vecino de la Aldea Grande, empleado de Correos, de 25 años e impecable figura de traje y corbata.
Era Francisco «Pancho» Colome’s a quién le explicaron su idea y a quemarropa le ofrecieron la Presidencia y Tesorería del nuevo club. Imaginarán ustedes la sorpresa, confusión y las sensaciones que habrá experimentado «Pancho» ante semejante proposición, pero ahí nomás, luego de reponerse y, tal vez con mucha curiosidad, aceptó el pedido.
Así fue que a partir de ese momento, todas las reuniones se hicieron en la legendaria cocina de los Colome’s, salvo la primera en la que hicieron bastante bochinche y el dueño los echó.
En la segunda juntada y a iniciativa de Issac Pascual (según la versión más firme) se eligieron los colores y el nombre «inglesado» que significaba «TODOS PIBES«.
Un poco más de historia
Aquellos audaces muchachos tuvieron que soportar muchas carencias para sostener el funcionamiento del club. En 1927 Ernesto Caballo diseñó el escudo que figuraba en las notas y sobres de la entidad. Como no tenían camisetas para enfrentar a Uriburu decidieron pedir prestadas las de Defensores de Belgrano, querían de color rojo y negro como las de Newell’s Old Boys de Rosario.
Finalmente All Boys ganó aquel histórico primer partido por 4 a 0, con 3 goles de José González y el otro de José Aramburu. Ese primer trofeo ganado por el nuevo club era de yeso y lo donó el vecino Carlos Cortes del Overland.
El segundo partido disputado ante Toay, All Boys volvió a jugar con la camiseta de Belgrano, pero inmediatamente se adquirieron las primeras camisetas azules con puños amarillos en la Casa Mac Ardi-Brown de Buenos Aires. Fueron 70 camisetas para todas las divisiones. Pagaron la importante suma de 65 centavos cada una.
¡Qué tiempos aquellos! Todo estaba hecho a pulmón, nadie pedía nada a Casa de Gobierno, se las arreglaban como podían.
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A esos pibes los daban vuelta y no se les caía ni una moneda, sin embargo, los propios jugadores hicieron una colecta para comprar el primer fútbol. Les costó una fortuna: $8,95 en la Librería de Don Simón Elizondo y era marca «La Mascota». En ese local funcionó luego por muchos años la Farmacia Palasciano frente a Plaza San Martín.
Así comenzaba la historia de un club con mucha gloria deportiva en La Pampa. Hablar del primer equipo y de los fundadores en All Boys era lo mismo. Solo Don Francisco Colome’s, por entonces con 25 años, no jugaba, pero iba con el equipo a todos lados.
La existencia de una sola cancha en los años 24-25 para los partidos amistosos, creó un problema entre Belgrano, Santa Rosa y All Boys. Todos querían jugar en la Centenario que por entonces se ubicaba en donde hoy está la Plazoleta de la Madre.
Las canchas de Naón y Colegio Nacional eran simples potreros. Fue así que All Boys solicitó en préstamo a la Sucesión Gil la manzana comprendida entre las calles Yrigoyen, Garibaldi, Avenida San Martín y Oliver.
Pocos saben que ese fue el primer campo futbolístico de All Boys, pero fue utilizado hasta 1928 ya que los dueños decidieron vender y All Boys no logró juntar los $20.000 solicitados.
Hubo que esperar hasta el 30 de agosto de 1930 para inaugurar el estadio de Avenida Spinetto, que por entonces se encontraba casi en el campo. Estadio que luego de 79 años fue bautizado justicieramente con el nombre de Dr. Ramón Turnes, generador del salto de calidad futbolística que el dirigente logró a partir de la década del 60 y sus participaciones en los Torneos de AFA.
La primera bandera oficial del club fue donada en 1925 por las señoritas Luisa y Petronila Bianchi. El Boxeo fue una de las primeras actividades que promovió el club a poco de su fundación. En 1926 inauguró su gimnasio alquilado al Sr. Marcos Molas en $150 mensuales. Estaba ubicado en la esquina de Hilario Lagos y 25 de Mayo donde se realizaron muchas peleas entre aficionados.
Como los espectáculos se realizaban a cielo abierto muchos vecinos veían los espectáculos desde los techos cercanos. La gente era reacia por entonces a pagar una entrada a cualquier espectáculo y así surgió la cargada a los que ven de «garrón» o conocidos como «familia Miranda» cariñosamente.
El tiempo fue pasando, All Boys logró el primer Campeonato de la Liga Cultural en 1929, justamente en el año de fundación de la entidad rectora de nuestro fútbol.
Los tiempos del Dr. Ismael Amit
Ismael Amit fue presidente de un núcleo de dirigentes que recibió a la entidad en un estado de total abandono. Gobernó el club entre 1939 y 1957. De extraordinaria capacidad directiva, llevó a All Boys a un plano que hoy es orgullo en La Pampa.
Tuvo la suerte de contar con colaboradores de eficaz desempeño que hicieron realidad sus numerosos proyectos, como la cancha de Pelota a Paleta, amplio Salón de actos, cancha de básquet, canchas de bochas, pileta de natación y otras, pero por sobre todas las cosas logró la regularización de las finanzas. La obra del Dr. Ismael Amit en All Boys será muy difícil de superar.
Otro hombre que fue emblema en All Boys, primero como estrella futbolística, luego como presidente y colaborador hasta sus últimos días fue Don Aquiles José Regazzoli.
Una de las familias, como tantas, que hizo grande a All Boys es la de los hermanos Dal Bianco, Pedro y Primo que vivieron para y por el club con buena obra. Pedro Dal Bianco solo atendía y limpiaba las canchas de pelota, básquet, bochas y natación además de manejar la Cantina y el Salón de fiestas con esposa e hijos, que era el mejor de la ciudad por entonces.
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Entonces, este sábado cuando centenares de alboyenses de distintas épocas se reúnan, una honda emoción ganará el corazón de cada uno, recordando sus tiempos de deportistas o simples aficionados.
Los abrazos y lágrimas emotivas ganarán la noche esplendorosa y ese pasar de la película de sus vidas en el club, será inevitable levantar la vista al cielo para «ver» otra vez a aquellos que partieron, pero que sus «Duendes» sobrevuela el ambiente Azul y Oro para fundirse en un inmenso y eterno abrazo imaginario, lleno de nostalgias por tan grato Suceso Centenario….
Felicidades familias auriazules. Feliz aniversario «viejo» All Boys. No estaremos para el segundo centenario, pero sí alentamos con fervor un futuro progreso permanente. Que así sea.
Juan Carlos Carassay, locutor y periodista. Más de 50 años de pasión por la comunicación y el deporte. juancarloscarassay@gmail.com
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