Lo practican niñas, también adultas. Mujeres en general, aunque son cada vez más hombres que se suman a la propuesta. Se hace descalza, en gimnasios cerrados o al aire libre, en estructuras de hierro o en árboles. ¿Por qué la acrobacia en telas se volvió tan popular? Desde la #LPN hablamos con telistas de distintas edades para conocer más sobre este arte que, aseguran, tiene múltiples beneficios tanto a nivel físico como mental.
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La acrobacia en telas, también conocida como danza aérea en telas o aerial silks en inglés, es una forma de arte escénico que implica realizar movimientos y acrobacias suspendido en el aire utilizando dos tiras de tela fuerte y resistente. Estas tiras se cuelgan desde el techo o en una estructura elevada y permiten realizar una amplia variedad de movimientos, giros, caídas y poses creativas.
Originada en el ámbito del circo, ganó popularidad a lo largo de los años y hoy son muchas las personas atraídas por los increíbles beneficios que ofrece, tanto físicos como mentales.
Valeria Manera (40) -más conocida como «Colito»- comenzó su camino en 2010, mientras estudiaba el profesorado de Educación Física en la ciudad de La Plata. Fue allí donde se sumergió en el mundo del circo, aprovechando la presencia de diversas escuelas especializadas. Tras su vuelta a La Pampa en 2014, comenzó a impartir clases en talleres CAJ en colegios secundarios, extendiendo su influencia en la comunidad.
En 2016, dio inicio al taller de telas «En el Aire» en la ciudad de Toay y en 2017 fundó el Centro Cultural Recrearte, un espacio que no solo alberga sus clases, sino que también ofrece una amplia variedad de actividades.
“Creo que se fueron ampliando un poco más los lugares donde se desarrolla la actividad, aunque seguimos siendo pocas. Las de Santa Rosa, Toay y General Pico somos las mismas que vamos a los pueblos. Estaría bueno que seamos muchas más”.
Colito Manera
Las telas pueden ser un desafío por varias razones. En primer lugar, requiere fuerza física y resistencia para realizar movimientos y mantenerse suspendida en el aire. Además, implica la necesidad de desarrollar equilibrio y coordinación para ejecutar las acrobacias de manera segura y controlada. Es una actividad altamente recomendada para mejorar el estado físico y la salud.
«Aunque esté enfocada en brazos, piernas y abdomen se trabaja todo el cuerpo, te lo puedo asegurar”, afirma Valera. Este beneficio físico conlleva a menudo a una mejora en el bienestar mental, demostrando que la práctica de esta disciplina no solo fortalece el cuerpo, sino que también nutre la mente.
Aunque pueda parecer individual, las clases se trabajan en grupo. Es decir, se entrena y se comparte la tela con varias personas. Esta interacción con otros durante la práctica también es una experiencia enriquecedora a nivel emocional y social.
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Las clases
Es importante aclarar que se trata de una actividad que necesariamente debe realizarse con la supervisión de un instructor o instructora con colchonetas de protección dispuestas debajo del elemento en uso. Estas medidas garantizan un entorno seguro y controlado para los practicantes, permitiéndoles explorar y disfrutar de la disciplina con tranquilidad y confianza.
En sus clases, Valeria siempre está en búsqueda de nuevos desafíos y se emociona con el progreso de sus alumnos y alumnas.
“Ver el progreso de cada alumno o alumna, observar cómo avanzan y superan obstáculos y presenciar su alegría por los logros alcanzados, me llena de emoción. Incluso noté que la acrobacia puede generar un cambio en la personalidad de mis estudiantes. Nuestras sesiones son relajadas y divertidas y me encanta poder fomentar la confianza, trabajar en la autoestima de mis alumnas«.
Colito Manera
En General Pico, Daiana Correa (26), por parte, comenzó a practicar tela cuando era adolescente y hace cuatro años que imparte clases de manera continua. Para ella, lo más inspirador es la sensación de lograr cosas en el aire y la seguridad que se adquiere al enfrentar situaciones que inicialmente pueden resultar «intimidantes«.
“Es una disciplina que aborda lo emocional, lo físico y lo mental. Eso me encanta, creo que lo busco siempre que en enseño es que la gente pueda encontrar en las clases un lugar seguro para darse el lugar de bancar los procesos y así de a poco superarse a si misma”
Daiana, instructora
En el espacio donde da clases hay vigas de madera altas y un ambiente especialmente adecuado para la actividad. Las clases están abiertas a todo público, sin requisitos más allá de la disposición de divertirse y aprender.
La demanda es alta, ya que hay pocos espacios disponibles y los horarios son limitados debido a la variedad de disciplinas que se ofrecen en el lugar. Sin embargo, poco a poco están explorando nuevas opciones para expandirse y dar a conocer esta disciplina a más personas.
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Un desafío
Existe una premisa dentro de disciplinas como las telas, el pole dance o la Lyra, y es que son deportes abiertos a cualquier persona, independientemente de la edad o tipo de cuerpo. Aunque demandan dedicación y esfuerzo, no hay requisitos iniciales específicos; el desafío es para toda persona que quiera afrontarlo.
Cristina Gómez tiene 41 años y hace tela hace más de diez. «Para mi es más que un pasatiempo, sentís que las telas te brindan la oportunidad de superarte, sin la necesidad de competir. Es un desafío personal», cuenta.
“Para mí la tela lo es todo. Creo que todo lo que construyo en mi vida es en base a lo que amo, disfruto muchísimo tener como trabajo lo que amo. Creo que todo lo que viví en mi vida de especial y lindo es gracias a la tela. No imagino mi vida sin ella”.
Daiana, instructora
Para ellas, las telas no son solo un trabajo, sino una pasión que transformó sus vidas y les brinda herramientas para crecer y superarse a sí mismas. Por eso consideran que es una disciplina que no solo desafía el cuerpo, sino que todas coinciden y repiten que hacer tela alimenta el espíritu y fortalece la mente.
Faltan espacios
Aunque existen algunos gimnasios donde se puede hacer telas en la provincia, desafortunadamente, incluso en ciudades como Santa Rosa, Toay o General Pico, son escasas las iniciativas públicas que promuevan esta práctica de manera gratuita.
La Secretaría de Educación de la Municipalidad de Santa Rosa ofrece en el salón Bicentenario un taller de circo, que incluye a las telas, pero destinado únicamente a infancias.
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«Siempre que el sector público se involucre en esta o en cualquier actividad se le da otro valor y otras trascendencia, existen algunos talleres municipales de acrobacia aérea. En un tiempo por ejemplo en los talleres CAJ di esta propuesta enmarcada en un taller de circo integral«.
Colito Manera
Valeria y Cristina comparten la opinión de que es necesario un mayor impulso por parte de los Gobiernos para asegurar un acceso más amplio a esta enriquecedora actividad.
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