Pablo Aznarez tiene 19 años, es de La Maruja, y está participando en los Juegos Parapanamericanos Lima 2019, en atletismo, lanzamiento de bala y jabalina, en la categoría discapacidad motora. Es su primera vez en estos Juegos, que finalizan el 1 de septiembre.
“Ojalá todos pudieran estar acá, se sorprenderían en ver cómo un chico que está en silla de ruedas puede correr, un doble amputado de piernas puede correr. Sería lindo que vean que en la vida no hay límites” nos dice desde Lima.
Su vida se basa en entrenar: mañana, tarde y noche. Hoy está compitiendo con los deportistas que admira. “Llevar los colores de la celeste y blanca es muy lindo. No sólo llevo a mi pueblo, sino al país. Es un peso muy grande, pero también algo muy, muy lindo” nos dice, emocionado.
Pablo tiene una malformación congénita (de nacimiento) le falta su mano izquierda. Tiene un hermano gemelo, y nos cuenta que en su crianza fue todo igualitario, sin hacer diferencias “aprendí yo primero, con una mano, a atarme los cordones ¡antes que él!”
Siempre le gustó el deporte. Pasó por basquet, volley, hockey, probó todos. Pero se quedó con el atletismo. Viajó muchísimo para competir, pero confiesa que no hay nada como los Parapanamericanos para ver la cantidad de deportistas que hay, y el nivel que tienen.
Está muy sorprendido de lo que es la Villa Olímpica “no esperaba que fuera tan grande, hay salas de descanso, ping pong, play, lo que se te ocurra. Hasta hay iglesias católicas, judías, mixtas.”
Su familia está muy orgullosa de dónde está hoy. También su entrenador Leo Schieda, que es como su segunda familia. “Mi familia siempre me apoyó para no hacerme ver como discapacitado, por eso no arranqué antes con el deporte adaptado.” Pablo competía con deportistas convencionales. Hace dos años su entrenador se lo propuso, y aceptó.
“Hay que cambiar el cómo nos ven. Ven un chico en silla de ruedas y dicen – pobrecito, le falta la mano, o la pierna” ¡no somos pobrecitos, nos rompemos el c… (perdón la palabra) para llegar a estos torneos!” nos dice con convicción.
Nos cuenta que cuando empezó le decían “Vos ganás porque sos único” pero en su interior el pensaba “no es porque soy único. Quizás en La Pampa somos pocos, pero en el país somos muchos y hay que trabajar mucho para llegar acá.”
Pablo sigue viviendo en La Maruja, pero está pensando en mudarse a Santa Rosa para poder entrenar en pista todo el año. “Vine a los Juegos a ganar experiencia más que nada y a superar mis propias marcas.”
Ya participó. Quedó 4to en lanzamiento de bala, superó su propia marca, también la superó en lanzamiento de jabalina.
Objetivos cumplidos.
Juegos Parapanamericanos