Gustavo Rodríguez es profesor de teatro, es director y también es actor. Nació en Santa Rosa, La Pampa, y hace más de 30 años se dedica al arte escénico. Este año dirige el ciclo de teatro «Déjame que te cuente», que está compuesto por cuatro obras.
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“Nos parecía interesante para que no se perdiera el espíritu del bar, donde la gente puede comer, tomar, puede seguir siendo alguien que está en un bar. Queríamos que el teatro vaya al bar. Los personajes van circulando por las diferentes mesas mientras actúan sus monólogos. Hay gente que es más participativa, que se anima a preguntar, a interpelar, a aconsejar. Nos han pasado situaciones muy extrañas y muy divertidas de parte de la gente. Hay quien no habla nada y gente que al contrario pregunta ¿Vos qué le hiciste? ¿No le dijiste nada? Situaciones muy graciosas que les han ocurrido a los actores transitar y que tuvieron que improvisar ahí”.
Gustavo Rodríguez
El ciclo «Déjame que te cuente» se lleva a cabo en el bar Rock and life ubicado en la Av. Circunvalación. Gustavo cuenta que “el lugar funciona muy bien y se adecua a las necesidades que nosotros teníamos para este tipo de formato teatral: que sea un bar. Porque nos habían sugerido hacer dentro del teatro la escenografía de un barcito en el escenario, pero nos parecía mucho más interesante tomar un bar como espacio teatral. Es bárbaro porque había gente que no participaba de la obra y se enteraba cuando el público empezaba a aplaudir, recién ahí se enteraban que habían sido extras en una obra de teatro”.
“La primera con la que empezamos fue Las «Hermanas Vengadoras», con Ramiro Rodríguez, Evangelina de Dios Herrero y Nadia Fanjul. Otra es «Rafael y alrededores», donde participan Juan Baulo, Carolina Vergara y Xavier Meringer. Y «Melones» con Javier Moldovan, Verónica Eyheramonho e Ismael Aguirre. Por último, «Una historia en Pasadena». Hasta ahora hicimos las primeras tres y está por estrenarse la cuarta, Pasadena, que tenemos definida la fecha de estreno para el próximo mes. También es parte del equipo Daniela Heick la asistente de producción”.
Gustavo Rodríguez
Toda la historia tiene un sentido y un guión sobre el cual circulan los actores. Pero muchas veces ante la interpelación del público y las intervenciones de los espectadores se ven obligados a improvisar para contestar y luego lograr volver al texto que escribió el autor.
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Empezaron en el 2019 y después comenzó la pandemia. Estuvieron un año parados y después cuando se empezaron a abrir los bares, momento en que podían sentarse sólo cinco personas por mesa, invitaron a cuatro personas más el actor para las obras. Entre risas Gustavo cuenta que “nos daba perfecto. O sea que en un tiempo de la pandemia nosotros pudimos hacer teatro más allá de las prohibiciones que había para el aforo, que era muy pequeño en su momento. Pudimos seguir haciendo teatro así y lo aprovechamos mucho porque los teatros fueron lo último que se abrió”.
La primera que hicieron fue Las Hermanas Vengadoras, un drama oscuro que cuentan en primera persona dos hermanas y otro personaje. Después vino el turno de Rafael y Alrededores, la historia de un triángulo amoroso y por último Melones, donde se atraviesa un inesperado conflicto familiar que el director decidió escribir para el ciclo. Por último, Pasadena es un conflicto policial con una trama narrativa muy atrapante con un plot twist al final, al medio o al principio depende de la mesa que te toque. De acuerdo al orden de los monólogos se va configurando la historia de una manera diferente. Incluso que depende de qué persona te toca escuchar primero empatizás más con un personaje o con otro y entendés la historia de forma distinta, porque cada monólogo es una historia en sí misma.
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“Estamos muy contentos con la recepción del público. Se sorprende el público porque en general uno va al teatro y ve una obra de teatro distanciado, se sienta en la platea y mira lo que pasa arriba del escenario. Acá el actor lo tenés a 20 centímetros tuyo mirándote, de pronto tocándote una mano o lo ves respirar al actor que en general eso no se puede porque está muy distanciado, entonces a la gente le llama la atención ser partícipe de algo tan chiquito, tan cercano y las historias son muy íntimas, siempre lo que cuentan los actores es muy personal, lo cual hace que de alguna manera te involucres vos como público con lo que están contando».
Gustavo Rodríguez
«La gente le interesa mucho ver una cosa diferente. Aparte, mientras se toma un café, o se toma una cerveza, se come un sándwich, es distendida para el público. Y cada personaje aporta a la historia desde su punto de vista. Es que la vida es así, la misma situación configura diferentes historias según quien la cuente«.
Gustavo Rodríguez
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Por su parte, Ismael Aguirre cuenta que como actor “fue muy divertido meterse en ese papel y jugar ahí. Me resultó más emotivo cuando la gente participaba, se metía y podía hacer un buen ejercicio de improvisación. Es tan divertido. Por ahí algunas palabras que te servían como pie de lo que tenía que decir después. Recuerdo que la primera vez estaba tan nervioso que empezamos a hacer ejercicio entre los tres antes de ir a hacer la obra. Me pongo a hacer flexiones de brazos y al verme mis dos compañeros de elenco se ponen a hacer ejercicio a la par mía. Sirvió porque me relajó mucho. Fue tan divertido y fue una experiencia muy buena”.
Las entradas pueden reservarse previamente al 2954 401982.
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