Tres de la tarde de un jueves y Horacio Lavandera (36 años) está sentado frente al piano. Lo mira de reojo. No puede vivir sin su instrumento. Después saluda y estira sus manos. Pregunta si se lo escucha bien y en los treinta minutos de charla por Zoom dice que siempre intenta dar algo muy especial a los que se acercan a comprender su arte. Su misión es acercarlo a todas las personas.
Nombra con una sonrisa a Piazzolla, a Beethoven y a Chopin. El consagrado pianista argentino es esa persona que desde chico supo que tenía un don para transmitir emociones y planeó de manera metódica su carrera.
«Soy una persona muy introspectiva. Suelo estar en mi mundo encerrado. Me gusta imaginarme los sonidos para mí mismo»
«Soy una persona muy introspectiva. Suelo estar en mi mundo encerrado. Me gusta imaginarme los sonidos para mí mismo. A veces quizá con mucho egoísmo. Es cierto que uno va creciendo y encontrarte con gente que también le gusta expresarse con respecto a eso que también te emociona a vos, pero desde otro lugar totalmente opuesto, es muy interesante», detalla Lavandera.
Muchos lo catalogan como el Messi del piano. Él se sonroja ante esa comparación y cuenta una anécdota que lo define como artista. “Tengo una historia de un pianista alemán al que fueron a hacerle una entrevista. En la puerta tenía un cuadro y le preguntan por qué tenía la imagen de un trabajador en una mina, que se lo ve muy esforzado y en una obra muy mal paga. El pianista le responde: ‘eso es para recordarme todos los días el privilegio que tengo de ser pianista’”.
—¿Te cuesta abrirte a un diálogo?
—Yo nunca digo siempre lo mismo. Me levanto y estoy pensando en determinados sonidos, en cómo los voy a organizar, cómo voy a hacer el concierto y luego poder compartirlo. A pesar de ser muy introvertido, creo en esto de abrir el juego y que mucha gente se sume a esas emociones que uno puede tener adentro.
—¿Cómo es ese proceso tuyo de creación de ideas?
-Cada vez pienso más en una dirección de abrirme más emocionalmente. El año pasado hice un proyecto en el teatro Coliseo con los conciertos de Chopin y Beethoven. Fueron elegidos luego de distintos sondeos y de trabajos con el público. Me sorprende que Chopin le guste tanto a la gente. Hay que generar una emoción con trabajo. Como intérprete, estas son las ideas que voy teniendo.
—¿En qué te inspirás?
—Me inspira pensar en un mundo distinto. En un mundo visto desde la creación. Me fascina la poesía. Me encanta Beckett (Samuel). Siempre lo tengo ahí entre mis libros a este poeta irlandés. Me fascina muchísimo el filósofo Enrique Dussel, toda su idea de ver el mundo desde Sudamérica. Me interesa mucho el estudio de los pueblos originarios. De hecho hace poco estuve haciendo unos trabajos con Anahi Rayen Mariluan, una cantante mapuche. Bueno, se está haciendo un documental también sobre mi vida. Se está preparando muy de a poco con mis obras que tienen que ver con mundos pretéritos de América y con la filosofía de Enrique Dussel.
Me inspira pensar en un mundo distinto. En un mundo visto desde la creación. Me fascina la poesía
La pandemia postergó sus viajes por Europa. Sin embargo, lejos está de vivenciarlo como algo negativo. «Este tipo de cambios lo tomo como algo inmediato. Echar de menos un pasado que en este momento puede ser utópico hacia el futuro, no tiene mucho sentido. Entonces decidí tener ideas inmediatas y llevarlas a cabo y disfrutar de la música que más me gustaba En una rutina de tener conciertos, tenía distintas obligaciones que cumplir. Al no tener esos compromisos, con obras en Estados Unidos, en Canadá, en Alemania, en China. Todo esto se postergó. La realidad es que el arte de la ejecución hay que repensarlo totalmente. Hay que estar viendo nuevas alternativas y nuevos modos de emocionar a las personas», reconoce.
—¿Qué significa el éxito para vos?
—-Es una palabra muy compleja. El éxito puede ser estar viendo nuevos modos de emocionar a las personas. Es tener recursos emocionales para administrar el fracaso. Habría que pensar qué es el fracaso. Y no siempre del éxito podés aprender. A veces el fracaso te puede dar más lecciones. Algo que en su momento fracasó y que luego por alguna cuestión se despliega en el éxito.
—Vos empezaste tu carrera desde muy chico. ¿En qué momento te diste cuenta de que todo lo que aprendiste con la música y con tu creatividad era necesario difundirlo y transmitírselo a otros?
—-Soy un ser humano como todos. Vengo de una familia que se ha esforzado muchísimo. Este año me tocaron dos situaciones extremadamente dolorosas. El fallecimiento de mi padre, el 10 de julio. Y el de mi abuelo, hace semanas. De ellos me quedo con todo su amor y esta manera de entender que la vida está llena de altibajos. Tengo el privilegio de venir de una familia de músicos. Más o menos cargo con una herencia de fracasos, de problemas y de historias que me enriquecen. Y hay otra cosa que para mí es fundamental, acercarse a la gente con la que vos respetas, que vos admiras mucho. Eso te estimula a seguir creciendo, a seguir avanzando. Son mis maneras de entender un poco la vida.