Un 27 de enero de 1979 fallecía en su casona de San Isidro Victoria Ocampo, la escritora, ensayista, editora, viajera y mecenas. Una de las grandes protagonistas de la cultura y de la letras del siglo pasado.
Proveniente de una familia tradicional de Buenos Aires, trascendió desde pequeña las fronteras impuestas a las mujeres. En su infancia recibió una educación de alto nivel y a una muy temprana edad sabía múltiples idiomas: francés, inglés e italiano. Los viajes rutinarios a Europa y a Estados Unidos le permitieron codearse con intelectuales de gran renombre como Jacques Lacan, Albert Camus y Sergei Einstein, figuras que la inspiraron a seguir por el camino literario y académico.
Victoria Ocampo fundó en 1931 la revista Sur. Un espacio disruptivo para su momento, que se convirtió en referencia literaria durante cuatro décadas. Allí escribían todo los autores de la época nacionales e internacionales. Desde Jorge Luis Borges, Adolfo Bioy Casares, Alejandra Pizarnik, Julio Cortázar, Virginia Woolf, Carl Jung, entre muchos más. También cumplió un rol importante para el movimiento feminista dentro del país.
La revista Sur fue además, un espacio en donde mujeres que no tenían lugar en otras editoriales, pudieran llegar a ser “alguien” y empezar a construir su carrera como escritoras o periodistas.
Fue la primera mujer en ser miembro de la Academia Argentina de Letras en el año 1977 y una de las primeras en obtener la licencia de conducir, usar pantalones, y fumar entre hombres.
Siguiendo con su manera de actuar, rebelde y auténtica, se fue acercando al feminismo a través de manifestaciones a lo largo de su juventud, lo que le llevó a fundar la Unión Argentina de Mujeres en el año 1936.
Siempre fiel a sus sentimientos, según el historiador Felipe Pigna, en la luna de miel de su primer matrimonio, se enamoró del amor de su vida. Que, claro está, no era su entonces marido. Para denunciar la infidelidad femenina en ese momento sólo bastaba que el hombre hiciera la denuncia, en cambio para la masculina, la mujer tenía que demostrar que se había ido a vivir con la amante a la casa marital. Pero, Victoria fue en contra de la Ley, y, a pesar de ciertos obstáculos legales, ganó y no fue acusada.
El gobierno francés galardonó a la escritora como Oficial de la Legión de Honor y Comandante de las Artes y las Letras en el 1962. Desde el Imperio Británico fue distinguida también como Comandante de la Orden del Imperio Británico. Fue nombrada Doctor Honoris Causa por la Universidad de Harvard y por la Universidad Visva-Bharati de India.