Este sábado 1 de junio, desde las 13h, la Escuela Hogar N° 125 Francisco José Miguez, de Colonia Chapalcó invita a la comunidad a una muestra fotográfica. Una oportunidad para descubrir este paraje pintoresco y ”escondido” de la provincia de La Pampa.
Ubicado en el departamento de Toay, a 70 kilómetros de Santa Rosa, la Colonia Chapalcó tiene mucho para contar. Hoy sólo queda allí una escuela y ruinas de un paraje. Pero sus médanos, su valle, y los montes de caldén guardan muchas historias, desde rastrilladas indígenas, fauna exótica y nativa, hasta un antiguo cementerio indio.
Marcelo Villa, impulsor de esta iniciativa junto a la escuela, se propone poner en relieve el lugar con imágenes, pequeñas historias y relatos “cosas tan nuestras y genuinas que son parte importante de nuestra identidad” cuenta a #LPN. Marcelo -en sus palabras- “un observador nato, caminante incansable y un apasionado fotógrafo aficionado”, llegó a Chapalcó “con el amor a la tierra, a la historia, a la esencia”.
El objetivo del encuentro va mucho más allá. Se mostrará el trabajo de los alumnos del Taller de Fotografía. Dar a conocer la historia y “generar una jornada de encuentro con los niños que concurren a la escuela, ex alumnos, y el personal que trabaja allí con una profunda vocación por la enseñanza”. Habrá una caminata a la vieja colonia, un fogón, “se va a amasar y hacer tortafritas, no faltará música. Un día distinto para los niños, para disfrutar el día”, cuenta Marcelo.
Un poco de historia La Escuela Nº 125, fue creada en 1947 por el pedido de los pobladores de Colonia Chapalcó- fundada poco tiempo antes-. En un campo de 100 hectáreas, en donde había 3 casitas, una Iglesia, y un destacamento policial. Luego los dueños donaron 9 hectáreas para que la provincia pueda construir una nueva escuela. Se hizo, y la escuela antigua se comenzó a usar para dormir. En sus primeros meses llegó a los 12 alumnos y al año siguiente finalizaron el año escolar 24.
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La escuela está ubicada a 65 kilómetros de Toay, por la Ruta Provincial 14, camino al oeste pampeano, sobre un camino vecinal, entre el kilómetro 130 y la Ruta Provincial 11.
Pablo Lonati es hoy su director: “desde el 2000 la población rural comenzó a mermar, las familias de los hacheros por ejemplo estaban más en el pueblo, o ya tenían hijos grandes. La época de mayor auge fue desde el 70´ al 90´ cuando alcanzó 100 alumnos de la zona rural, de 50 kilómetros a la redonda. Hoy son 10 alumnos, 2 de nivel inicial y 8 de primaria.”
Los que visiten la muestra también conocerán cómo se trabaja en una escuela hogar: la huerta, el gallinero, las aves, las ovejas.
“Habrá una visita guiada a la antigua Colonia de Chapalcó, vamos a encontrar los vestigios, las ruinas de la antigua escuela, de la estafeta postal, de la comisaría, está en un campo privado, pero ya tenemos autorización. En un cerro hay un cementerio indígena. Hay que ir librado de toda acción citadina. Un cerro en donde descubrís los verdaderos colores de nuestro lugar.»
Marcelo Villa
Muestra Fotográfica «Chapalcó revelado», por Marcelo Villa. Llevar reposera, mate, algo para compartir ¡y un regalo para los alumnos! Sábado 1 de junio desde las 13h. Escuela Hogar N° 125 Francisco José Miguez, Colonia Chapalcó. Camino vecinal, entre el kilómetro 130 de la Ruta Provincia 14 y la Ruta Provincial 11
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Chapalcó, un retazo de lo nuestro
En los médanos quedaron varados varios sueños,
Y esos sueños, hoy, Cuelgan al viento, como banderas de utopías.
Allí, se dibujaron esperanzas e ilusiones,
Y a campo abierto corrieron la fe y la constancia.
Muchas venidas al suelo por la aspereza de la zona.
Madre santa
Tierra nuestra
Quisiste cobijar a todos…
A propios y extraños
Al de color arena y al llegado de muy lejos, de clara piel.
A todos, pero no pudiste, lo intentaste, lo sabemos…
Y en el menjunje de la sangre y el dolor
Muchos se transformaron en montes, otros en lagunas y en senderos…
Y las lanzas clavadas en la tierra, son almas que miran el horizonte.
Y en las fauces de los pumas, quedaron incrustadas la bravura de los antiguos
Y en el revolotear de las aves, conviven atentos e inquietos corazones.
Allí, en estos parajes del universo rankulche,
Manos, cuerpos y deseos, forjaron destinos …
tallaron incertidumbres
y cristalizaron las lágrimas.
Madre santa
Tierra nuestra
Fiel mujer, fuiste abriendo surcos y cavando tumbas
Acompañando la felicidad del nacimiento y la amargura de la muerte.
Madre, sé que con la suave brisa y en el ocaso, nombras a todos los que te habitaron, como pronunciando un eterno rosario.
Te han visto en el cerro, madre, vestida de oscuridad
Han visto tu blancura, en la luz de la luna.
Madre Santa
Tierra nuestra
Infinita y venerada pampa.
Marcelo Pilín Villa
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