La Escalera Teatro (UNLPam) se sumergió en la producción de “El año de la peste”, de la autora argentina Alicia Muñoz. Si bien la obra fue escrita hace muchos años y en un contexto que nada hacía prever lo que nos sucedió con la aparición del Covid, pareciera que un ojo avizor hubiera puesto en su pluma en forma de creatividad dramatúrgica la temática de la obra.
A lo largo de las escenas se narra la evolución de una peste acaecida en Argentina, desde su aparición hasta su desaparición con todos los avatares, desordenes, desajustes y aciertos que atravesaron a un pueblo. Nada que no hayamos transitado, ni que nos fuera ajenos como sociedad en los tiempos del Corona Virus.
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Será dirigida por Gustavo Rodríguez y estará interpretada por el elenco integrado por: Elsa Chico, Carolina Dechechi, Tomás Navarro Febre, Corina Sosa, Angel Molina, Franco Ramírez, Marisol Fernández, María Luz Sosa, Mirta García, Rossana Senoseain, Sabrina Rodríguez, Guillermo Boulenaz, Melina Vivalda, Ismael Aguirre, Mauricio Ochoa, Gladys Gutiérrez, Oscar Orqueda, Milagros Draeguer, Gianfranco Giannini, Sergio Fernández, Matías Gigena, Leonardo Sosa, Manuel Maldonado, Gustavo Cáceres y Tomás Delorenzi.
El teatro en tanto creación artística ha sido desde siempre una catarsis contra las realidades que nos atraviesan. Es la vida mostrada en el entorno que se expone en las obras dramáticas, y cada época puede desnudar en las tablas la vida del presente, en este caso con “El año de la peste”.
Desde sus orígenes, el arte ha tenido un sentido catárquico: la tragedia griega constituía una terapia psicológica. El héroe vive con orgullo desmedido, creyéndose invulnerable. A esta sensación de superioridad la llamaban “hybris”. La naturaleza nos devuelve al lugar que nos corresponde. Somos un ser vivo más en el cosmos. Cuando todo sale a la luz, llega la catarsis y el héroe cura su complejo de superioridad. Mucho después, Freud usaría la catarsis como método para erradicar traumas ocultos en el inconsciente.
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El arte es una vía de catarsis, sirve para expresar sentimientos difícilmente verbalizables. Goya padeció una grave enfermedad y se confinó en la Quinta del Sordo. Los malos presagios, el dolor y la soledad se desprendieron del pintor y todos los fantasmas del pasado quedaron adheridos a las paredes. Fue la terapia más exitosa de la historia.
En las épocas difíciles se descubren fortalezas escondidas en la cara oculta de nuestra personalidad. Durante la Guerra Civil, un psicólogo barcelonés quedó sorprendido por la entereza de la población, por la solidaridad con que todos se apoyaban mutuamente. Se ha dicho que la pandemia es la guerra de nuestra generación.
Durante esta pandemia, las estrategias más utilizadas por los servicios de salud mental han sido el apoyo afectivo, el “estar ahí contigo”, propiciando espacios para el desahogo emocional, y el arte, el Teatro, mucho a tenido que ver con ello. El arte ha democratizado este mecanismo. Desde marzo de 2020, los observadores culturales apuntan a un crecimiento de la libertad creadora. Los artistas han renovado no solo sus temas, sino los vehículos de difusión social del arte.
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Desde el inicio del confinamiento, se pusieron en práctica formas nuevas de mostrar lo artístico, por ejemplo, el Covid Art Museum es un museo virtual que presenta obras surgidas durante el confinamiento. Los museos tradicionales potenciaron visitas y exposiciones virtuales. La galería Blanca Berlín reunió fotografías que reflejaban las casas confinadas, detenidas en el tiempo. Durante los ciclos de confinamiento y desconfinamiento, el arte ha proporcionado una vía de catarsis que ha permitido a la población en general una profunda reflexión sobre nosotros mismos como sociedad.
La función será el día 10 de marzo a las 21hs en el Teatro Español. Las entradas se consiguen en el Teatro Español, de martes a viernes de 8 a 12:30 y de 18 a 20 hs.
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