Los animales salvajes y las plantas silvestres, además de su valor intrínseco, contribuyen a los aspectos ecológicos, genéticos, sociales, económicos, científicos, educativos, culturales, recreativos y estéticos del bienestar humano y el desarrollo sostenible.
Desde el año 2013, el mundo celebra el Día Mundial de la Vida Silvestre, decretado por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) con el objetivo de concientizar acerca del valor de la flora y la fauna.
Más allá de celebrar y admirar la naturaleza del planeta tierra, en este día se recuerda la necesidad urgente de combatir los delitos contra el medio ambiente, la disminución de especies y el tráfico ilegal de flora y fauna ocasionada por la actividad humana, y sobre todo, la actividad humana económica. Bajo este motivo, el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) número 15 se focaliza en detener la pérdida de biodiversidad.

Los bosques como medio de subsistencia
Este tópico es en el que se centró este año la ONU para memorizar el Día Mundial de la Vida Silvestre.
- Alrededor del 80% de las especies silvestres terrestres viven en los bosques.
- Casi un 90% de las personas más pobres del mundo dependen de algún modo de los recursos forestales.
- Cada año se pierden 4,7 millones de hectáreas de esos ecosistemas, equivalente a una superficie mayor que la Dinamarca, según informa el organismo internacional.
«Los bosques y los terrenos boscosos, que abarcan casi una tercera parte de la superficie terrestre del planeta, son pilares fundamentales para los medios de subsistencia y el bienestar de los seres humanos».
Organización de las Naciones Unidas
Más de 800 millones de personas viven en bosques tropicales y sabanas en países en desarrollo. Las comunidades indígenas y rurales mantienen una relación particularmente estrecha con esos sistemas naturales.
Su tierra su hogar. Estas comunidades dependen de los bosques para satisfacer sus necesidades esenciales, desde alimentos y refugio hasta energía y medicamentos. Por otro lado, además de la propia subsistencia, mantienen una estrecha relación espiritual y cultural con la naturaleza.
«Los pueblos indígenas y las comunidades locales son asimismo los custodios históricos de las reservas más importantes de diversidad biológica, incluidos los bosques»
Organización de las Naciones Unidas
Los servicios del ecosistema y los recursos que proporcionan los bosques y los terrenos boscosos, desde el filtrado y el almacenamiento de agua dulce para garantizar la fertilidad de los suelos o para regular el clima, son esenciales para la economía mundial y para las personas en todo el mundo. Sin embargo, los bosques se encuentran actualmente en la encrucijada de las múltiples crisis planetarias que encaramos actualmente, desde el cambio climático hasta la pérdida de biodiversidad y las repercusiones sociales y económicas de la actual pandemia mundial.
La vida silvestre en La Pampa
Desde #LPN dialogamos con Federico Bruno, conservacionista, fotógrafo, y subdirector de Recursos Naturales de la provincia de La Pampa acerca de la situación de la flora y fauna de la provincia.
Cuando estaba en el colegio secundario, empezó a introducirse en el mundo de la observación de aves, estudió para ser guarda parques y de a poco surgió su trabajo en la conservación. Siempre se mantuvo «relacionado a la naturaleza», menciona.



El cardenal amarillo es una de las especies que se encuentran en peligro de extinción en nuestra provincia según Federico, a causa de la destrucción de su hábitat natural y por el tráfico ilegal de la especie. El entrevistado cuenta que la Universidad Nacional de La Pampa está trabajando en este caso y está realizando estudios sobre la situación.
Otra de las especies en peligro de extinción de la provincia es la tortuga. Y, aunque parezca mentira, tiene un orígen particular. En los años 70 y 80, el tráfico de tortugas en el país aumentó un 70% por el tema infantil «Manuelita» de María Elena Walsh. «Una inocente canción puso en peligro una especie. Todos querían una «Manuelita», dice Federico.



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Por otro lado, el conservacionista hace hincapié en lo «amplia y rica» que es la fauna y flora de La Pampa. «No todo es ciervo y jabalí, es mucho más amplia que eso, tenemos el cardenal amarillo, las tortugas, los zorros, es mucho más la fauna nativa de la provincia que la exótica», dice.
En cuanto la recuperación de las especies, fueron alrededor de 300 los animales recuperados del tráfico ilegal de fauna en el 2020. «Hay gente que entrega de manera voluntaria a las tortugas, animales que tal vez tienen en el patio de sus casas desde hace 30 años» . Sucede lo mismo con los pájaros, en su mayoría con el cardenal amarillo, el jilguero, y con las aves canoras.
«Hay otros pájaros que lo sacás de naturaleza para tenerlos encerrados en una jaula porque cantan bonito y porque es una simple linda imagen. Hay una canción de José Larralde que habla de ´el alegre canto de los pájaros tristes´«. Nada más cierto.