Ella es Marie Sindo – o Marisín para sus amigos- y es una influencer de la estética social. A través de sus redes sociales -Instagram, Twitch y Youtube- intenta desnaturalizar a través del humor y de una mirada ácida de la realidad, lo que se considera «lindo» y «feo» -en cuánto decoración y diseño del hogar- en Argentina. Su contenido está destinado para personas reales con casas reales.
Es crítica del diseño, sobre todo de la decoración difundida por revistas y por influencers que muestran una realidad en la que solo acceden unos pocos. «Los grandes diseñadores de interiores no compran adornos en las casas de adornos, el verdadero talento de los diseñadores es hacer mucho con poca plata. La estética es tener armonía y equilibrio, y eso no te lo da un adorno de $10.000» subrayó en una entrevista vía Zoom con #LPN.

El barrio que la vio crecer fue Villa Germinal en Santa Rosa, La Pampa. Marisín recuerda su infancia y adolescencia con cariño y, a pesar que desde los 17 años vive en Buenos Aires, no se considera una «niña urbana». El ruido de las motos que la despertaban cuando dormía en la casa de su abuela y que le parecía algo -loquísimo-, Videos Plaza, los VHS, Canal 3, y las casitas que armaba abajo de los árboles, hacen que ella misma se considere como «una chica de patio y calle».
Estudió Ciencias de la Comunicación en la UBA, finalizó la carrera con una tesis sobre el fanatismo por Sandro y se desempeñó como periodista política por varios años hasta que el rubro la cansó y se lanzó a la autogestión. Su paso por la UBA y un flechazo con la materia Cultura Popular y Cultura Masiva, determinó la mirada social con la que el personaje Marie Sindo analiza el mundo del diseño.
No hay una fecha exacta en la que se haya creado esta figura de la influencer. Deviene de la niñez, por una fuerte atracción en organizar y decorar casas que se consolidó a lo largo del tiempo. En el año 2019, desde su cuenta personal de Instagram con apenas 300 seguidores, empezó a darle forma a lo que hoy en día es una comunidad de 38.000 seguidores y en YouTube 16.300 suscriptores.
´Periodista: ¿Cómo fue creciendo tu comunidad y a qué le otorgás ese crecimiento?
Marie Sindo: En primer lugar tiene que ver la técnica en las redes sociales. Antes de empezar, estudié mucho las conductas que se daban en las redes. Arranqué en Instagram y hasta no tener 10mil seguidores ahí, no empecé con YouTube, porque sabía que no tenía sentido hacerlo. Algunas de las técnicas que use fueron, por ejemplo, hacer encuestas, o no criticar, o responder los mensajes que te mandan y tratar de demostrarle a la gente que te sigue que también te importa. Es fundamental. Y fue sucediendo lo mismo en YouTube. Y además el hecho de cómo habitar mejor una casa, por fuera del radio de personas que viven en countries y salen en revistas, yo creo que era un discurso, una idea que estaba volando en la cabeza de la sociedad. No estoy descubriendo la pólvora pero empecé a hablar de cosas que mucha gente quería escuchar.
P: ¿Cuál es el objetivo de Marie Sindo?
M: A nivel personal, vivir de esto. Me gusta mucho la autogestión. Y por otro lado, no te voy a decir que soy una profeta o que tengo un rol social, pero sí creo que esta bueno desnaturalizar algunas cosas que se consideran como verdades que no lo son tanto, desde esa dicotomía estética que hay vistas en las novelas en donde el pobre -como categoría- es más desconchado y tiene casas feas, mientras que el rico tiene una casa divina, con una iluminación espectacular y está ordenada. Lo cierto es que hay una idiosincrasia que hace que nosotros, los argentinos, seamos todos desconchados, no somos Japón, no somos Marie Kondo. Lo que me interesa es eso, tratar de desnaturalizar mensajes y que la gente además esté contenta con sus casas, yo sé que no es algo de primera necesidad como comer, pero creo que vivir bien y habitar bien una casa también es un derecho. No voy a tener la bandera de nada, pero me interesa que la gente vea esto.
P: ¿Tu contenido está dirigido a la clase media argentina?
M: La clase media es cada vez más hibrida y pequeña en el país. No está dirigido a las clases altas y el resto vamos viendo. Una vez me pasó que hablé de las bolsas de agua caliente y salió medio Instagram a contarme que en sus infancias se calentaban con un ladrillo recalentado. Ese es el público al que yo apunto.
P: ¿En qué momento dijiste -sí, puedo vivir de esto-?
M: No vivo económicamente de esto. Es pico y pala todos los días para ver si no pierdo tanto dinero. A veces se mal interpreta mucho y también pasa con la casta de famosos de la televisión, que como te ven del otro lado de la pantalla la gente piensa que te llenas de guita y no es así. Es más fácil tener un laburo de 8 horas e irte a trabajar y llegar a tu casa y tomarse una cerveza. Eso no existe en este mundo. De las redes sociales, solo de las redes, nadie vive exactamente. Pero sí vivís de tu imagen y de lo que podes ofrecer por fuera. Por ejemplo con el libro que saqué hace poquito me está yendo bastante bien con las asesorías de decoración también me está yendo bien, los cafecitos también me sirven ya que puedo pagarle a la editora que me hace los videos con cafecitos. No gano, pero es una inversión. Todo de a poco. Espero que en los próximos 6 meses pueda decir que no pierdo plata. Y YouTube da dinero, pero no puedo vivir de eso. Si una semana no subís un video te bajan muchísimos las views porque YouTube decide no mostrarte. Es un laburo esclavo el de YouTube. Además es una responsabilidad bárbara la de comunicar y ser líder de una comunidad. Porque si yo salgo a criticar con nombre y apellido a ciertas personas del mundo de diseño de interiores, como líder de una comunidad estás habilitando a miles de personas más, tus seguidores, a que la o lo critiquen también. Es un laburo fuerte a nivel trabajo y siempre mirando que tu contenido no sea nocivo para el resto.
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P: ¿Por qué creés que las influencers y revistas de decoración siguen estándares extranjeros?
M: Tengo la teoría de que la estética argentina no ha sido conceptualizada. Se copian modelos porque no hay un texto general que diga, -bueno esta es la estética argentina-. No está estereotipado qué es lo que somos en cuanto diseño de interiores, porque creo que hay una especie de inseguridad de lo que realmente somos en las casas. Como argentinos y argentinas tenemos todo lo que es el background de italianos e inmigrantes que vinieron acá y no querían tirar nada, entonces nos quedó eso de acumular cositas. Está mal visto eso, que tiene mucha de identidad propia. Pero, no se perciben como propias, sino que se perciben como marginales. Pero si vas a una casa en Nordelta también está esta acumulación de cositas.
P: ¿Vos cómo definirías el estilo argentino?
M: Estoy trabajando y escribiendo cosas propias de un estilo argentino. Tiene mucho marrón y blanco, y tiene mucha madera desde algarrobo hasta formica pasando por las sillas thonet. Es más que nada de techos bajos, lleno de cositas chiquitas, y habría que adaptar esto y pensar cual es la iluminación que nos representa, las texturas que nos representan y las diferencias que nos representan porque en el norte no se usan las mismas texturas que en el sur.
P: ¿Qué no puede faltar en una casa típica de Argentina?
M: La colección de mates, el almanaque del almacén de la heladera, la carpetita de crochet, por ahí eso en generaciones más pasadas, y siempre hay algún tipo de decoración de supermercado, siempre esta el malentendido vintage – como un reloj con la torre Eiffel- en general eso.
P: ¿Qué es la estética social?
M: No sé si es un término inventado por mí, al menos yo antes nunca lo había leído. Significa pensar la estética, pensar los contextos visuales y de objetos que nos rodean, no desde un nivel individual, como normalmente la decoración de interiores lo percibe, sino desde un punto de vista social a que todas las cosas tienen significado o algo por detrás. Lo social de la estética tiene que ver con cómo percibimos las cosas que nos rodean, inclusive la parte urbana, todo lo que tiene que ver con las fachadas, y las veredas y qué jerarquías les damos respecto de qué está bien y mal, qué es lo lindo y qué es lo feo.
P: ¿Qué tiene que ver la Sociología con lo que vos haces?
M: Se relacionan en todo. A veces la decoración de interiores se percibe desde el discurso mainstream y es más individual. Lo social es de las puertas hacia afuera y lo individual es de las puertas hacia adentro, y nada que ver, no es así. precisamente mi interés está en hablar de decoración de interiores con cómo nos percibimos como comunidad. Todo lo que recomiendo tiene que ver con lo social y cómo congeniar con nuestra identidad.
P: ¿Por qué decís que hay que disociar el dinero de lo estético?
M: Porque el dinero y lo estético no van de la mano. Es muy filosófica la definición de la estética. Los grandes decoradores de interiores no compran adornos en las casas de adornos, el verdadero talento de un docorador de interiores hacer mucho con poca plata. Yo siempre pongo el ejemplo del Valencia Lounge Hostel que lo hizo una chica que se llama Ana Hernández -una diseñadora de interiores- que hizo todo con tubos de la obra pintados de dorado, y se baso en un estilo particular, hizo un moodboard, e hizo un hostel espectacular con nada. La estética es tener armonía y equilibrio, y eso no te lo da un adorno de 10mil pesos.
P: ¿Quién o qué te inspira?
M: A mí me gusta a nivel estético ver resultados, le sigo la trayectoria a Ana Hernández, también sigo el concepto del creador IKEA. Por lo general me inspiran las ambientaciones de las series y películas, también miro Pinterest.
P: ¿Qué es lo que más te gusta de este personaje?
M: Me encanta filmarme y hacer videos. Aunque las redes sociales son un 80% de trabajo administrativo. Pero el trabajo creativo y filmarme, la disfruto mucho. Me encanta cuando se prende la cámara y hablo.



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