Seis de enero, el día en el que Jesús se dio a conocer al mundo. Según la tradición, los Reyes Magos eran sabios que miraban al cielo en búsqueda de una estrella, la misma que los guiaría hacia el hijo recién nacido de Dios.
Su origen está difuso entre Evangelios, La Biblia en la Edad Media y más tradiciones que se fueron enraizando en las culturas del mundo. Pero poco importa de dónde vienen, sino que lo mágico es la ilusión de los niños por esta tradición que sigue latente y vibrante, llenando de esperanza los hogares después de un año que deja pocas expectativas.
El Evangelio narra que unos magos llegados de Oriente encontraron a Jesús en un establo, junto a María y José, después de años viajando y mirando el cielo para adorar al rey de los judíos. Le ofrecieron oro, el metal de los reyes; incienso, la ofrenda de los dioses; y mirra, como anuncio de sus futuros padecimientos.
Leé también Campaña solidaria Corazón a Corazón: ¡misión cumplida!
En los Evangelios Apócrifos, los Reyes Magos aparecen con una historia más definida. Al guiarse por una estrella que les indicaría el nacimiento de Jesús, se dedujo que eran astrónomos, y que el término «magos» viene de Oriente, en donde se conocía a los que tenían un conocimiento superior, como sabios.
*****
Este contenido es posible gracias al apoyo de nuestros lectores y auspiciantes. Compartí esta nota, opiná, y publicitá en nuestra web, para promover un periodismo distinto en la región: Contacto y Publicidad