Una bebé recién nacida, aún unida a su madre por el cordón umbilical, fue rescatada entre los escombros de un edificio que se derrumbó en Jindires, al noroeste de Siria, por el sismo de 7.8 grados que sacudió la región norte de ese país y a Turquía el día lunes.
Los fuertes terremotos ya dejaron casi 12.000 muertos, 8.574 muertos en Turquía y 2.662 en Siria, y millones de afectados.
La bebé es la única sobreviviente de su familia. La pequeña pesa 3.175 kilogramos y tiene contusiones, pero su estado es estable, y los rescatistas estiman que “probablemente nació siete horas después del sismo”.
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«Buscábamos a Abu Rudayna (sobrenombre de Abdalá) y su familia. Primero encontramos a su hermana, luego a su mujer, luego a Abu Rudayna, estaban juntos los unos contra los otros», todos ellos muertos, explicó a la agencia AFP un allegado de la familia.
Y siguió explicando: «Luego oímos un ruido y escarbamos (…), limpiamos el lugar y encontramos a esta pequeña, alabado sea Dios», agregó y explicó que cortaron el cordón umbilical, la cubrieron con una manta y la trasladaron a un hospital de la ciudad cercana de Afrin, donde fue puesta en una incubadora y se le administró vitamina.
La bebé «llegó con los miembros entumecidos por el frío, su tensión había bajado. Le hicimos los primeros auxilios y la pusimos bajo perfusión porque había estado demasiado tiempo sin ser alimentada», explicó el médico Hani Maaruf.
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