Un productor agropecuario de Sacanta, Córdoba, fue víctima de un robo, y protagonista de unos días de película para recuperar lo robado. Alquiló una avioneta por su cuenta para buscar sus dos tractores robados, valuados en $10 millones. ¡Y los encontró!
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Gabriel Terreno (43), en diálogo con #LPN, admitió haber sentido «alegría por recuperar los tractores, pero con dolor de panza…» así describe el enojo por haber tenido que acudir a sus propios medios para resolver un hecho policial.
En un año difícil para el sector agropecuario, apeló a todos los recursos que encontró para resolver la situación. «Un año pésimo el 2020. Teníamos 800 milímetros por año de régimen de lluvias, y este año cerramos con 400 milímetros. ¡La sequía es espantosa! Pero estamos en marcha con nuestro proyecto agropecuario.»
La historia
El domingo pasado sus empleados arribaron al campo para trabajar y se encontraron con un caos total. Candados rotos, máquinas tiradas y los tractores desaparecidos (un New Holland nuevo y un Massey Ferguson). En ese preciso momento le anunciaron a Gabriel lo sucedido y subieron fotos del robo a las redes sociales.
«En un rápido accionar cargaron las fotos en las redes sociales, lo que fue un rol fundamental para la búsqueda. La gente que vio las fotos nos fue comentando por dónde habían visto los tractores y muchos coincidieron que iban rumbo a San Francisco, Córdoba» cuenta Gabriel.
Llamó a la policía, hizo la denuncia y rápidamente se dirigió a San Francisco para seguir los rastros. Pero luego de preguntar y atar cabos, dedujeron que los tractores ya habían pasado las fronteras provinciales y que estaban en camino hacia la localidad de Frontera, Santa Fe. «Para ese entonces ya habíamos perdido los rastros» dice el productor agropecuario.
Vía terrestre se les hizo imposible localizar a los tractores. Entonces sin dudarlo, siguió su sentido común y alquiló una avioneta. Volaron a 300 metros sobre el nivel del mar en Frontera y San Francisco, y en una hora ya habían localizado su maquinaria de trabajo robada en un patio de Frontera. El piloto autorizó el descenso y de inmediato llamaron a la policía de Santa Fe que rodeó la manzana e inició la devolución de la maquinaria. Finalmente llegaron a un «final feliz» concluyó.
«No hay nadie demorado y no creo que vaya a haberlo, me tengo que quedar conforme con que tengo los tractores. Para poderlos encontrar tuve que ponerle el pecho yo, y alquilar un avión, cuando deberían haberme ofrecido el helicóptero oficial de la provincia» .
Gustavo nos cuenta que siempre intenta actuar en consecuencia de manera rápida pero con el sentido común, siempre presente. Y siempre piensa en que -si lo que va a hacer hoy, le servirá o al menos no se arrepentirá al día siguiente-. El caso de los tractores, le hizo justicia a sus palabras.