Hace ya varios años, desde #LPN nos propusimos poner en agenda las consecuencias trágicas de los siniestros viales tanto en las rutas como en las calles pampeanas. Consideramos que cada muerte es una vida y una historia, que ya no está más, una familia herida, y una sociedad dolida por una muerte que quizás se podría haber evitado. En su lugar se alza una estrella amarilla: una señal de alerta y un signo de que allí pasó algo muy grave.
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Pero con esta creencia decidimos sentarnos a conversar con la psicóloga Natalia Feraude, profesional que desde hace ya muchos años acompaña a Silvia González y a la Fundación Estrellas Amarillas y nos encontramos con muchas respuestas que creemos se deben tener en cuenta y trabajar mucho más en nuestra provincia.
“Desde la Fundación, hemos tenido vinculación con Natalia, porque lamentablemente ella también es familiar de víctimas de siniestros de tránsito. Su madre, Silvia Vega, hace años que trabaja con nosotras y colabora después de la trágica muerte de su hermana, Mónica Vega, en la Ruta Nacional 5. En ese hecho murió Mónica, su suegra y unos años después, su marido, que quedó en estado muy complicado. Solamente sobrevivió el hijo pequeño. Natalia es una de las asesoras que no solo acompaña continuamente sino también es la persona que desde su mirada orienta a la Fundación y tiene la particularidad de que es familiar de víctimas de tránsito y conoce muy bien todo lo que debe atravesar una familia en un momento de shock tan traumático y tan inesperado”.
Silvia González
Natalia es una persona de mucha confianza para la organización en todo lo que tiene que ver con el asesoramiento psicológico, a los proyectos que realizan, en cuanto a acciones que desarrolla la fundación y también asistió en casos de urgencia con familiares de víctimas: “Algo que era muy difícil conseguir antes de que existiera la Red Federal de Asistencia rápida a las víctimas de siniestros viales”, comenta Silvia.
¿En qué consiste esta la Red Federal de Asistencia a Víctimas de Siniestros Viales? Es un servicio de asistencia telefónica gratuito, que está disponible las 24 horas y para todo el país. El objetivo es asistir post-emergencia a las víctimas de accidentes de tránsito. Hay que comunicarse a la Línea 149 opción 2: esta red acompaña y asesora de forma gratuita en las instancias posteriores a la emergencia. Brinda asistencia psicológica y jurídica, asesoramiento sobre servicios sociales, asistencia médica y rehabilitación, traslados y hospedajes, y ayuda económica, entre otros recursos.
Datos de la OMS sobre los siniestros viales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que anualmente 1,35 millones de personas en el mundo resultan víctimas mortales por lesiones del tránsito y entre 20 y 50 millones padecen secuelas físicas y psicológicas, esta es una de las principales causas de discapacidad. En Argentina, en el año 2019 (antes del COVID-19), la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) registró 99.221 siniestros viales con víctimas y dejaron como consecuencia a 4.911 personas fallecidas a causa de la inseguridad vial.
El diálogo de #LPN con Natalia Feraude
―Con Estrellas habré comenzado en el 2010 o 2012. Llegué por dos caminos. Primero, como Lic. en Psicología, cuando volví a La Pampa, en 2002, éramos muy poquitos psicólogos. Como soy muy curiosa, me fui metiendo en varios espacios y eso me llevó a tener diferentes niveles de participación en varias organizaciones y una de esas terminó siendo Estrellas Amarillas donde conocí a Silvia González.
Por otro lado, también llegué porque unos familiares fueron víctimas de un siniestro vial, entonces la familia empezó a colaborar en Estrellas Amarillas y mi incursión tuvo que ver con una tragedia familiar.
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Suelo dar charlas de capacitación para manejo consciente, se explican las mecánicas de los siniestros, los estilos viales, las personalidades al volante, las consecuencias físicas, clínicas y médicas que se generan a partir de los siniestros viales, trabajamos con las víctimas de los siniestros y siempre codo a codo en diferentes proyectos que Estrellas Amarillas.
¿Cómo fue el siniestro vial de tu familia, qué implicó?
―Fue el siniestro vial de la hermana de mi mamá, en ese siniestro falleció mi tía, quedó muy grave la suegra de ella que después también falleció, y su marido que estuvo postrado, no recuerdo exactamente si tres o cuatro años, pero que después fallece también a causa del accidente. El único sobreviviente es mi primo que hoy ya es un adulto, pero que en esa época tenía 7 u 8 años.
A partir de ahí, mi mamá comienza a participar en Estrellas y yo acompañando a la familia. Ahí es donde empecé a detectar que un siniestro vial tiene un gran impacto no solo en las personas a las que les sucede sino a nivel familiar.
«Las consecuencias en los siniestros viales son por resonancia, no solamente es el hecho en sí, sino es lo que le pasa a la familia de los siniestrados, lo que le pasa a quienes trabajan y asisten al siniestro: policías, enfermeros, camilleros, médicos, también lo que le pasa a la familia que está esperando a ese trabajador de seguridad o de salud que vuelve a su casa después de un siniestro«.
¿Cómo es el impacto que tienen los siniestros viales?
―Hay siniestros que son más graves que otros, más cuando hay niños, cuando hay decapitaciones, cuando hay destrozos que realmente impactan desde lo visual, desde lo perceptivo. De hecho, el estrés postraumático es algo que, a mi criterio, todavía no está abordado como debería en el personal que asiste a los siniestrados.
Quizás en el momento no hay mucha noción de lo que está pasando, después hay gente que no se puede volver a subir más a una ambulancia a manejar por lo que tuvo que ver, gente que no se puede volver a subir a una ruta.
Los siniestros viales pasan a nivel general, vos tirás una piedra al agua y tiene un impacto y resuena en cada uno infinitamente. Entonces, creo que es con las familias de los siniestrados, con los que trabajan en los siniestros, las familias que esperan a los trabajadores que trabajan en siniestros, etc.
¿Cómo habría que trabajar?
―Hay que replantearnos los siniestros viales como algo que está dentro del concepto de seguridad de un territorio, dentro del concepto de educación y de salud de un territorio y que también se abarque desde lo social, porque los siniestros viales ocurren en los espacios públicos.
La pregunta que sigue es plantearnos ¿qué es el espacio público? Es un espacio en el que todos podemos hacer lo que queremos o es un espacio en donde todavía más tenemos que respetar y hacer lo que debemos. En eso hay que trabajar mucho.
¿Qué pensás del trabajo de la Fundación?
―La gente que lleva adelante la fundación, que busca recursos, que los genera, que acompaña, que lucha, es gente rota en un intento de repararse y de prevenir que no le pase lo mismo a otras personas.
La fundación hace un trabajo desde un abordaje social, es decir, cuando ellos llegan o se enteran de un siniestro intentan ponerse a disposición con todo lo que tienen. Muchas veces lo que tienen es poco, pero es mucho para el que no tiene nada.
Realmente hacen un trabajo fenomenal, buscan si es alguien de algún pueblo, si hay que cuidarles a los hijos, si es un jornalero, si es alguien que no está en relación de dependencia, a ver de qué manera pueden ir acercando un dinero que casi nunca hay, acercan mercadería y ayuda para que los alimentos sigan llegando, sobre todo cuando hay familias que dependen del siniestrado.
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Se ponen en contacto enseguida con diferentes organismos para que les provean salud, atención, para tener información, es decir, todavía sigue siendo un trabajo muy artesanal pese a la relevancia que han tenido los proyectos que ha presentado Silvia González y todo el equipo de Estrellas Amarillas.
¿Cómo creés que hay que trabajar con los siniestrados?
―Es muy necesaria la atención de personas víctimas de siniestros viales. Hoy, en principio, no hay nadie que acompañe. Hay que trabajar en más políticas de Estado.
Creo que a La Pampa todavía le sigue faltando un equipo en donde se pueda gestionar, ejecutar, evaluar, enseñar y capacitar sobre cómo avisarle a la familia que hay un siniestro vial, sobre los primeros auxilios psicológicos a un siniestrado que yace en la calle esperando a que venga una ambulancia, qué le digo, cómo le digo, etc.
Sabemos que la primera hora es fundamental, ya sea en salud física, en salud mental, frente a una catástrofe o frente a una tragedia. Por lo tanto, es fundamental contener a la persona para que después la pérdida sea menor o tenga menos consecuencias a largo plazo.
Pero al menos aplicar esto: yo estoy al lado tuyo, no estás sola o no estás solo. Eso es lo primero que se le dice a la persona y se le da la mano. Esto es lo que sugiero yo, expresarle a la persona siniestrada que no está sola, que está acompañada y que ya hiciste todo lo que podías hacer para recibir ayuda y asistencia.
¿Cómo se acompaña a un siniestrado?
―No es lo mismo que haya una persona tirada, que esté una hora esperando a que llegue una ambulancia, que se le va acumulando ansiedad y estrés, a que el siniestrado esté acompañado por una persona, que estén tomándole la mano que le estén diciendo frases de primeros auxilios, acuerdos psicológicos para que se le transmita calma a la persona.
Eso muchas veces lo termina haciendo un transeúnte. Pero se debería contar con un equipo que se articule con los diferentes colegios profesionales, psicólogos, médicos, psicopedagogos, asistentes sociales, enfermería o cualquier otro colegio. Es importante poder empezar a capacitar a la gente para que todos seamos responsables socialmente.
No es lo mismo encontrarse con un siniestro vial en la ruta que en plena calle, en una ciudad altamente transitada. Cambia la comunicación. Además, hay que acompañar con la cabeza medianamente fría, no ir corriendo a los gritos, sino acercarse, fijarse si el teléfono tiene señal, inmediatamente llamar al 107, al 101, al número que te pueda dar una ayuda, que nos oriente.
«Cuando se está ante un siniestro hay que separar lo urgente de lo importante«.
Hay urgencias que necesitan que las personas pongan la cabeza en lo importante, y lo importante sos vos, que sos el único que puede asistir y no tenés que ponerte en riesgo.
¿Cómo recomendas trabajar con los siniestrados y con la salud mental en La Pampa?
―La siniestralidad vial es una problemática multicausal, no implica solamente a un auto y a un conductor. No. Es un auto, un conductor, es una vía de tránsito. Además La Pampa está en el medio del país y todavía no tenemos autovía. No tenemos, o sea, seguimos transitando un flujo increíble de vehículos, comunicamos al país y seguimos transitando en una cinta asfáltica con dos carriles.
Hay que remitirnos a las estadísticas. Está comprobado que los mayores siniestros viales con víctimas fatales son los choques frontales y en La Pampa seguimos teniendo rutas donde uno va y el otro viene a altas velocidades. Entonces, creo que falta un montón para trabajar con diferentes profesiones: psicólogos, médicos, trabajadores sociales, maestros, periodistas, comunicadores, diseñadores, ingenieros civiles, sociólogos, antropólogos.
Otro aspecto en el que hay que seguir trabajando profundamente no solo es qué se maneja, cuándo se maneja o cómo se maneja, sino quién maneja. Tomarnos en serio esto. Si alguien tiene 30 multas por no respetar una luz roja, pago una multa y tengo que seguir dándole el carnet o tengo que hacerle pasar por un proceso psicodiagnóstico para que se evalúe el estado psicológico de esa persona.
Creo que tránsito en La Pampa tiene que empezar a incorporar el trabajo de los psicólogos como una pata fundamental para darle respuesta a esta problemática.
La señalización de las Estrellas Amarillas
Las Estrellas Amarillas son señales de tránsito preventivas, es decir, recuerda que hay muchas muertes por siniestros viales que son evitables. Por lo tanto, desde el año 2011 surgió la Resolución 1371/11 de Vialidad Nacional, que aprobó la instalación de carteles de Estrellas Amarillas en las rutas nacionales como parte de la campaña de concienciación vial llevada adelante por la Red Nacional Familiares de Víctimas de Tránsito.
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En la actualidad pueden visibilizarse Estrellas Amarillas en todo el país, ya sea pintadas en el asfalto o en carteles y es una forma de alertar que en esos lugares hubo siniestros viales fatales. Bajo el lema: “De vos depende no sumar una estrella más al cielo«, hoy es una señal de tránsito en caminos nacionales e internacionales.
Desde el 1 de abril de 2020, por disposición de la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) el símbolo de las Estrellas Amarillas fue incorporado a las señales viales en el curso teórico obligatorio para la obtención de licencias de conducir. De esta manera, se instaló formalmente a la Estrella Amarilla como señal de tránsito. A través de esta disposición (Nro 110/20), se formaliza también la obligatoriedad de impartir y difundir el significado de la misma: las 5 puntas representan los siguientes valores: memoria, prevención, ley, justicia y educación.
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