«Anhelo que llegue este enorme agradecimiento a cada ángel que Dios puso en nuestro camino y nos socorrió en la ruta el sábado 15 del mes pasado -abril-. A los rescatistas del Parque Lihué Calel tan atentos a nuestras necesidades y que llegaron rápidamente. Al bombero cordobés que se quedó a mi lado sosteniéndome la frente. A los corredores que volvían a provincia de Buenos Aires, sobre todo a Claudia. A las ambulancias, a los enfermeros de la Guardia de General Acha. Al enfermero de la Guardia de la Fundación Faerac en Santa Rosa, que me colocó una vía que no hubo que remover en ningún momento. Y especialmente a los y las enfermeras y médicos de la Unidad de Terapia Intensiva, que velan sin descanso para mantener con vida a los pacientes. Cuidan amorosamente de su intimidad y sus necesidades. Algún día serán recompensados como se merecen.»
Por Marita Farré, de General Roca, Río Negro.
Marita y su esposo están bien, recuperándose, de a poco.
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