La programación neurolingüística (PNL) y el coaching ontológico ganan cada vez más espacios en días donde todo se tiene que comunicar de forma rápida y de manera eficaz.
En Argentina, ya son más de dos mil profesionales que están acreditados para ofrecer sesiones de coaching y de entrenamiento. Los políticos son quienes más recurren y solicitan estas prácticas cuando intentan acercar sus visiones a la población. Con el paso de los años, el coaching ontológico se convirtió en una carrera que se instaló en varias universidades.
No existen políticos sin coaching y sin estrategas de comunicación. «El costo promedio de una sesión es una pregunta difícil de responder», menciona Ana Kenny, especialista en comunicación política y comportamiento. Asegura que el valor va a depender de muchos factores, “si es presencial o telefónico, si es individual o en equipo y si son empresarios o políticos”.
Los expertos que están detrás de los discursos trabajan siempre en nuevos paradigmas, con selectivas herramientas que tienen que ver con mejorar la comunicación y el comportamiento. “Las palabras de un líder político son fundamentales para transmitir motivación, seguridad y visión hacia dónde vamos”, agrega Kenny a La Pampa Noticias.
El coaching, por ejemplo, opera casi sin darnos cuenta en tiempos de crisis económica y permite dar herramientas para poder comunicar de forma efectiva. En días donde el dólar aumenta y el peso se devalúa surgen las preguntas. ¿Cómo se comunican las crisis? ¿De qué forma se diagrama un discurso para que sea efectivo?
En ese sentido, Kenny asegura: “El político que lee un discurso te da la sensación de no sentir lo que dice. Alguien que te mira a los ojos y te habla sin leer, siempre tendrá más llegada. El mensaje debe ser muy claro y tiene mayor eficacia cuando tiene sentimientos”.
“Un político es una persona que necesita ser un comunicador efectivo. No se puede separar al perfil político de un comunicador. Desde ese lugar, un político tiene la necesidad de formarse con un profesional que maneje el coaching, la programación neurolingüística y el protocolo”, opina Kenny, que asesora a varios políticos en la actualidad.
“En política, el último que tiene la palabra siempre es el de mayor preferencia. El protocolo es una herramienta comunicacional, no es solo una forma estética. Se comunica a través de gestos, a través de silencios y a través de distancias. No es lo mismo hablar con gente del FMI que en un acto para jóvenes de una agrupación”, dice Kenny, que está a cargo de la materia Liderazgo y Conducción de Equipos en la Universidad del Salvador.
“Todos los días ejecutamos pequeños actos de liderazgo. Liderar lo que nos decimos para que eso que nos decimos construya emociones que nos motiven a movernos y que nos lleven al resultado deseado. Si entiendo ese mínimo proceso a otros espacios o a dimensiones más grandes puedo construir cual puede ser mi modelo de liderazgo que no imaginaba como llegar”, señala Kenny.
Pero no sólo en la política habitan el coaching y la programación neurolingüística, también ya están instalados en infinitas organizaciones. Las empresas están tomando conciencia con distintas herramientas, con experiencias de las problemáticas humanas y la comunicación interpersonal. Se empezaron a dar cuenta que es una inversión que permiten diagramar desde otra perspectiva situaciones que hubieran colapsado y se resuelvan de otra manera.
“Aplica al liderazgo personal y al liderazgo de masas. El coaching te establece en un lugar de liderazgo. Todos tienen que saber responderse quienes son como persona, más allá de su formación académica. Todos los días ejecutamos pequeños actos. El liderazgo se puede entrenar. Más allá de carisma o de condiciones naturales, todos podemos ser líderes.”, finaliza Kenny.