Un espacio que interviene en el tratamiento social del acceso educativo en Santa Rosa, desde un acompañamiento integral que permite la permanencia y el egreso de infantes, adolescentes y adultos de los niveles de primario y secundario.
Además, cuenta con espacios de erradicación de violencia de género desde el abordaje integral a varones que han ejercido estas conductas.
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Fundada el 6 de octubre de 1994, con sede en Cervantes 608, Ayudándonos es una ONG que funciona a partir de voluntarios y donaciones de organismos públicos y privados. Otorga diariamente, y de manera gratuita, apoyo escolar y talleres. La primera actividad, está en manos de estudiantes avanzados de los distintos profesorados de la UNLPam, se realiza de 18 a 20 horas y les entregan la merienda a los alumnos que asisten.
En cuanto a los talleres, se crean desde una perspectiva laboral y de empoderamiento como por ejemplo la panadería. También desde un refuerzo en el proceso de socialización, vinculados a la música y al arte -como el taller de guitarra- o el de fortalecimiento de la creatividad y el ingenio a través del taller de ciencias y experimentos.
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Además, articulan con distintas áreas de la administración pública, vinculadas a educación y acción social, para el acompañamiento integral en los casos que lo requieran, brindando distintos abordajes correspondientes al contexto socioeconómico, a la vinculación con casos de violencia intrafamiliar y el acompañamiento a familiares de personas con diagnósticos de la neurodiversidad.
El acompañamiento es funcional a las particularidades de cada inscripto. Desde #LPN hablamos con Paula Inchaurraga, integrante de la fundación, y nos contó las finalidades del formulario de inscripción: “En primer lugar, pedimos los datos escolares para saber en qué materias necesita refuerzo y si intervino anteriormente el equipo de E.A.I. para poder comunicarnos con ellos y articular con las áreas de coordinación del Ministerio de Educación y así poder acompañar en los recorridos escolares”.
“También solicitamos los datos familiares, su contexto de crianza y socioeconómicos que nos permiten derivarlos a las áreas de gestión social o contarles todos los programas que hay en Nación, porque hay mucha gente que no está al tanto. De esta manera, achicamos las distancias frente a las realidades socioeconómicas”.
Paula Inchaurraga
Con estos datos, se elaboran estrategias de intervención personalizadas a corto y largo plazo. Las estrategias se accionan desde la articulación con diferentes organismos estatales y particulares. En 2021, la fundación dejó de integrar el consejo provincial de niñez y pasó a formar parte del Consejo Asesor de Salud Adolescente y Juvenil (CONSAJU), que depende del Ministerio de Salud de Nación y de RONAT, la red que articula con la Defensoría de niñas, niños y adolescentes.
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Con estas alianzas se pueden generar puentes entre el apoyo social y el institucional, y lograr un acompañamiento integral a las familias. Actualmente, con solo un mes de inscripción, hay 150 inscriptos y 15 casos de acompañamiento integral de casos particulares.
“Todos los abordajes y todos los acompañamientos son posibles porque hay un gran equipo. Somos más de 40 personas que, de manera colaborativa y voluntaria le ponen el corazón y el ingenio para que la fundación siga abriendo sus puertas todos los días”.
Paula Inchaurraga
Apoyo escolar: acompañar el proceso educativo teniendo en cuenta las particularidades del estudiante
La fundación está acondicionada para un apoyo escolar con cinco aulas, acceso gratuito a Internet, cinco computadoras, útiles escolares gratuitos y becas para fotocopias. El apoyo escolar anual se dicta de lunes a viernes de 18 a 20 horas. Cada espacio curricular cuenta con una frecuencia de dos días a la semana, a excepción de matemáticas que tiene cuatro.
El récord interanual es el de 2019 donde se inscribieron más de 2.000 alumnos. El promedio de asistencia diario fue de 40 a 60 adolescentes. Además, desde hace 5 años, cuentan con una psicopedagoga que aborda y acompaña a las infancias que están en primaria. Las listas de espera son permanentes dado que se concentran estudiantes de todos los barrios de Santa Rosa y Toay.
En agosto de 2018 se firmó un convenio con la Dirección de Educación Permanente de Jóvenes y Adultos del Ministerio de Educación de la Provincia, para que todos los jóvenes y adultos puedan terminar la primaria o secundaria a través de la fundación con una modalidad a distancia.
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Luego de este acuerdo, dos mujeres terminaron la primaria y una de ellas continuó la secundaria, actualmente, hay más de 100 personas en esta modalidad. Los veinte alumnos docentes, es decir, estudiantes avanzados de carreras que derivan en docencia, realizan un seguimiento de cada estudiante e interceden con el equipo técnico de la fundación en caso de encontrar alguna dificultad.
Ellos son referentes para los estudiantes cuando atraviesan algún problema en su contexto familiar, socioeconómico o en las instituciones educativas, para luego articular con otras instituciones de acuerdo a la problemática.
El objetivo de la fundación, además del acompañamiento educativo, es buscar minimizar la brecha en el pleno acceso a la educación utilizando las herramientas a su alcance.
“Sabemos que con lo que hacemos a diario no le resolvemos la vida a la gente, simplemente buscamos ayudar para que algunas brechas se achiquen. A su vez, estamos convencidos de lo importante que son las políticas públicas y tenemos bien en claro cuál es el rol del Estado, por eso creemos que lo central es abordar los derechos: el derecho a la educación, a la alimentación, a la salud integral, entre otras”.
Paula Inchaurraga
Talleres: aprender oficios, labores y expresiones
“El acuerdo con los talleristas es que lo que se produce se lo lleva a la casa quien lo produce, esto es un paliativo al contexto que estamos viviendo. Pero también fortalecemos la necesidad de compartir ya que incentivamos repartir entre los alumnos las producciones, por ejemplo, el jueves hicieron panes saborizados de más para compartir entre sus compañeritos”.
Paula Inchaurraga
Desde estas prácticas, se les enseña valoraciones positivas en torno a las concepciones de comunidad y compañerismo, como así también a fortalecerse, empoderarse y sentir que ellos pueden hacerlo. Los talleres brindan una salida laboral, “hay una chica que arrancó panadería con la primera tallerista que tuvimos, ocho años atrás, y tiene una salida laboral con eso. Inclusive, sigue viniendo al taller para especializarse”, cuenta Paula.
Dado el contexto de virtualidad y aislamiento que vivimos a partir de las medidas de prevención por la pandemia de Covid-19, los talleres de este año están orientados a reactivar los procesos de socialización. “Adaptamos los talleres de la secundaria a expresiones artísticas y los de primaria son más lúdicos, partiendo de las preguntas: ¿qué nuevas necesidades nos dejó la pandemia? ¿qué necesitamos ahora?”.
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Estos talleres abren una posibilidad de inserción en el mundo de las artes, la cultura o la ciencia a integrantes de contextos socioeconómicos diversos.
“Cada taller encontró la manera de difundirse y permanecer, hoy en día, la panadería tiene 28 inscriptos y dos hojas de lista de espera”.
Paula Inchaurraga
Abordaje de la violencia de género
Ayudándonos fue una de las primeras instituciones pampeanas en abordar la violencia de género. “La fundación viene abordando hace muchos años el tema de la violencia. Desde capacitaciones, seminarios o acompañamientos a mujeres, infancias y adolescencias, como así también el abordaje a varones que ejercen violencia”.
En cuanto al último eje, trabajan con equipos desde hace más de veinte años, bajo la perspectiva de que “la violencia afecta a todo el núcleo familiar y, por lo tanto, es necesario construir estrategia para cada una de las partes. Y tenemos bien en claro que, si no se aborda al varón que ejerce violencia, él vuelve a ejercerla contra otros”, dice Paula.
“En el año 2003 o 2004, cuando todavía no se hablaba de masculinidades, frente a la falta de financiamiento nos proponen que lo que se venía desarrollando pase a ser municipal y tenga otro paraguas”.
Paula Inchaurraga
Los abordajes son trabajos interdisciplinarios focalizados desde la psicología social y se hacen desde una perspectiva grupal que parte de la noción de que la violencia es una conducta aprendida. “Cuando se parte del análisis de una cultura patriarcal con prácticas machistas, al plantearse dentro de un grupo se producen tensiones, hacen ruido y, por lo tanto, se plantea la posibilidad de desaprender porque es algo cultural, no es algo biológico”, explica Paula.
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Manifestar la crítica a las prácticas desde el mismo practicante es una manera efectiva de evitar que las vuelva a cometer y que puedan tomarlas como parte de un sistema cultural ajeno a sí mismo, posibilitando la creación de una cosmovisión cultural propia que le permita vivir sin conductas violentas.
“A su vez, entendemos que abordar al varón que ejerce violencia es central para fortalecer nuevas y buenas masculinidades, pero, sobre todo, tiene como intención primaria evitar un nuevo femicidio”.
Paula Inchaurraga
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