El básquetboll es un deporte que según alguna fuente, proviene de uno de los juegos más antiguos del mundo. Los mayas construyeron edificaciones semejantes a una cancha. Se identificaban con claridad anillos de piedra por donde tenía que pasar una rudimentaria pelota.
Sin embargo, una corriente importante sostiene que el básquet fue inventado en EEUU a fines de 1.891 por un educador, clérigo y físico canadiense llamado James Naismith siendo instructor en un colegio de Massachusets.
Al comienzo utilizaban una pelota de fútbol con 9 jugadores por bando y los aros eran de madera fijada a los tableros. En 1.897 se reglamentó el juego con 5 jugadores por equipo y en 1.900 ya comienza a difundirse por todo el mundo. Recién en 1.936 se acepta como deporte Olímpico en los Juegos de Berlín, Alemania, en tiempos de Hitler.
Curiosamente, seis años antes, en la pequeña capital del Territorio de La Pampa Central se jugó el primer partido entre Atlético Santa Rosa y Estudiantes.
Al club Albo, fundado en 1.923 correspondió el mérito de ser el primer difusor de este deporte en el Territorio. A fines de 1.929, el entonces presidente del club, Dr. Alberto Leiva hizo construir la cancha de básquet con piso de tierra compactada, contigua a la sede de la entidad, entonces ubicada sobre la calle Rivadavia, esquina ex calle 9 de Julio (hoy calle Yrigoyen).
El primer partido de Básquet en La Pampa
Caso raro, pero en la mañana del miércoles 16 de abril de 1.930 se realizó el primer partido de Básquet en La Pampa.
«Los escasos conocimientos técnicos de algunos se compensaron con la experiencia de otros…»
Algunos jóvenes, llegados desde otros lugares del país, donde alcanzaron fundamentos del nuevo juego, fueron los pioneros de la nueva disciplina, destacando al Dr. Leiva, al teniente E. Castex, el puntano Paulino Fernández y Alfredo Zapiola. Éstos, acompañados por jóvenes pampeanos como Raúl Sampietro, Juan Carlos Rodriguez, Julio Gazia y Omar Martínez Almudevar entre otros, comenzaron a practicarlo con intensidad.
Así fue como aquella mañana cruzada por el viento Pampero, jugaron por Santa Rosa: Paulino Fernández, Alfredo Zapiola, Julio Gazia, Juan Carlos Rodriguez y mi amigo Raúl Sampietro -luego devenido en pelotari, que no medía más de 1,65 metros-.
Por Estudiantes salieron Almé Fernández, Abel Jaramillo, Omar Martínez Almudevar, Horacio Wamba y Héctor Colombato.
Los escasos conocimientos técnicos de algunos se compensaron con la experiencia de otros y así animaron un interesante partido con flaco goleo. La victoria correspondió a Estudiantes que ganó 39 a 31.
Como quedaron “calentitos” todos, por el interés en ese deporte, ahí nomás convinieron la revancha para el 19 de junio del mismo año 30`, es decir, dos meses después, con cinco de cada lado nada más, por lo que siguieron practicando duro para la gran revancha.
La Revancha
La misma se concretó sobre aquel piso de tierra bien regada y compactada Pampa y esta vez la victoria se fue con Santa Rosa que ganó a los Celestes por 45 a 38.
Olvidaba decir que los dos partidos fueron arbitrados por el Dr. Leiva quien fue felicitado por todos debido a su absoluta imparcialidad.
Así comenzaba la actividad del Basquet que fue intensificándose, hasta que en 1.940 se formó la Asociación Santarroseña de Básquet cuyo primer presidente fue Jaime Charñasvsky un entusiasta que supo atender en un tiempo la famosa Confitería El Aguila, en donde comprábamos ricos helados los pibes aquellos.
En el mes de marzo de 1.943, en el XI Congreso Argentino celebrado en Mar del Plata, se le otorgó al Club Estudiantes de Santa Rosa la “Habilitación Precaria” que lo habilitaba para jugar a nivel nacional.
Y desde el año 50´, con la conquista del Campeonato Mundial en el Luna Park por parte de Argentina el Basquet se convirtió en todo el país, en una disciplina muy popular.
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Volviendo al ámbito pampeano le tocó a Estudiantes seguir levantando la actividad que había iniciado Santa Rosa, club que dos años después de aquellos partidos abandonó la práctica para retomarla más adelante.
Es así que el Celeste conforma un equipo imbatible con Justo Tierno, Angel Gavazza, Oscar Montoya, Domingo Giménez, Angel Paloma, Ricardo Gundín, Juan Carlos “Coco” Martínez, los hermanos Crespo, Martitegui, Guillermo Carrizo y Guito Alvarez entre otros y representa a toda La Pampa en el Campeonato Argentino de San Luis en 1.943.
Ya está «por todos lados»
Recién al comenzar la década del 50´ comienzan a potenciar el básquet varios clubes de la ciudad generándose muy atractivos partidos a cielo abierto ya que hasta la inauguración de Fortín Roca en 1.959 no había en la ciudad un solo rectángulo cubierto.
Santa Rosa jugaba por entonces en calle Valle, -hoy Don Bosco– esquina Mitre, frente al Hogar de Ancianos, donde también boxeaban y hacían tertulias danzantes bajo las estrellas. Solamente Penales tenía un largo tinglado en calle Gil, pegado al Automóvil Club.
Un Campeonato Argentino en La Pampa
Tal es así que en el verano de 1.960 se realiza el Campeonato Argentino en nuestra ciudad a cielo abierto y en una cancha que se construyó frente a la Tribuna de Cemento. Se disputan allí todos los partidos a excepción de la final que debieron librar de apuro en Fortín Roca, inaugurado meses antes, porque una lluvia torrencial por la tarde obligó al cambio.
Todavía me acuerdo que fuimos corriendo los pibes del Barrio para “colarnos” en Fortín cuando nos enteramos de la novedad. Esa vez ganó Santa Fé, el mejor equipo del Torneo al vencer a Santiago del Estero 64 a 56 en partido que yo vi cómodamente aquella noche.
La Pampa no anduvo bien en el Torneo y para colmo el DT, Ghissi, se peleó a último momento con el capitán del equipo, mi querido amigo Omar “Chiche” Fiscella, gran figura por entonces que no jugó el Campeonato. Sin embargo el capitán entró a la cancha con sus compañeros en la inauguración, dio las hurras e inmediatamente fue a la tribuna para ver el partido.
Así pasaron los años donde tanto en Pico como en Santa Rosa se disputaban en primavera y verano muy atractivos y parejos certámenes, aunque estábamos lejos a nivel nacional.
Nombres y apellidos inovidables. Es Justicia recordarlos
En aquellos años de nuestro Básquet auténticamente pampeano, de partidos disputados con “dientes apretados” y “sangre bien caliente” me han quedado en un rincón del corazón los recuerdos de tantos muchachos que eran las “estrellas” -para mí- por entonces, antes del primer intento de All Boys por ingresar a la Liga Nacional que luego concretaron Pico Fútbol e Independiente, quién alcanzó el Torneo Sudamericano y Estudiantes que disputó el TNA.
Y a riesgo de no mencionar a muchos en este espacio por lo cual pido disculpas anticipadas, me quedo por ejemplo, con los que por distintos motivos acuden a mi memoria en este momento, además de los nombrados y en años distintos.
Fortín Roca. Campeón en los 50´ con el equipo de los Lungos: Alfredo Galluzzio, los hermanos Oscar y Carlos Aguerrido, Liborio y Oscar “Cacho” Otero, Oscar Viano, Bocha Rodriguez, Flores y Rivera entre otros.
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All Boys. El “Negro” Osvaldo González (el mejor para muchos en su tiempo), Lizasuain, Carlos Valverde, Carlos Yorio, Inda, Pichango , Ruben, Cacho Y Edgardo Dal Bianco, Gutiérrez, Mercado, Rufino Rodriguez, C. González. También Jorge Pesce, el Turquito José Luis Amado, Yuyo Regazzoli, Fidel Bretón, “Zoilo” Dominguez, Román Armayor, Coco Maraschio, Carlos “Chiquito” Badillo y Aníbal Bertón.
Atlético Santa Rosa. Abel Bertotto, el “Petiso” Arman, que de tan chiquito, una noche le pasó por entre las piernas al Gigante Galluzzio, el “Gordo” Felice, Pechito Escudero (gran futbolista también), Luis Urretavizcaya, R. Batistoni, Bessi, Jorge Anocíbar, J.C. Alou, Carlos Tost, Olivera, Horacio Escudero (gran goleador), su hermano Julio, Yoyi García, Carlitos Gomez (gran jugador), José “Lungo” Alvarez, Julio Vaquer, Raúl Carrizo y Juan José Wilberger entre tantos.
En San Martín jugaron el Negro Gonzalez, el Vasco Juan Carlos Legarda, Sergio Lino, Lito Costa y Tachi Montigni.
En Gran Belgrano jugaba por entonces bajo las estrellas en su cancha de Avda.San Martín y 25 de Mayo donde además del rectángulo de básquet, había dos canchas de Bochas y una cantina donde jugaban a las cartas y bebidas, atendida por el Vasco Iribarren. Faltaba aún para el traslado a Villa Alonso, cuando hacían delicias con la “naranja” Chiche Fiscella, Orfilio Berón, Romagnoli, Pirincho de la Mata, Clavito Rodríguez, Bacho Lluch, O.Montes de Oca, Coco Felice, Oscar Alou, Santajuliana, Tito Rodriguez y Alcayaga, entre otros.
Y Estudiantes… Una cantidad de jugadores pasaron por el Celeste que mantuvo siempre esta actividad deportiva y la asfaltada cancha de calle Moreno fue epicentro de grandes emociones a partir de Ángel Paloma, luego sus hijos, Edgar “Quique” Monlezún, Angel Gavazza y sus hijos Belcha y Juan Carlos, los inmortales hermanos Ramón “Monzo” y Orlando Rodil, Panchito Frondozo, Manuel Maldonado, Oscar Roveda, el mismo “Zurdo” Nuñez, y más tarde Tincho Perez Issa, Raúl Carrizo y una lista interminable de muchachos difícil de anunciar hasta los tiempos del TNA, cuando «dos pibes del Club» llegaron lejos como Manu Carrizo y Nico Pérez Issa.
Hasta Deportivo Penales hizo básquet por los finales de los 50´ y principios del 60´ con el famoso “Five” que formaron entre otros Carvallo, Tito Giardino, la “Mona” González, Mur, José “Pepe” Aguerre, Bibi Fernandez, Ayala, Zarich, Alcayaga, Miguel Gordillo, Gregorio Recovsky y el mismísimo Edilio Zabala, deportista múltiple.
Y que decir de los basquetbolistas norteños, apellidos ilustres que jugaban a muerte los partidos entre Asociaciones pero eran grandes amigos con la camiseta de La Pampa: Manucho Moiraghi, Selel Cavallero, los Petrelli, los Caridi, Hugo Archanco, Zapata y el Gordo Jaeckel entre tantos otros…
Cuánto faltaba para que apareciera en Pico Fútbol el más mentado basquetbolista de todos los tiempos –el que llegó tan lejos-: Jorge Racca.
Esas noches…
Esas noches a canchas llenas y techo de estrellas, con algunas “roscas” a veces, porque la gente estaba encima de los jugadores y cualquiera podía ligarse una piña a la pasada, eran apasionantes. Ni que hablar de los árbitros, que se las aguantaban en climas de “infierno” a veces.
Una noche vi a un juez con agallas –Oscar Montes de Oca– meterle un piñazo en el medio de la “trompa” a un atacante que se creía guapo pero salió cantando bajito y el árbitro –que usaba lentes- se quedó tranquilo secándose la transpiración como diciendo. “Que pase el que sigue”, pero nadie sacó turno…
Aquellos equipos con fuertes defensas y buenos dribleadores “cortitos de piernas” ya nunca volverán, pero quedaron para siempre en el disco rígido o la memoria colectiva de esa gente que apuntalaba cada noche un deporte netamente amateur, con espectaculares partidos aunque lejos del mejor nivel nacional.
Faltaban años todavía para ver el básquet moderno y de nivel nacional e internacional, como la creación de las Escuelas formativas que le hicieron mucho bien a este deporte. Pero eso… será motivo de otra historia.
Juan Carlos Carassay, locutor y periodista. Más de 50 años de pasión por la comunicación y el deporte juancarloscarassay@gmail.com
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